La protección de recursos fitogenéticos es fundamental, ya que de ellos depende la seguridad alimentaria, agrícola y económica de la población en general.
Un recurso fitogenético es todo material genético de origen vegetal de valor real o potencial para la alimentación y la agricultura, es decir, son todas aquellas plantas que nos proveen alimento, fibras, bioenergéticos, combustible, medicinas, que intervienen en aplicaciones industriales y agrícolas, entre otros beneficios.
En ese sentido, México además tiene la responsabilidad de evitar la pérdida de una gran diversidad de recursos fitogenéticos, pues es centro de origen de cultivos fundamentales como: el maíz, frijol, chile, camote, cactáceas, flores, entre otros.
Los recursos fitogenéticos se protegen, para evitar la biopiratería, la asignación de derechos de propiedad intelectual a particulares de variedades que agricultores han generado de manera empírica y para mejorar el desarrollo económico y social de la población en general, luego se registran en el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales del SNICS.
En este sentido, el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, SNICS, se encarga de coordinar y promover la participación de todos los actores, para favorecer la conservación y aprovechamiento, así como del manejo integral y sustentable de los recursos fitogenéticos que garanticen su preservación y obtener los máximos beneficios de su conservación.
Asimismo, a través de la conformación de redes, que son grupos interdisciplinarios e interinstitucionales por cultivo, se realizan acciones, para atender 44 cultivos nativos de los que México es centro de origen, domesticación y/o diversificación. Las macro redes, clasifican los recursos fitogenéticos en: frutales, hortalizas, ornamentales, básicos e industriales y de impulso, estos últimos son: achiote, quetiles, romeritos, verdolagas y yuca.