El biogás es una mezcla conformada principalmente por CH4 (metano) y CO2 (dióxido de Carbono), que se genera a partir de la descomposición de la materia orgánica, por un conjunto de microorganismos en ausencia de oxígeno (biodigestión).
La materia orgánica de la que hablamos puede ser desechos de la agricultura, estiércol, desechos municipales (aguas negras), desechos de comidas, vegetales, es decir, materiales biodegradables que se fermentan tras la acción de las bacterias.
El metano, como bien sabemos, es uno de los componentes que contribuyen a la degradación de la capa de ozono, pero gracias a las tecnologías actuales para obtener biocombustibles -en este caso biogás-, podemos transformar el metano proveniente de la materia orgánica en descomposición, en energía limpia, además con los residuos de éstas, se pueden fabricar abonos y fertilizantes naturales.
Las explotaciones ganaderas, sean del tamaño que sean, provocan un impacto negativo al ambiente, pues por un lado consumen una importante cantidad de energía a la vez que generan grandes volúmenes de estiércol, que contamina el aire y el agua.
Afortunadamente mediante la biodigestión podemos convertirlo en un excelente recurso energético y limpio como es el biogás, el cual es capaz de reducir en gran medida, o incluso de forma total, el impacto ambiental provocado por el estiércol.
México cuenta con una ley de reforma energética, cuyo objetivo es conseguir que en 2040, el 34 por ciento de la energía que requiere la obtenga a través de renovables. Este objetivo se suma a su interés asumir un papel más activo en el contexto energético global.
Sabías que…
El metro de la ciudad de Monterrey (Nuevo León), es el primer tren ligero que funciona con biogás producido con la basura que genera el municipio.