La innovación es la implementación de una novedad o mejora (tecnológica o no tecnológica) para dar un valor agregado a productos, procesos, formas de mercadeo o formas de organizarse.
Dentro del sector agroalimentario como en otros sectores de la economía, la innovación es la fuerza impulsora para el crecimiento de la productividad, la competitividad, sustentabilidad y equidad, a través de la aplicación de ideas, conocimientos y prácticas que ayuden a crear algo nuevo y útil.
La innovación impulsa el crecimiento de la productividad, la competitividad, sustentabilidad y equidad, por ello, hay que crear las condiciones sociales y económicas para su desarrollo, así como facilitar el acceso al conocimiento.
El objetivo de un proyecto de innovación es buscar el crecimiento de la productividad, la competitividad, la sustentabilidad y la equidad; en el caso de la empresa a nivel micro, y a nivel macro tratándose del país, lo que se refleja en el crecimiento económico del país y en la generación de empleo. Asimismo, es importante para la seguridad alimentaria de México.
En el sector agrícola, la innovación puede apreciarse a través del diseño de políticas públicas y su aplicación, las cuales mediante incentivos fomentan la inversión en tecnología, mecanización del campo, irrigación, agregación de valor y en la reconversión de cultivos por otros de mayor valor, así como en el impulso a las exportaciones y la diversificación de mercados.
México se ha beneficiado de la innovación en el sector agrícola, y hoy tiene una fortalecida posición gracias a la lucha, tenacidad, fuerza y tesón de los trabajadores del sector agroalimentario, colocándonos como una de las principales potencias productoras de alimentos del mundo con un desempeño agroexportador sobresaliente.
En este aspecto la SAGARPA, mediante el Componente Innovación Agroalimentaria 2016, apoyó 317 proyectos –en 31 estados de la República- con un monto total de más de 1,200 millones de pesos, para proyectos de investigación, innovación y desarrollo tecnológico, incluidos los relacionados con la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos genéticos agrícolas.
Asimismo, la investigación forma parte componente del sistema de innovación agroalimentaria, esto lo convierte en clave porque es el motor para innovar en procesos y productos.
En México, el sistema de investigación y de transferencia de tecnología demanda la cooperación entre diferentes actores del sector para identificar y satisfacer sus demandas, pero también para responder a problemas como la pobreza, baja productividad y competitividad, sin olvidar el deterioro de los recursos naturales.
Por lo anterior, en esta administración la SAGARPA ha fortalecido al Sistema Nacional de Investigación y Transferencia Tecnológica (SNITT) y ha invertido en la creación de Centros Nacionales de Investigación e Innovación.