Esta actividad desarrolla sus cultivos controlando los factores ambientales como luz, temperatura, viento, granizo y plagas.
La agricultura protegida es aquella que se realiza bajo diversos tipos de estructuras que protegen de los daños que las malas condiciones climáticas ocasionan en los cultivos. Esta práctica es el resultado del desarrollo de los materiales plásticos a lo largo del tiempo.
Las ventajas que ofrece la agricultura protegida son: generación de empleos, incremento y control de la producción, mayor calidad de los productos agrícolas, entre otras.
Los principales alimentos que se obtienen mediante esta práctica en México son: tomate rojo, pepino, chile y berenjena. Cabe destacar que en nuestro país existen 25 mil hectáreas sembradas con agricultura protegida.
En México, la agricultura protegida contribuye con cinco por ciento del valor de la producción agrícola. A esto es importante agregar que seis estados concentran 71 por ciento de la superficie sembrada mediante esta actividad, siendo Sinaloa la entidad que aporta el mayor porcentaje a este territorio, con 35 por ciento.