Los hongos y setas en México, se han destacado como un alimento excepcional y nos han acompañado en nuestra dieta desde la época prehispánica.
Los aztecas llamaban a los hongos “nanacatl”, vocablo que significa carne, los lugares donde crecían en abundancia, llevan nombres que destacan esta característica, como Nanacatepec (cerro de los hongos) y Nanacamilpa (lugar donde crecen los hongos), mostrando así la importancia de estos organismos en la vida cotidiana, pero sobre todo en la gastronomía.
Los hongos son del reino Fungí y las setas son las partes fructíferas del hongo, estas por lo regular se encuentran en las zonas boscosas del país. Su reproducción se lleva a cabo por medio de esporas; para su desarrollo necesitan de humedad y luz suficientes, de modo que la mejor producción de hongo y setas la obtenemos en épocas de lluvia abundante.
En México se cultivan cinco especies de hongos: champiñón, portobello, seta, hongo blanco y shiikate. Todos estos también forman parte de la agricultura urbana en México al ser cultivados en invernaderos.
La SAGARPA cuenta con un modelo de extensión llamado: “Capacitación de hongos tipos seta y plantas medicinales” en el que habitantes de varios municipios de la República, aprenden a producir sus propios hongos para mejorar su nutrición, a través de invernaderos con riego tecnificado.
La producción anual de hongos y setas en México supera las mil cuatrocientas toneladas, y el Estado de México es el que más hongos y setas produce en el país.