De acuerdo al reporte anual del Clima de Comisión Nacional del Agua, los últimos seis años han sido los más cálidos en México. De aquí se desarrollan una serie de problemas en especial con el sector agrícola, ya que tendrá que aumentar en un 50% para 2050, en la demanda de alimentos, debido a la creciente población mundial.
Los retos ante el cambio climático y la seguridad alimentaria, han impulsado a la agricultura climáticamente inteligente como propuesta a la sostenibilidad y resiliencia del campo mexicano. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), ha hecho esta propuesta para responder a estos desafíos del cambio climático.
En el mundo se pierden cuatro hectáreas de tierras de cultivo por minuto, para mejorar esta pérdida, debemos delimitar la deforestación y ser más amables con el impacto climático. Por ejemplo, el uso de fertilizantes nitrogenados ha logrado reducir en 13.2 por ciento las emisiones de GEI.
Las condiciones de sequía son también un factor importante a considerar y es a través del fertirriego que se puede reducir en un 31% el consumo de agua por tonelada de cultivo.
Es así, que al hacer un cambio que represente el combate al cambio climático dentro del sector agrícola, parte desde los agricultores en general, ya que al emplear mejores prácticas agrícolas, hay una buena productividad, que se refleja de manera positiva tanto en el planeta como en la sociedad, traducido en mejores condiciones de agua, suelo, aire y calidad de vida.
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