Los invernaderos tienen el reto de consolidarse y hacer frente a las implicaciones que significa controlar la temperatura, la humedad, las enfermedades y plagas de un cultivo, de lo contrario son estructuras que se van abandonando y que son inversiones infructuosas.

De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, basada en la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida, la producción en invernaderos a nivel nacional, ha crecido 6 veces más que hace 10 años.

Esto significa que en el 2002 llegaba a 3 mil, hoy se contabilizan alrededor de 18 mil hectáreas, generando 100 mil empleos y siendo los principales productores los Estados de Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas.

Para tener y mantener un invernadero se requiere que las condiciones a cielo abierto no sean favorables y tener un mercado para comercializar. Además, ser eficientes en el control del clima dentro de los invernaderos, así como contar con lo indispensable para que logren las cosechas adecuadas.

De lo contrario, se seguirá repitiendo el panorama de invernaderos abandonados por el alto costo que implica mantenerlos y la baja comercialización.

Es por ello que quienes cuenten con un invernadero, deben consolidar su uso y optimizar costos, lamentablemente este tipo de agricultura ha sido banderín político de gobiernos estatales, municipales y federales, lo que ha hecho que abunden invernaderos sin que tengan mucho futuro.

* Periodista especializada en el

sector agropecuario

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