Si nos detenemos en un día como hoy, en el mes de Junio del año 2011, volteamos hacia el pasado reciente, los últimos veinticinco años, podríamos contar innumerables sucesos, innovaciones que afectan en la actualidad al sector agroalimentario en nuestro país.

México se encontraba en el inicio de una carrera hacia la globalización, con el ingreso al GATT en 1987, sin embargo todavía era una economía cerrada al comercio internacional; la intervención gubernamental en la fijación de precios, subsidios y apoyos comenzaba a retirarse de manera gradual. Aún flotaban algunas iniciativas gubernamentales sobre los productores mexicanos, como girones de nubes después de la tormenta, como el sistema alimentario mexicano, la soberanía alimentaria y otras que perdieron fuerza cuando el rumbo del país se fijó más en la industrialización y el turismo. Sin embargo había grandes extensiones sembradas de cereales y oleaginosas; se cultivaban hortalizas en estados que tradicionalmente las habían cultivado para la exportación en fresco o bien procesadas (Baja California, Sinaloa y el Bajío principalmente); comenzaba la era de la floricultura en los estados de Morelos, México y Michoacán. La engorda de ganado comenzaba a intensificarse en otras regiones fuera de los estados del norte. La porcicultura se diversificaba hacia zonas libres de enfermedades. En avicultura comenzaba la consolidación de los grandes grupos productores de carne y huevo. La importación de pie de cría continuaba para mejora de hatos lecheros, caprinos y ovinos. La superficie cultivada bajo ambientes protegidos era insignificante, los sistemas de irrigación comenzaban a automatizarse (era la época de los enormes pivotes centrales); las semillas híbridas con alto potencial de rendimiento habían llegado para quedarse. La silvicultura estaba en manos del gobierno y del ejército.

Hoy la situación es distinta; la tenencia de la tierra, no ha podido despolitizarse y menos privatizarse, pero existen posibilidades de que se puedan manejar mayores superficies en cultivos y ganadería extensivos, para mejorar la rentabilidad de las inversiones. El comercio internacional de alimentos e insumos tiene una enorme importancia, porque podemos y hacemos intercambios comerciales con cualquier país del mundo. El gobierno mexicano ha retirado muchos subsidios, aunque se hayan creado otros, porque en el mundo la soberanía alimentaria sigue siendo un asunto de estado, lo cual comienza a cambiar esa tendencia de abandono que fomentaron administraciones durante más de veinte años, que obligaron a muchos productores a bajar la cortina. En el presente la productividad es una obligación, lo mismo la calidad e inocuidad en lo que se refiere a la exportación. México dejó de ser un país productor de cereales, textiles y oleaginosas; la dependencia externa es alarmante, dadas las peligrosas señales de que la era de los alimentos baratos llegó a su fin y habrá que llamarlos con otro nombre distinto al de “commodities”. Después de las crisis financieras de 1994 y 2001, se dejaron de sembrar grandes extensiones por falta de financiamiento, porque el riesgo se había elevado demasiado y los precios no eran equivalentes, había muchas reservas que hoy se están agotando. Nuestro país cambió de rumbo hacia la producción intensiva de alimentos (frutas, hortalizas, leche y carne). La agricultura protegida, la agricultura orgánica, la biotecnología aplicada en semillas, plantas y animales es una realidad. Los sistemas de ferti-irrigación y control ambiental se controlan a distancia. Nuevas regiones se abren hacia nuevos cultivos frutícolas y hortícolas, principalmente.

En los próximos veinticinco años se nos presentaran distintos retos todos complejos pero solucionables, siempre y cuando se trabaje con objetivos comunes y de manera coordinada entre los distintos actores de la producción agroalimentaria: La soberanía alimentaria será el objetivo nacional que nos lleve a reducir la enorme dependencia que tenemos en muchos productos (granos, leche, aceites, etc,). Los productos que requieren labor intensiva continuarán siendo el eje que sostenga la rueda de exportación hacia mercados europeos y asiáticos, no solo el norteamericano. La normativa de calidad e inocuidad no serán exclusivas para los productos de exportación, también lo serán para abastecer el mercado nacional; continuarán los esfuerzos en materia del desarrollo de productores orgánicos. La sustentabilidad no será una moda, sino una obligación para las empresas agroalimentarias: uso eficiente de la energía en los procesos  de producción, conservación y transportación; manejo efectivo de desechos tóxicos, de aguas residuales; la contaminación de tierra, agua y aire se castigará penalmente. Trato digno y justo hacia los distintos “stakeholders” de la empresa (aquel que no cumpla con este precepto corre el riesgo de desaparecer del negocio). La biotecnología y OGMs se apoyarán con nanotecnologías y microrobots, para la creación de alimentos más nutritivos, para la rápida domesticación de plantas y animales exóticos que se adapten a condiciones extremas, que sean más eficientes en la conversión de peso, porque habrá que desarrollar más consumidores y nuevos mercados.

La automatización de los procesos tanto en agricultura extensiva como intensiva obligará a que se realicen inversiones importantes en infraestructura (conservación, nivelación y mejoramiento de suelos, almacenamiento y uso eficiente de agua dulce, desalinización de agua de mar. El cambio climático obligará a que se realicen cambios en las zonas que tradicionalmente han sembrado cierto tipo de cultivos, por lo que se introducirán nuevos con técnicas más desarrolladas; la población rural seguirá disminuyendo y emigraran a urbes intermedias donde se ofrezcan mejores servicios y seguridad. La robótica agrícola sustituirá a la maquinaria tradicional. Grandes buques convertidos en fábricas de alimentos surcarán los océanos. Utilizaremos cada vez más la energía solar, la del viento, de las mareas, y de desperdicios orgánicos, en detrimento de los combustibles fósiles. La silvicultura se desarrollará en la región sub tropical y tropical de manera sustentable para el mejor aprovechamiento de maderas finas. Se crearán enormes reservas naturales para la conservación en la medida de lo posible de la biodiversidad; se fijarán zonas de producción por regiones de acuerdo con un ordenamiento ecológico/económico apto, y en consecuencia se desarrollarán los servicios que deban estar al alcance.

 

Hace veinticinco años México cambió, hoy vive en la constante del cambio, y seguirá evolucionando a mayor velocidad de lo que lo ha hecho hasta ahora. Debemos estar dispuestos a colaborar y cooperar a que esos cambios sean para el bien de nuestro país y del mundo; hagámoslo por nosotros y las generaciones futuras.

 

 

Jorge Segovia Fernández/Ing. Agrónomo

Socio Director de Media Hunters México

Consultores en Recursos Humanos y Negocios

(55) 9171-1053

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

www.mediahuntersmx.com

Artículos Relacionados

Campo Limpio

campo

 Expo Agrícola Jalisco 2024
Expo Agrícola Jalisco 2024
24 al 26 de abril
Cd. Guzmán, Jalisco
Más información



 

 IFPA The Mexico Conference
IFPA The Mexico Conference
22 - 23 de mayo
Guadalajara, Jalisco.
Más información



 

 Congreo Internacional AneBerries
Congreo Internacional AneBerries
24 y 25 de Julio
Guadalajara, Jalisco.
Más información



 

Visitas totales

8.png4.png8.png2.png5.png9.png4.png4.png
Hoy1748
Ayer3612
Esta semana16443
Este Mes32325
Total84825944

8
En línea

Suscríbete al Boletín

Sitio Desarrollado en Chicoloapan por Painallihost