El melón es originario de África del sur, de ahí se extendió a países mediterráneos y con el intercambio comercial que ha existido a lo largo de la historia llegó al continente americano. Actualmente, el melón se encuentra ampliamente distribuido por todo el mundo y es una fruta muy popular en el mercado.
El melón es un cultivo anual, que crece a lo largo del suelo en climas cálidos no excesivamente húmedos. A este frutal no le sientan las regiones muy lluviosas con poco sol. En su forma asemeja una esfera, su cáscara puede ser lisa o con estrías y su pulpa es carnosa, jugosa, de consistencia gelatinosa y de color anaranjada.
En 2016 la producción mexicana de melón superó las 593 mil toneladas. Los tres primeros lugares en producción lo ocupan los estados de: Coahuila (136 mil t); Michoacán (99 mil t) y Guerrero (89 mil t).
México tiene un saldo comercial favorable, en 2015 la exportación de 142 mil toneladas melón en 2015, arrojó una ganancia de 34.3 millones de dólares, siendo Estados Unidos el principal comprador con casi el 85 por ciento de las toneladas citadas, gracias al reconocimiento de la calidad del fruto mexicano.
El melón es muy sabroso y nutritivo, es una excelente opción para mantener la hidratación del cuerpo ya que posee abundante agua, cerca del 92 por ciento de su composición, esta fruta posee un alto nivel de vitaminas y minerales como: hierro, fosforo, potasio y sodio.
Asimismo, el melón aporta vitaminas A y E, ésta última es un poderoso antioxidante que previene el cáncer y las enfermedades cardiovasculares; es diurético y actúa como un laxante suave, por lo que elimina toxinas y ayuda a neutralizar la acidez estomacal.