Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrollan estudios de frijol de grano rojo, a través del Programa de Frijol del Campo Experimental Centro de Chiapas, que han permitido identificar materiales sobresalientes en cuanto a su rendimiento y adaptación.

El frijol de grano rojo tiene una adaptación específica y en Chiapas existen áreas donde se siembran materiales criollos, los cuales se comercializan tanto en los mercados locales, la capital del estado y en países de Centroamérica.

El mejorar la superficie de siembra y el rendimiento de este grano rojo, representa una oportunidad para la entidad de exportar hacia El Salvador, Honduras y Nicaragua, así como a los Estados Unidos.

Actualmente, el rendimiento de este grano en la entidad está sobre 1.7 toneladas por hectárea, por lo que con este nuevo paquete tecnológico se incrementarían los rendimientos en tres toneladas por hectárea, con un impulso del cultivo en alrededor de 20 mil hectáreas.

Además, existe interés por parte de los agricultores por la siembra de frijol de  grano rojo, lo cual obedece a un mayor consumo de este tipo de leguminosa en esa zona del sur del país.

El INIFAP ha desarrollado tecnología para la siembra de esta nueva variedad, con indicaciones precisas para barbechar y surcar el terreno. La época de siembra debe ser desde el inicio de las lluvias hasta el 20 de junio; en fertilización se sugiere la dosis 5ON-25P-OK, tener un control de malezas y plagas; por último, el frijol se debe cosechar cuando alcance su madurez, aproximadamente a los 90 días.

Una de las características que hace sobresaliente a la variedad  Rojo INIFAP, según investigadores del Instituto, es su alto potencial de rendimiento y su resistencia al virus mosaico amarillo dorado del frijol, además de que muestra buena adaptación a los suelos ácidos de baja fertilidad de los estados de Chiapas y Veracruz.

Esta variedad mejorada se adapta al área considerada como tropical del estado de Chiapas; es decir, en altitudes que varían desde el nivel del mar hasta los mil 200 msnm, como es el caso de la región denominada Meseta Comiteca.

Los suelos donde crece bien pueden ser de diferentes texturas y profundidad, aunque es preferible que se seleccionen aquellos que sean profundos  de textura gruesa a media, que cuenten con buen drenaje y con pH de 5.5 a 8.0.

Cabe señalar que de acuerdo con el esquema tradicional de producción de semilla, éste inicia con el cultivo de semilla básica a cargo del INIFAP; posteriormente, se pone a disposición de las empresas semilleras o de las asociaciones de productores de semilla, quienes producen la certificada, misma que es finalmente distribuida a los productores.

En este esquema oficial de producción de semilla, es claro que en los lotes de producción se deben seguir ciertas normas técnicas que son verificadas y monitoreadas por el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) para asegurar que se está produciendo semilla de buena calidad.