La autosuficiencia alimentaria es una estrategia clave en la nueva política agrícola del país.
Esta estrategia implica avanzar en una mayor producción interna de granos, en particular maíz, frijol, trigo harinero y arroz; así como en leche, carne de res, cerdo, pollo y pescado.
Asimismo, se busca tanto aumentar la producción de insumos que se requieren para producir alimentos: semillas, fertilizantes, diesel, abonos, maquinaria y equipo como transitar a modelos de producción sustentables y ampliar la oferta de bienes y servicios del Gobierno federal a los productores rurales.
Las ventajas de la autosuficiencia alimentaria son:
- Proteger al país ante los vaivenes del comercio internacional y las fluctuaciones incontrolables de los precios de los productos agropecuarios
- Asegurar el abastecimiento de alimentos para satisfacer las necesidades de las poblaciones locales
- Generar un sistema alimentario propio que considere no sólo la producción de alimentos, sino también las actividades inherentes a ella, como la transformación industrial, la actividad comercial, los servicios financieros y los servicios tecnológicos
- Ahorrar divisas
- Producción de alimentos con cuidado al medio ambiente
- Generar mejores condiciones de vida de los productores del campo
Esta estrategia busca aumentar la productividad de los pequeños y medianos productores, ya que representan el 90 por ciento del total de productores del país y generan la mitad de la producción nacional.
De los programas que la Secretaría de Agricultura, el Programa Producción para el Bienestar está estrechamente ligado con la estrategia de autosuficiencia alimentaria, al implicar:
- Apoyos directos concentrados en productores de granos de pequeña y mediana escala y que se entregan previo a las siembras para que puedan financiar la compra de insumos o contratación de servicios relacionados con la siembra.
- Apoyos directos a cafetaleros y productores de caña de azúcar, quienes enfrentan un panorama de bajos precios internacionales/nacionales.
- La incorporación de productores de comunidades indígenas de alta y muy alta marginación, que por primera vez son objeto de una política pública de apoyos al fomento productivo.