El capulín (del náhuatl capolcuahuitl) es un árbol originario de Canadá cuyo cultivo se extiende hasta Guatemala.
El fruto es carnoso, pequeño, negro rojizo en la madurez, de sabor agridulce y astringente, con una sola semilla envuelta en cubierta dura. Esta especie es de la misma familia de la cereza, tiene gran presencia en nuestra cocina y goza de excelentes beneficios para la salud.
El capulín, tiene mucha historia, usos y propiedades, por ejemplo, en Morelos, Hidalgo y en el Estado de México se usa en arreglos y amuletos para protegerse del mal, pero también para tratar la tos, y también sirve para aliviar la diarrea y el dolor abdominal, para lo cual se cuece la raíz y hojas, infusión que se endulza con miel de abeja.
Los capulines generalmente se consumen crudos o cocidos, pudiéndose conservar en mermelada. En tamales se usa como relleno; mezclado (sin hueso) con leche, vainilla y canela se prepara como postre. El capulín puede también ser fermentado para convertirse en bebida alcohólica.
El capulín es uno de los frutos con mayor contenido de vitaminas A, B y C, también es rico en minerales. Contiene importantes porciones de ácido cítrico; málico y cianhídrico, podemos asegurar que contiene casi todos los elementos que necesita el organismo humano, excepto grasas, es un alimento de fácil digestión y casi total asimilación, ¡consúmelo!
Actualmente México produce más de 227 toneladas de capulín, siendo los estados de México, Puebla y Veracruz los que encabezan la lista y en conjunto aportan el 87 por ciento de la producción es decir 199.84 toneladas del total nacional.