Las Escuelas de Campo son espacios donde grupos de productores, productoras y equipos técnicos se reúnen para analizar, compartir e intercambiar saberes y experiencias de su vida productiva.
Orígenes
Las Escuelas de Campo (ECA) se desarrollaron en 1980, con el objetivo de brindar capacitación a las y los agricultores de arroz de Indonesia para el manejo integral de plagas, así como para orientar a las y los agricultores hacia una agricultura más ecológica y el desarrollo de un pensamiento crítico, apoyado en los conocimientos y comprensión de los agricultores a través del aprendizaje grupal.
Este modelo fue introducido por primera vez a Centroamérica en el año 2000, en la Universidad del Zamorano en Honduras. Posteriormente, en Colombia, Ecuador, Perú, Nicaragua, El Salvador, Bolivia, y en 2001 en México (Chiapas y Veracruz). Y fue por iniciativa del Colegio de la Frontera Sur y de la Universidad Autónoma Chapingo que se logró sistematizar esta experiencia; sin embargo, en México existen Escuelas de Campo desde hace más de 30 años.
Toda una experiencia pedagógica
Las Escuelas de Campo pueden identificarse como una experiencia pedagógica que se articula en torno de un grupo de productores y productoras de una misma comunidad, quienes con el apoyo de un facilitador local, diagnostican “participativamente” su realidad y establecen prioridades.
Estos espacios están constituidos por personas con un interés común, que se reúnen a estudiar el cómo y el porqué de un tema en particular (procesos productivos, agrotecnias, cría y desarrollo de especies animales, organización, planes de negocios, entre otros).
El modelo de Escuelas de Campo INIFAP se ha utilizado en diferentes estados de la república mexicana. Actualmente se aplica en el Programa Producción para el Bienestar, con la adición de un enfoque denominado Comunidad de Aprendizaje.
La estrategia se ha estructurado en 3 niveles de acción:
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La capacitación en sitios sede.
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La réplica de la capacitación en sitios aledaños con otros grupos de productores y productoras.
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El acompañamiento técnico a los productores en sus parcelas
Principales características de las Escuelas de Campo
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Aprender – haciendo: La principal característica de las Escuelas de Campo, son su carácter práctico.
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Basadas en las etapas fenológicas del cultivo: Las Escuelas de Campo se basan en las etapas fenológicas del cultivo y duran todo el ciclo del cultivo.
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La parcela es el lugar de aprendizaje: Se desarrollan en las comunidades donde viven las y los agricultores, tiene una parcela que sirve como un aula de práctica y aprendizaje, no como una parcela demostrativa.
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Un espacio para compartir los conocimientos: Es una alternativa para fortalecer las capacidades, empoderamiento y liderazgos locales para facilitar el desarrollo de las comunidades.
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Promover cambios de actitud: Resulta importante el hecho de los productores y productoras al aprender por sí mismo, se les facilitan los cambios de actitud.
En México, a través del modelo Escuelas de Campo, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) impulsa la capacitación y la asistencia técnica, como un factor tecnológico que detona el proceso de adopción y desarrollo de innovaciones para apoyar a los agricultores a producir más y mejorar sus condiciones de vida.
Numeralia de las Escuelas de Campo
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4200 a nivel nacional.
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28 entidades y 800 municipios.
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115 mil productoras y productores en las ECAs.
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12 millones de producción de bioinsumos líquidos.
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25 mil huertos.
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Del total de ECAs:
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2,707 son de granos.
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577 de café.
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409 de miel.
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245 de caña.
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160 de cacao.
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60 de leche UFP.
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14 de amaranto.
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9 de chía.
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Y 19 de otros.
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*Corte a marzo de 2023 con datos del Programa Producción para el Bienestar.