Históricamente, el extensionismo es el servicio prestado por jóvenes de instituciones de educación y de investigación que facilita el acceso al conocimiento, la información y a las tecnologías, a productores, grupos y organizaciones económicas rurales.
En este sentido, el esquema de extensionismo rural surge bajo el supuesto de “extender” prácticas de producción más eficientes a campesinos que necesitaran mejorar sus sistemas de producción y que demandaran lo que se les ofrecía: tecnología.
Todo esto es trabajo del extensionista, un joven promotor y agente de cambio que conoce y comprende la realidad de su entorno, comunica sus ideas y conocimientos a base del diálogo para incorporar y encaminar la tecnología hacia el desarrollo de las actividades agropecuarias, así como a la solución de problemas.
El nuevo extensionista es un joven comunicador, conocedor de la realidad rural, que combina métodos, conocimientos y uso de la tecnología, es un verdadero gestor del conocimiento, que intercambia experiencia y otorga acompañamiento técnico al productor a lo largo de toda la cadena productiva.
Los extensionistas influyen de manera positiva en la actitud del productor ubicándolo como el centro del desarrollo de todo, fomentan su crecimiento y desarrollo personal, respetan a los miembros de su comunidad con los cuales genera empatía y se gana su confianza.
Los servicios de extensión agraria, tienen como objetivo difundir nuevas tecnologías y educar al productor para mejorar su desempeño productivo, en México los sistemas de extensionismo están siendo redefinidos e impulsados principalmente por jóvenes.