La actual crisis por la generación de energías mediante combustibles fósiles como el carbón, el gas o el petróleo, nos invita a desarrollar e invertir en energías limpias, que son todas aquellas que por su origen, su obtención y utilización no impactan deforma negativa en el medio ambiente.
En México y el mundo, desde hace ya algunos años, existe la preocupación por preservar el medio ambiente y detener el impacto negativo del cambio climático, razón suficiente para contribuir con alternativas que lo mitiguen, tal es el caso de la instauración de energías limpias en el sector agropecuario, ya que éste genera el 17 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel nacional.
Así que para colaborar con el desarrollo rural sustentable que ayude a disminuir, en los procesos productivos, los impactos negativos en el medio ambiente, el sector agropecuario se ha ocupado de realizar acciones que permitan un aprovechamiento racional y con beneficios económicos, principalmente para los productores, de los desperdicios que las actividades propias del sector generan, además de eliminar problemas de contaminación en ríos, mares, lagos o bien de las tierras agrícolas.
La experiencia de los últimos años ha mostrado que aprovechar las fuentes naturales para generar energías limpias y renovables, se consolida como una opción viable de aplicarse en los procesos productivos de los sectores agropecuario, pesquero y acuícola, lo cual se ha manifestado en una creciente demanda de los productores para adoptar estas tecnologías.
Asimismo, el uso de energías limpias viene acompañado de muchos beneficios, entre ellos, la reducción de costos por el aprovechamiento de desperdicios, la creación de empleos potenciales en el sector agrícola, y la creación de una cultura de conservación que beneficia de manera directa a los sectores sociales, económicos y ambientales del país.
Sabías qué…
Las energías limpias están relacionadas, en cierto modo con los principales cuatro elementos: aire (energía eólica), agua (energía hidráulica/hidroeléctrica), fuego (energía solar) y tierra (energía geotérmica).