Esta leguminosa originaria de México, ya era un cultivo de importancia en Mesoamérica desde hace 8,000 años. A la fecha se le reconoce como un cultivo de importancia social, que no sólo genera fuentes de trabajo, también es de consideración el papel que juega en la economía de autoconsumo.

En algunos lugares está integrante del género Phaseolus, es la principal y en ocasiones única, fuente de proteína en la dieta de algunas poblaciones.

Actualmente no sólo se le reconoce su valor nutricional, también se a estudiado los beneficios de sus compuestos fotoquímicos funcionales, lo que lo convierte en un nutraceutico que proporciona protección contra diversas enfermedades, como el cáncer, problemas cardiacos y diabetes. Esta ultima patología, desgraciadamente es cada día más frecuente entre la población mexicana.

Cada 100 gramos de frijol cocido proporcionan al consumidor 33 gr de proteínas, 30 gr de fibra y 66 gr de carbohidratos. Proporcionando el 51% de hierro y el 29% de zinc que se tiene que consumir por día. Además de ser una fuente importante de ácido fólico.

De acuerdo con datos del INIFAP, en investigaciones realizadas en México, con ratas a las que se les dio un consumo de 40 gr diarios de frijol cocido de las variedades Negro 8025 y Pinto

Durango, se obtuvo un 80% de menor incidencia de cáncer de colon, además de disminución de niveles de glucosa y colesterol.

Los cambios de hábito de consumo, en el medio urbano, ocasionados por la forma de vida actual, en donde cada día son más las mujeres que al incorporarse al medio laboral, han desplazado el consumo de frijol por otro tipo de alimentos que requieran de menor tiempo de preparación.

Es por lo anterior que se busca una mayor presencia en los mercados nacionales de procesados de frijol como alternativas que faciliten el consumo, tal es el caso de frijol cocido embolsado, enlatado, deshidratado, alimentos colados y combinados con otros productos. También se realiza investigación para el nuevo desarrollo de nuevos productos en base al frijol, como galletas, pastas y extruidos, que faciliten el acceso a tan importante alimento en la dieta de los mexicanos de este milenio.

Redacción TECNOAGRO

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