“El ataque de este insecto puede ocasionar daños irreparables en la producción de las plantas y también al beneficio económico del productor. Es importante detectarlo pronto, para evitar gastos excesivos, como perdidas completas de cultivos”.
Por: Daniel Horcajo. Agro Huerto.
Polyphagotarsonemus latus, más conocido como araña blanca o arañuela blanca.
En realidad, hablando con precisión, no se trata de una araña. Estamos hablando de una especie de ácaro que pertenece al orden Acarina y a la familia Tarsonemidae. Por eso es correcto utilizar el término “ácaro blanco o arañuela blanca”.
En América latina también se le conoce como ácaro del chile, ácaro ancho, ácaro tropical o ácaro amarillo.
En el ciclo de vida de este ácaro se distinguen cuatro estados: huevo, larva, pupa y adulto. Las larvas tienen 6 patas (3 pares) y los adultos 8 patas (4 pares). En los adultos, hay diferencias importantes entre los machos y las hembras.
Los ácaros hembra miden alrededor de 0.2mm de largo y tienen forma ovalada. Sus cuerpos están hinchados de perfil y son transparentes, de color amarillo claro a marrón pálido o verde y ceroso, con una tenue raya media que se bifurca cerca del extremo posterior del cuerpo. Las hembras, ponen los huevos en huecos inapreciables en la superficie de la hoja o del fruto. Los huevos quedan firmemente sujetos a estas superficies. El cuarto par de patas de la hembra se reduce a un delgado y largo pelo que se extiende desde la punta.
Los machos son pequeños midiendo aproximadamente 0.11mm y tienen piernas relativamente largas. Son similares en color y carecen de la raya media que se encuentra en las hembras. El cuarto par de patas de los machos, termina en fuertes garras que se utilizan para recoger la ninfa femenina y colocarla en ángulo recto con la del macho para el transporte y posterior apareamiento.
La araña blanca prefiere para su desarrollo, situarse en el envés de las hojas, donde encuentra las condiciones climáticas óptimas de humedad, sombra y alimentos necesarios.
Los huevos de los ácaros anchos son elípticos, brillantes e incoloros, de unos 0.08mm de largo, cubiertos por 30-40 huevos blancos dispersos en la superficie superior de cada huevo.
El huevo distintivo, es una característica clave de identificación, que se debe utilizar para confirmar que el daño a las plantas está siendo causado por este tipo de ácaros. Cuando los huevos eclosionan, emergen larvas que son de aproximadamente de 0.05-0.1mm de largo. Debido a las diminutas crestas que se encuentran en su piel, parecen blancas, pero luego se vuelven transparentes.
Las larvas tienen tres pares de patas. Después de 2-3 días, la larva se convierte en una “pupa” quiescente (permanecer en estado inmóvil aunque puede tener movimiento propio) que aparece hinchada, como una clara y cuerpo inmóvil, que es apuntado en ambos extremos.
La pupa tiene unos 0.08mm de longitud. Una vez que mudan de esta etapa se convierten en adultos, que tienen cuatro pares de piernas.
En condiciones de altas temperaturas, humedad y ambiente sombreado, se multiplica con gran rapidez a 25°C, el desarrollo de una generación de estos ácaros (de huevo a huevo) dura entre cuatro y cinco días.
La longevidad de una hembra es de unos diez días en condiciones normales. Durante este período, pone unos 50 huevos. Las hembras no fecundadas producen solamente descendencia masculina, mientras que las hembras, se producen a partir de huevos fecundados. En invierno, la tasa de reproducción y la actividad de los ácaros descienden. Para su supervivencia, éste ácaro depende de material vegetal vivo, por lo que no puede hibernar en partes de la estructura del invernadero, como hacen las arañas rojas.