arandanos

Estos frutos no solo se distinguen por su buen sabor, los saludables que son y sus bellos árboles, también por su versatilidad para cultivarse y que son fáciles para cuidar”.

El arándano es un arbusto leñoso de hoja caduca o perenne, cuya estatura es la principal diferencia entre las especies cultivadas. Las variedades del grupo de arándano alto miden entre 1,8 a 4,0 metros, a diferencia de los arándanos bajos que miden entre 0,10 a 0,15 metros y los arándanos “ojo de conejo” que pueden crecer hasta 6,0 metros de alto.

El arbusto de arándano está compuesto de brotes que emergen desde las yemas vegetativas formadas en la temporada anterior o desde las yemas dormantes ubicadas en la corona. Los brotes emergidos desde la base de la planta se denominan cañas y se vuelven leñosos en su segunda temporada de crecimiento. Las yemas florales se forman en los nudos superiores de los brotes del año, por lo que en un tallo dormante de 1 año de edad, se pueden diferenciar por su posición en el tercio superior de la caña, su forma globosa y mayor tamaño que las yemas vegetativas.

El arbusto posee hojas alternas, cortamente pediceladas, enteras o aserradas y con formas variadas. Las flores que están dispuestas en racimos, presentan una corola fusionada de color blanco a rosado y un ovario ínfero con 4 a 5 lóculos, cada uno con muchos óvulos en su interior. El fruto es una baya con muchas semillas y madura 2 a 3 meses después de la polinización de las flores, dependiendo del cultivar y de las condiciones ambientales.

Las bayas varían en su color desde azul claro a negro, están cubiertas por una cutícula cerosa (“bloom”) y, generalmente, presentan un interior blanco. El crecimiento del fruto se describe por una curva doble sigmoidea, con tres estados de desarrollo. El estado I se caracteriza por una división celular y ganancia de peso acelerados. En el estado II, el crecimiento del fruto es muy bajo, pero el desarrollo de la semilla es activo. El estado III se caracteriza por un crecimiento muy rápido del fruto a través de la elongación de las células. En total, el período de desarrollo del fruto varía entre 42 a 90 días para cultivares de arándano alto del norte y entre 55 y 60 días para los cultivares del sur. El fruto posee variadas propiedades benéficas para la salud, tales como una elevada presencia de antioxidantes, alta cantidad de vitaminas y bajo aporte calórico.

Las plantas de arándano alto, poseen dos tipos de raíces: raíces gruesas (hasta 11mm) para almacenamiento y anclaje; y, raíces finas (tan pequeñas como 1mm) que cumplen la función de absorción de agua y nutrientes. El sistema radicular es superficial, fibroso y carece de pelos radicales, aunque es colonizado por hongos micorrízicos. El crecimiento radical ha sido descrito como bimodal, con un primer “peak” de crecimiento en primavera entre el estado de cuaja y fruto verde. El segundo “peak” es de mayor magnitud y ocurre después de la cosecha de los frutos. En general, cerca del 50% de las raíces se encuentran dentro de una distancia de 30cm desde la corona y entre el 80-85% de las raíces están dentro de los primeros 60cm de suelo. El uso de “mulch” tiende a concentrar las raíces cerca de la superficie.

Ciclo de crecimiento y desarrollo

El arbusto presenta un ciclo anual de crecimiento, en el que se alternan un período de dormancia en otoño-invierno y un período de crecimiento activo en primavera-verano.

En la medida que el fotoperiodo y las temperaturas disminuyen en el otoño, los arbustos entran en dormancia. Subsecuentemente, requieren de una cierta acumulación de horas frío durante el invierno para reasumir un crecimiento normal durante la siguiente primavera.

Los órganos permanentes, como las raíces, coronas y tallos de diferentes edades, están presentes en la planta durante todo el año. Mientras que los órganos transitorios, como brotes, hojas, flores y frutos, están presentes sólo durante el período de crecimiento activo.

Los brotes emergen en primavera, principalmente desde yemas vegetativas simples, formadas en la temporada anterior, aunque también pueden originarse desde yemas dormantes, ubicadas cerca de la base de las cañas de mayor edad (por ejemplo, luego de una poda intensa). La brotación de las yemas vegetativas ocurre 1-2 semanas previo a la floración, aunque su desarrollo procede a una tasa más lenta que la de las yemas florales. El crecimiento de los brotes que se extiende hasta mediados del verano, es caracterizado por ser simpodial (en zig-zag o irregular) y episódico, siendo acompañado de un número variable de abortos apicales. Cada aborto apical, denominado “punta negra”, finaliza un período o flujo de crecimiento de un brote individual, el que puede presentar uno o más flujos, dependiendo de la variedad, el vigor del brote y las condiciones ambientales.

Generalmente, los brotes no son ramificados durante el primer año. Sin embargo, después de la floración en el segundo año, dos o más yemas vegetativas ubicadas bajo las inflorescencias, brotan y comienzan a crecer, resultando en un tallo ramificado. En los años posteriores, múltiples yemas vegetativas brotarán después de la floración, por lo que el tallo se irá ramificando cada vez más. También se ha observado brotación de yemas axilares de los brotes del año, en variedades de arándano alto del sur, generando los llamados “anticipados” o “brotes de verano”, los que detienen su crecimiento en forma más tardía.

Las yemas florales son simples y comienzan a crecer en la primavera, abriendo en un período de 3-4 semanas. Cada yema floral origina una inflorescencia racimosa, cuyas flores darán origen al fruto. Los estados de desarrollo de la yema floral distinguibles son:

  • Yema cerrada: no existe hinchazón visible y las escamas de las yemas se encuentran completamente cerradas.

  • Yema hinchada: la hinchazón de las yemas es visible y sus escamas se encuentran separadas.

  • Quiebre de yema: las escamas de las yemas se encuentran separadas y se visualizan las puntas de las flores.

  • Racimo apretado: se distinguen las flores individuales.

  • Botón rosado temprano: las flores se encuentran parcialmente expandidas, se han separado; los pétalos aparecen cortos y cerrados.

  • Botón rosado tardío: las flores individuales se encuentran plenamente desarrolladas y separadas; las corolas expandidas, pero aún cerradas.

  • Inicio floración: algunas corolas están totalmente expandidas y abiertas; muchas flores se encuentran todavía cerradas.

  • Plena floración: la mayoría de las flores de la planta se encuentran abiertas.

  • Caída de pétalos: las corolas están cayendo, dejando al descubierto los frutos verdes pequeños. Es la etapa más vulnerable al daño por heladas.

El porcentaje de cuaja de frutos puede variar desde 40% hasta cerca de 100%, dependiendo de las condiciones ambientales durante la fertilización de las flores, de la provisión de insectos polinizadores y de la ocurrencia de polinización cruzada. Es bien sabido que la cuaja de frutos en arándano alto es aumentada por la polinización cruzada, aunque este efecto es dependiente de la variedad. Además, los frutos provenientes de polinización cruzada, presentan un mayor tamaño y una maduración más temprana que frutos provenientes de autopolinización, lo que estaría explicado por su mayor número de semillas producto de una adecuada polinización y cuaja. Los estados de desarrollo del fruto son:

  • Fruto verde: las bayas están en expansión y su tamaño puede variar dentro de un mismo racimo.

  • Fruto en pinta: las bayas están cambiando su color desde verde a rosado-azul.

  • 25% azul: bayas maduras y listas para la primera cosecha.

  • 75% azul: las bayas se cosechan en la medida que van madurando.

Estados de desarrollo de la yema floral: A) yema cerrada; B) yema hinchada; C) quiebre de yema; D) racimo apretado).

Estado de la yema vegetativa: A) punta verde temprana; B) punta verde tardía; C) brotes en expansión de la flor; D) botón rosado temprano; E) botón rosado tardío; F) inicio floración; G) plena floración; H) caída de pétalos); I) del fruto; J, fruto verde; J) pinta; K) 25% cobertura azul; L) 75% cobertura azul; M) inducción de yemas para la siguiente temporada.

La inducción o iniciación de las yemas florales ocurre una vez que el brote finalizó su crecimiento de la temporada y bajo condiciones de fotoperiodo corto (<12h). Es decir, la inducción floral se produce en la temporada anterior a la temporada de floración. La temperatura también es un factor importante, observándose una adecuada inducción floral con temperaturas medias entre 12-21°C y una casi nula inducción con temperaturas más elevadas (28°C). En variedades de arándanos altos del sur, que presentan dos momentos de desarrollo de brotes (brotes de primavera y verano), se han reportado dos momentos de inducción floral en relación directa con la fecha en que cada tipo de brote detiene su crecimiento. La diferenciación de las partes florales dentro del ápice reproductivo, se inicia inmediatamente y la formación de óvulos y granos de polen continúa durante el invierno en variedades de arándano alto del sur. Mientras que en variedades de arándano del norte, la diferenciación se detiene en invierno, se continúa a inicios de primavera y finaliza justo antes de la floración. A lo largo del brote, la diferenciación floral procede en forma basipétala, es decir, desde la yema apical hacia abajo; y dentro de la yema floral, procede en forma acropétala, desde la base del pedúnculo hacia su ápice.

Por su parte, el componente número de flores por yema es variable, particularmente debido a la posición de las yemas en el brote, observándose una menor cantidad de flores por yema, en las posiciones más alejadas del ápice de la ramilla. Otro factor que afecta este componente es la variedad. Por ejemplo, se han contabilizado en promedio 11 flores por yema en “Elliot” y 5 flores por yema en “Cooper”. El componente porcentual de cuaja, depende de las condiciones ambientales durante la fertilización de las flores, de la provisión de insectos polinizadores y de la ocurrencia de polinización cruzada. Se han publicado niveles de cuaja entre 40% hasta casi 100% en arándano alto; y se encuentra bien establecido que la polinización cruzada favorece este componente.

El peso del fruto está positivamente correlacionado con el número de semillas, en el que a su vez, es afectado por el tipo de polinización. Por ejemplo, la polinización abierta aumentó el peso del fruto de cuatro variedades de arándano alto, entre 50% y 100%, en comparación a la autopolinización, lo que fue correlacionado positivamente con el número de semillas en los frutos. Sin embargo, existen otros factores que contribuyen a la variabilidad del tamaño de fruto, tales como la variedad, disponibilidad de agua y manejo de la poda. Se ha medido una disminución de hasta 60% del peso del fruto debido al déficit hídrico. También, se ha señalado una correlación positiva entre el largo y diámetro de la ramilla con la calidad de las yemas florales y de éstas, con el calibre potencial de los frutos.

En resumen, el rendimiento en arándano es resultado de complejas interacciones entre sus componentes. Una de las prácticas de manejo que afecta fuertemente los componentes de rendimiento con mayor incidencia en el rendimiento (número de cañas por planta, número de yemas florales por caña, peso del fruto), es la poda. Por lo tanto, es una herramienta fundamental para diseñar el rendimiento a alcanzar en cada temporada. En este contexto, es importante destacar que para lograr una producción sostenida de fruta de alta calidad y alargar la vida útil de las plantas, la poda debe realizarse en forma anual. Esto genera arbustos con menor número de cañas, pero conlleva a frutos de mayor tamaño y, generalmente, a mayores rendimientos. Por otro lado, la poda aumenta la penetración de la luz en el dosel y promueve la formación de yemas florales. Además, los frutos maduran precozmente y se reducen los tiempos de cosecha.

Diseño de la estrategia de fertilización para nutrientes distintos a Nitrógeno.

Por razones económicas y ambientales, el diseño de normas de fertilización en arándano debe considerar la demanda de nutrientes, según la etapa y nivel productivo del huerto; el suministro de nutrientes del suelo, según el tipo y manejo del mismo; y, la eficiencia de la fertilización, de acuerdo a la tecnología de aplicación y tipo de suelo. De acuerdo a este modelo racional, las dosis de fertilización deben definirse en cada caso particular, ya que tanto fertilizaciones superiores como inferiores a las reales necesidades del huerto, impactan negativamente la producción del huerto y/o el medio ambiente a través de contaminación hacia las aguas y el aire. Para los nutrientes distintos al N, la decisión de cuándo y cuánto fertilizar en un cuartel de arándano, es guiada por la información obtenida en el análisis de suelo y su comparación con los niveles críticos de suelo propuestos. En este contexto, existen dos tipos de fertilización:

  1. fertilización de corrección, que debe aplicarse cuando la disponibilidad de los nutrientes medidos en el análisis de suelo, es inferior a los estándares recomendados para el cultivo (nivel crítico de suelo),

  2. fertilización de mantención, que debe aplicarse cuando la disponibilidad de los nutrientes medidos en el análisis de suelo es similar o superior a los niveles críticos de suelo.

Fertilización de corrección

La fertilización de corrección, contempla incrementar el nivel de disponibilidad de los nutrientes, hasta alcanzar el nivel crítico de suelo definido para cada elemento. Para su diseño y aplicación, se debe considerar si el huerto se encuentra establecido o por establecer, y la forma de aplicación de los fertilizantes. Una vez aplicadas las dosis de corrección, se debe realizar un nuevo análisis de suelo para corroborar que se alcanzaron los niveles críticos de cada nutriente. La dosis de corrección para nutrientes distintos a N se calcula de acuerdo a la siguiente ecuación:

DosisC=(Sum_Alc – Sum_Actual)/fEfic_Nte

Donde:

  • DosisC: dosis corrección del nutriente en estudio (kg ha¹).

  • Sum_Alc: suministro a alcanzar con la fertilización de corrección, y que corresponde al nivel crítico definido para cada nutriente (mg kg¹ P-Olsen para P; mg kg¹ K intercambiable para K; mg kg¹ S extractable para S).

  • Sum_Actual: suministro actual evaluado a través de análisis de suelo (mg kg¹ P-Olsen para P; mg kg¹ K intercambiable para K; mg kg¹ S extractable para S).

  • fEfic_Nte: factor de eficiencia de fertilización de corrección del nutriente en estudio (mg kg¹/kg ha¹).

En el cálculo de la dosis de fertilización de corrección, es indispensable incluir la eficiencia de la fertilización, debido a que no todo el fertilizante aplicado quedará disponible para la absorción por el cultivo de arándano. Esto se debe a:

  1. La aplicación de un fertilizante al suelo, genera un nuevo equilibrio entre los distintos reservorios del suelo y a través de diferentes procesos, dependiendo de factores que afectan la capacidad de reposición del nutriente a la solución;

  2. Se producen pérdidas permanentes y/o transitorias de acuerdo al ciclo interno del nutriente en el suelo;

  3. Las características propias de cada fertilizante determinan la velocidad de entrega de nutrientes;

  4. La forma de aplicación del fertilizante (en cobertera, incorporado o localizado; determinan la capacidad de recuperación de las plantas del fertilizante aplicado, debido a la cercanía del fertilizante a las raíces);

  5. La época y parcialización de la fertilización en el caso de nutrientes móviles en el suelo, determinan la magnitud de las pérdidas del fertilizante a través de lixiviación.

Todos estos factores explican que solo una parte del fertilizante aplicado en la fertilización se ha recuperado por el cultivo. La eficiencia de fertilización varía dependiendo del nutriente. Así, en el caso del P y S, dependerá en gran medida de la capacidad de adsorción específica del suelo; y en el caso del K, de la capacidad de adsorción no específica del suelo. Esto implica que a mayor capacidad de adsorción del suelo, menor será la fracción de fertilizante aplicado que quede disponible para la temporada del cultivo.

En el caso de la fertilización fosforada, además, se debe considerar que los parámetros entregados son válidos para fertilizantes solubles (superfosfato triple y normal, fosfatos de amonio, fosfatos potásicos), y no están considerados los fertilizantes semisolubles o parcialmente solubles (fosfatos bicálcicos y rocas fosfóricas).

Fertilización de mantención

La fertilización de mantención debe realizarse cuando el nivel de disponibilidad en el suelo es igual o mayor al nivel crítico establecido, para cada nutriente y puede realizarse a través de aplicaciones en cobertera o vía fertirriego. Su objetivo es mantener los niveles de disponibilidad de nutrientes en el suelo, reponiendo la extracción de nutrientes en la fruta cosechada y en los residuos de poda (si son extraídos del potrero). Es una fertilización al suelo que considera la reposición de las pérdidas de nutrientes por extracción del cuartel, por lo que es innecesario considerar una eficiencia de fertilización y, además, no requiere de una época específica de aplicación durante la temporada de cultivo.

Esta intervención se considera pertinente aún con niveles de disponibilidad en el suelo dos hasta tres veces superiores al nivel crítico. Por sobre estos valores, se puede realizar extracción sin reposición, lo que implicará que los niveles nutricionales vayan disminuyendo en el tiempo, haciendo necesario realizar análisis de suelo cada cierto número de años (3 a 4 años), para detectar el momento en que se debe comenzar la aplicación de fertilización de mantención. Para el diseño de la fertilización de mantención se debe considerar:

  1. la cantidad de nutrientes que es exportada desde el huerto en la fruta cosechada, le que corresponde a una fracción de la demanda anual de nutrientes del cultivo; y

  2. la cantidad de nutrientes que es exportada en los residuos de poda, si éstos son retirados del cuartel.

Por consiguiente, la fórmula de cálculo es la siguiente:

DosisM = [(Extr_Nte_Frut) + (Extr_Nte_Poda)] x fConv

Donde:

  • DosisM: dosis de fertilización de mantención (kg ha¹).

  • Extr_Nte_Frut: extracción del nutriente en estudio en la fruta cosechada (kg ha¹).

  • Extr_Nte_Poda: extracción del nutriente en estudio en los residuos de poda, si éstos son retirados del cuartel (kg ha¹).

  • fConv: factor de conversión del elemento a unidad fertilizante (2,3 para PO; 1,2 para KO; 1,4 para CaO; 1,7 para MgO)

La extracción de nutrientes en la fruta se calcula conociendo la demanda anual de nutrientes del cultivo (Dem_Nte) y un factor que representa la proporción de esa demanda que es exportada en la fruta producida

(fExtr_Nte_Frut): Extr_Nte_Frut = (Dem_Nte x fExtr_Nte_Frut)

Donde:

  • Extr_Nte_Frut: extracción del nutriente en estudio en la fruta cosechada (kg ha¹).

  • Dem_Nte: demanda anual del nutriente en estudio (kg ha¹).

  • fExtr_Nte_Frut: factor de extracción del nutriente en estudio en la fruta cosechada (kg kg¹).

En particular, la demanda de nutrientes del huerto corresponde a la necesidad mínima óptima de nutrientes, generada por el crecimiento anual de los arbustos, el que está constituido por el crecimiento de sus órganos individuales (brotes, hojas, frutos, raíces e incremento de estructuras permanentes). Se calcula considerando el rendimiento a alcanzar de cada temporada y un parámetro integral que se ha denominado factor de demanda, que considera la concentración mínima óptima de cada nutriente:

Dem_Nte = (Rend_Alcanzar x fDem_Nte) / fConv

Donde:

  • Dem_Nte: demanda del nutriente en estudio para el crecimiento anual (kg ha¹).

  • Rend_Alcanzar: rendimiento a alcanzar en la temporada (kg ha¹).

  • fDem_Nte: factor de demanda del nutriente en estudio (para macronutrientes en g nutriente kg¹ fruta producida; para micronutrientes en mg nutriente kg¹ fruta producida).

  • fConv: factor de conversión a kg nutriente ha¹ (1.000 para macronutrientes; 1.000.000 para micronutrientes).

El rendimiento a alcanzar (Rend_Alcanzar) en cada temporada lleva asociado un cierto crecimiento de estructuras vegetativas. Por ende, la demanda será variable a través de las edades productivas del huerto frutal, desde la fase de formación, pasando por rendimientos crecientes, hasta llegar a plena producción. En esta última etapa, el huerto alcanza un equilibrio entre la producción de estructuras permanentes (corona y madera estructural), y la poda con objetivos de producción, por lo que también se ha denominado etapa de rendimientos estables. El rendimiento a alcanzar es el rendimiento en fruta diseñado a través del manejo del huerto, considerando sus condiciones edafoclimáticas, un manejo equilibrado de las estructuras reproductivas y vegetativas, así como un alto nivel tecnológico.

Por su parte, el factor de demanda (fDem_Nte) es específico para cada nutriente y expresa la absorción de nutrientes del crecimiento anual, en relación a la producción de fruta del arbusto.

La determinación de los factores de demanda nutricional, comprendió el muestreo destructivo de 192 plantas de arándano, considerando que el objetivo del estudio fue establecer los factores de demanda nutricional del arándano, con un manejo óptimo, durante la temporada 2009-10. Se realizó una fertilización de corrección con el fin de asegurar una adecuada nutrición de las plantas en estudio. Durante la temporada, se muestrearon plantas de los cv. “Brigitta” y “Elliot” en tres edades productivas: la formación (<4 años), rendimientos crecientes (4-7 años) y plena producción (>7 años). Dentro de cada edad productiva, se muestrearon plantas en 4 etapas fenológicas: dormancia, brotación, fruta madura y fin de extensión de brotes. Cada planta se dividió en sus órganos individuales, en los que se determinó peso seco (biomasa) y concentración de nutrientes. Para cuantificar el rendimiento total por planta, se hicieron entre 5 a 7 cosechas parciales por sitio en la medida que los frutos maduraban.

En base a los resultados de los estudios, se determinaron factores de demanda nutricional para plantas en plena producción y rendimientos crecientes, los que consideran el crecimiento de las estructuras del año y un porcentaje estable de reservas.

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