El teocintle, ¿qué es esta planta?, bueno, resulta que ésta fue decisiva en la generación y formación del cultivo, el cual actualmente se posiciona con la mayor importancia económica mundial: el maíz.

Cuando hablamos del maíz nos llegan a la mente imágenes bastante agradables de la comida acompañada con tortillas, desayunos y cenas con tamales y atole; algunas veces un elote, incluyendo infinidad de ocasiones en que por necesidad o gusto, nos detuvimos en alguna taquería, donde la tortilla se combinó de muy diversas maneras, dándonos un sabor de recuerdo.

Pues bien, el maíz (Zea mays L.) como sustento humano es consumido a diario en México, varios países de Latinoamérica y África. Pasó por muchos procesos de cambio, motivados principalmente por el uso de su grano y del aprovechamiento integral de la planta. Además de ser en nuestros días, la base de la alimentación en las Empresas Lecheras; de Engorda de Ganado Vacuno, y de Ganado Menor.

Así también, en la producción de carne de cerdo y en las explotaciones avícolas de huevo y pollo en muchas partes del mundo; aunado al consumo por habitante, a la producción de alcohol combustible de vehículos, y perseguido de la infinidad de usos que le da la industria de la Transformación.

La planta y el grano de maíz (como hoy lo conocemos), originalmente no era así en tamaño, forma y cantidad; sino hasta que se rescató de la vida silvestre, tal vez por alguna tribu nómada que buscaba comida; recordemos que los primeros pobladores de México eran grupos de cazadores-recolectores que recorrían los cauces de los ríos y las planicies de la Mesa Central, de las Vertientes de las Sierras Madre Oriental y Occidental y del Sur de nuestro país.

Estas tribus pudieron haber encontrado durante sus recorridos, un pasto con tipo de planta alta que ahora se conoce como teocintle (Zea mays, con varias subespecies, entre ellas parviglumis), del que seguramente probaron los granos tiernos que producía y les agradó el sabor, además de que los alimentaba, (estos “granitos” al madurar tienen una cubierta muy dura, pero algunos de ellos, al ponerse al fuego, pueden formar “palomitas”).

Con el tiempo y la oportunidad de sembrar y cultivar ese pasto por más de 7,000 años, los hombres y mujeres que lo utilizaban, tuvieron muchas temporadas con condiciones favorables para alcanzar a cosechar su fruto, y fueron seleccionando los cambios o variaciones en el fruto del teocintle, que en un principio era una espiga de dos hileras con poco menos de diez granos cada una, hasta que se llegó a la mazorca del maíz como las observamos en el presente.

La planta del teocintle se parece a la del maíz (imagen 2), pero tiene diferencias: del tallo principal, pues le brotan varios hijuelos y “ramas” o tallos de las que nace una espiga en su terminación, además de que en varios nudos le salen inflorescencias femeninas (jilotitos), con unos estigmas iguales a los del maíz, que son fecundados por el polen que acarrea el viento.

El parentesco del teocintle con el maíz es evidente, porque se pueden cruzar entre ellas, y la semilla resultante es fértil, dando origen a plantas que poseen características de ambos progenitores. En la imagen 3, se observan dos espiguillas de teocintle (a la izquierda) y tres mazorquitas provenientes de cruza con maíz, en las que los granitos no tienen la capa dura que protege al teocintle.

Una característica de este pariente silvestre, es que se puede dispersar solo, o sea, no necesita de la ayuda del hombre para prosperar (como es requerido por el maíz), ya que si a la planta se la come un animal, la semilla conserva la cubierta que la protege y al presentarse condiciones ambientales favorables, el teocintle germina y emerge entre el estiércol, que además le sirve de fertilizante.

Entonces, en forma natural al llegar a la madurez y secarse, las espiguillas se rompen con mucha facilidad, usualmente las semillas caen al suelo separadamente, con lo que producen al siguiente ciclo una nueva generación; el color que tienen en la cubierta les ayuda a pasar desapercibidas en el suelo, como se aprecia en la imagen 3.

Aunque el teocintle es un pasto que en ocasiones se vuelve invasivo, se le considera una valiosa reserva de recursos genéticos para resistencia a enfermedades, una mejor reserva de fotosintatos, y prolificidad o capacidad de producir más de una mazorca en la misma planta, entre muchas otras características favorables que podrán heredar al maíz, ello conforme al estudio e investigación de utilidad en siembra comercial