IMPACTO DE LA ENFERMEDAD EN EL CULTIVO
La enfermedad de Sigatoka o chamusco negro del plátano causada por Mycosphaerella fijiensis Morelet es considerada como la más seria amenaza para el cultivo del plátano o bananos por su alto efecto destructivo y actualmente por su amplia distribución mundial, ya que prácticamente cualquier zona donde se siembra esta musácea no escapa al ataque del hongo.
Sigatoka afecta principalmente a las hojas del plátano con la consecuente reducción de la fotosíntesis, caída de hojas y reducción en la producción de plátano, con la disminución del tamaño y pérdida de la calidad del mismo. De igual manera, los frutos maduran antes a veces inclusive en el racimo y no se puede comercializar. Se tienen registros de que las epifitias causadas por esta enfermedad pueden mermar desde un 50 hasta un 100% en la pérdida del cultivo.
Otro problema serio es la alta capacidad de adaptación de este patógeno, quien logra adquirir resistencia rápidamente a los nuevos fungicidas para su control. En México las aplicaciones de fungicidas sobre este cultivo varían dependiendo de la zona platanera, por ejemplo en la zona del golfo de México se realizan entre 20 hasta 35 aplicaciones de fungicidas, en la zona del Pacífico centro oscilan entre 15 a 20, en el pacífico sur se requieren anualmente hasta 35 aplicaciones en los programas de control. En un análisis económico del consumo de fungicidas para la protección del cultivo, los fungicidas llegan a ser hasta un 40% del costo de producción.
La sigatoka se detectó por primera vez en Fiji en el año de 1963, sin embargo ya se tenían indicios de su presencia en Hawai y en algunas zonas del pacífico. En América se identificó por primera vez en Honduras en 1972 y de ahí se diseminó a toda la región. Esta enfermedad llegó a México en 1981.
PRODUCCIÓN MUNDIAL Y NACIONAL
A nivel mundial los principales países productores de plátano y banano son, Filipinas, India, Indonesia, Burundi, China, Ecuador, Tailandia, Uganda, etc.
Los grupos taxonómicos que se siembran en México, incluyen AAA (Enano Gigante y Valery, Subgrupo Cavendish), AAB (Macho y Dominico, Subgrupo Plantain), AAB (Manzano), ABB (Pera o Cuadrado) y AA (Dátil).
Los principales estados de la República Mexicana productores de plátano incluyendo superficie sembrada y producción obtenida son: Chiapas (22,000 ha., 550,000 ton.), Veracruz (15,000 ha., 190,000 ha.), Tabasco (15,000 ha.,600,000 ton.), Michoacán (3,500 ha. 100,000 ton.), Colima (6,000 col., 120,000 ton.), Nayarit (7,000 ha., 90,000 ton.), Guerrero (4,000 ha., 80,000 ton.) y Jalisco (2,500 ha., 99,000 ton.).
RAZONES DEL EFECTO DEVASTADOR DE Mycosphaerella fijiensis
Algunas de las razones que han permitido a M. fijiensis ser un patógeno tan devastador y que su control o manejo sea con gran dificultad es debido a que, tiene un alto nivel de diversidad genética ocasionada por sus reproducción sexual y ciclo de vida corto, ocasiona numerosas generaciones por año, presenta variadas mutaciones genéticas y un elevado índice de recombinación genética, lo que le permite seleccionar cepas resistentes a los fungicidas aplicados para el control.
CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES ENTRE SIGATOKA AMARILLA Y NEGRA
La especie M. muscicola es el agente causal del chamusco del plátano o sigatoka amarilla con síntomas muy parecidos a la que produce M. fijiensis, sin embargo, no es fácil la identificación a simple vista, se requiere en ocasiones la experiencia para poder determinar la sintomatología del agente causal o en su caso, realizar algunas pruebas biológicas o de laboratorio para la identificación precisa del hongo. Pero algunas diferencias que se han detectado entre ambas especies es que M. fijiensis inicialmente forma manchas de 2.5 mm color rojo pardo en el envés de las hojas, es más virulenta y destructiva manifestándose generalmente en hojas más jóvenes, en tanto M. muscicola es menos virulenta, forma manchas ovales en las hojas de color amarillento y a medida que aumenta el ataque se agrandan y oscurece formándose una banda gomosa alrededor de cada mancha.
DESCRIPCIÓN DEL CICLO PATOLÓGICO
M. figiensis es un hongo que pertenece al grupo Ascomycetes, por lo tanto, producirá esporas llamadas ascosporas y conidios, siendo estos últimos los que forman parte del ciclo asexual del hongo y causan la reinfecciones y propagación local de la enfermedad en la misma planta o en plantas cercanas.
Técnicamente el hongo causa una enfermedad llamada antracnosis cuya característica es presentar lesiones típicas necróticas (tejidos muertos) y algunas veces síntomas hiperplásticos (desarrollo exagerado de tejidos).
El ciclo de vida del hongo tiene fase de reproducción asexual y fase sexual. Las esporas producidas en la fase asexual los conidios se depositan sobre hojas sanas o infectadas. Estas esporas infectan a las hojas cuando las condiciones ambientales son favorables con humedad relativa entre 80 y 100% y temperaturas promedio de 27ºC ± 1. Bajo estas condiciones las esporas germinan y forman haustorios para ingresar por las estomas al interior de la planta y formar el tejido micelial que invade el estroma de la hoja. El proceso de penetración se realiza aproximadamente en 2 a 3 días. Los conidios se desprenden del conidióforo, por acción del agua y el viento. El ciclo completo de desarrollo de la enfermedad puede ocurrir en un periodo de 35 a 50 días después de la infección.
Las ascosporas producidas en la fase sexual se originan en la estructura llamada peritecio, el cual se forma debido a la fecundación de hifas sexuales mediante espermacios compatibles, se forman durante el tiempo cálido y húmedo y se expulsan violentamente sus ascosporas cuando se humedecen. Las ascosporas son diseminadas por el viento y a ellas se debe el avance de la enfermedad a grandes distancias (figura 1).
ESCALA DE EVALUACIÓN DEL DAÑO
Una forma para evaluar el daño causado por Mycosphaerella fijiensis es por la escala propuesta por Stover y Gahul.
Efectos |
% de hoja dañada |
0 |
0% sin síntomas |
1 |
< 1% de rayas y/o hasta 10 manchas |
2 |
1 a 5 % área foliar atacada |
3 |
6 a 15 % |
4 |
16 a 33% |
5 |
34 a 50% |
6 |
> 50% |
Permite este esta escala realizar una estimación visual del área foliar enferma en todas las hojas cuando la planta esta próxima a la floración.
SINTOMATOLOGÍA Y DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD
Fouré (1985) ha identificado seis estados de la evolución de síntomas de la enfermedad: uno de punto, dos de raya y tres de mancha. 1) Estado de punto inicial: aparición de puntos pequeños de color amarillo pálido de 0.25 mm. de diámetro visibles en el envés de las hojas. 2) Primer estado de estría: formación de estrías color castaño de 1.0 mm. de ancho por 2.0 mm. de largo, visibles en el haz y paralelas a las venas laterales de las hoja. 3) Segundo estado de estría: alargamiento de las estrías hasta alcanzar 20 a 25 mm. de longitud y 2.0 mm. de ancho las cuales toman una coloración marrón oscuro y son visibles en el envés con rayas amarillas. 4) Primer estado de mancha: ensanchamiento de las estrías que se tornan color marrón oscuro y son rodeadas por una zona amarilla pálida; puede considerarse el primer estado de mancha. 5) Segundo estado de mancha: inicio del colapso del centro de color negro de la macha y formación de un halo amarillo ligero en el tejido de la hoja que rodea el borde acuoso de la mancha. 6) Tercer estado de mancha: el centro de la mancha se seca adquiere un color gris claro y además se torna hundido. La mancha es rodeada por un color pardo oscuro o negro.
MANEJO DE LA ENFERMEDAD
Debido al problema de resistencia del hongo hacia los fungicidas, el manejo integrado de la enfermedad ha sido la práctica más aceptada y con mejores resultados en la protección del cultivo.
Las acciones del manejo integrado incluyen medidas culturales, sanitarias, cuarentenarias y químicas, pero actualmente se están investigando alternativas biológicas que podrán ser incluidas en los programas de control.
PRÁCTICAS CULTURALES DE CONTROL
Las prácticas culturales que han demostrado ayuda para reducir la presencia del inoculo incluyen las siguientes: el control de malezas, un drenaje adecuado del terreno, nutrición balanceada, así como una buena planificación de la distribución de la población de plantas; el deshoja sanitaria con despunte y cirugía a intervalos semanales de las partes afectadas logra reducir la severidad de la enfermedad; apilamiento y acordonamiento del tejido enfermo en el suelo y la aplicación de urea al 10% como inhibidor de la esporulación; la defoliación controlada a la floración (eliminación a la floración de las tres hojas más viejas de cada planta) como una práctica de reducción de inóculo del patógeno; construir drenajes para evitar humedad excesiva del terreno; evitar riegos por aspersión al follaje; no utilizar hojas de plátano como envoltura de diferentes productos; desinfectar la herramienta con hipoclorito de sodio u otro desinfectante efectivo cada vez que se pasa a otra planta.
CONTROL QUÍMICO:
La aplicación de fungicidas ha sido la práctica más usada para la eliminación del hongo, sin embargo, ha originado cepas resistentes a diferentes compuestos aplicados, provocando que el control de esta enfermedad genere un costo del 30 al 40 % de la producción.
Fungicidas de contacto como mancoceb y clorotalonil han sido usados ampliamente para el ataque de este hongo y que desde el punto de vista de manejo de resistencia se consideran de bajo riesgo en este rubro. Los benzimidazoles, triazoles, aminas, estrobirulinas y anilino pirimidinas son fungicidas sistémicos considerados de mediano a alto riesgo de resistencia.
M. fijiensis ha desarrollado resistencia a varios fungicidas del grupo de los benzimidazoles, triazoles y estrobitulinas lo cual ha reducido su eficacia en campo y limitado su uso.
El uso de citrolina sola o mezclada con fungicida ha sido otra práctica para el control del hongo.
El biofungicida obtenido del extracto de la planta Melaleuca alternifolia ha probado ser efectivo con acción preventiva y curativa contra Sigatoka.
CONTROL BIOLÓGICO
Se han evaluado agentes biológicos como el hongo Trichoderma spp. y las bacterias Serratia y Bacillus pero no han tenido el control que se podría esperar, sin embargo, en aquellas zonas donde la resistencia de M. fijiensis a los fungicidas es severo, la inclusión de estos microorganismos pueden ayudar a mejor las acciones de control.