“Uno de los frutos más importantes a nivel mundial tiene diferentes usos como por ejemplo en la industria como para su consumo. Ahora demanda a nivel nacional una mejor situación para su cosecha, ya que no es suficiente su producción en el campo mexicano.”

Por: José Luis Solleiro,

Olivia Mejía

El durazno es un fruto caducifolio originario de China, pertenece a la familia de las rosáceas. Se dio a conocer al mundo gracias a los persas, quienes de China lo distribuyeron y comercializaron hacia países de occidente.

La introducción del durazno a México, ocurrió en el siglo XVI con los españoles. En la actualidad, la producción de durazno en nuestro país se realiza en regiones con distintos tipos de climas, ya sean cálidos, fríos, lluviosos o secos, en zonas bajas y altas. Debido a su adaptabilidad, este cultivo se produce en todo el año, no obstante, de abril a septiembre se cosecha el 75% de la producción nacional.

El durazno tiene diversos usos entre los que destacan: su consumo en fresco como fruta de temporada; se elaboran productos como mermeladas, conservas y almíbares; es ingrediente de ensaladas, pasteles, postres y dulces; contiene importantes fitoquímicos como luteína, zeaxantina, criptoxantina y betacarotenos, lo que le confiere propiedades antioxidantes, entre otros beneficios.

En los últimos ocho años, la producción de durazno en México ha sido fluctuante, cerrando 2017 con una disminución de 7.3% con relación al año previo, alcanzando su nivel máximo en 2010 con 227 mil toneladas.

Fuente: SAGARPA, 2018.

De acuerdo con los indicadores de producción, el número de hectáreas (has) sembradas se redujo, de 37 mil en 2014 a 31 mil en 2017, situación similar ocurrió con el número de has cosechadas, las cuales disminuyeron 16.1% en ese mismo periodo, mientras que el volumen de producción descendió 5.2%. En contraste, el nivel de rendimiento se incrementó en promedio a 6 ton/ha.

En México, la producción de durazno se realiza en 26 estados, pero seis entidades obtienen el 77% de la producción nacional, destacando a Michoacán (18.4%), Estado de México (18.2%), Chihuahua (14.7%), Puebla (12.7%), Zacatecas (7.1%) y Chiapas (6.3%).

Fuente: SAGARPA, 2018.

Algunas entidades disminuyeron su producción en 2017 con respecto al año anterior, tal es el caso de Michoacán, Puebla, Zacatecas, Morelos y Tlaxcala, entre otros.

La producción de este cultivo debe hacer frente a situaciones complejas que limitan la producción y reducen la competitividad de los productores, las cuales comprenden: la falta de tecnología e innovaciones, problemas en el manejo del cultivo y pos-cosecha, escasos recursos económicos para producir, falta de créditos y la presencia de intermediarios; así como la política de fomento a la producción con escasos incentivos, lo que repercute en la baja calidad y malos rendimientos. De esta forma, el cultivo no es competitivo para el mercado internacional e incluso para los estándares establecidos por la industria en el país. Esto no significa que no haya demanda, pues el nivel de producción resulta insuficiente para satisfacer la demanda nacional, lo que implica un elevado nivel en las importaciones (17,535 ton. en 2017) y un saldo deficitario en la balanza comercial.

Fuente: SAGARPA, varios años.

Las importaciones de durazno de México provienen principalmente de Estados Unidos (75%) y Chile. A nivel mundial, China es el líder productor, en 2016 produjo el 57% de la producción mundial de durazno, seguido por España con 6%, Italia con 5%, Estados Unidos con 3% e Irán con 3%, mientras que México ocupó el lugar 17 con 163,796 ton.

Fuente: FAOSTAT, 2018.

En materia de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), la literatura especializada señala que, la producción de durazno requiere soluciones efectivas a una amplia gama de problemas como plagas, producción siniestrada, bajos rendimientos y calidad. Por ello, la Agenda Nacional de Investigación, Innovación y Transferencia de Tecnología Agrícola 2016-2022 del SNIIT (2016), presenta los temas de innovación e investigación relacionados con la producción del durazno para mejorar e incrementar su productividad, competitividad y calidad.

En conclusión, la producción de durazno podría representar una importante derrama económica para el país, debido a que es un cultivo que se adapta a las condiciones climáticas de las distintas regiones. Además es un producto altamente demandado a nivel local e internacional, situación que debería ser aprovechada para incrementar su producción en las zonas que presentan vocación. Pero la producción competitiva implica la construcción de capacidades tecnológicas, el aumento de la inversión y definir políticas de fomento más activas y con mayores recursos.

Referencias

• SAGARPA-SIAP (2018). Atlas agroalimentario 2012-2018. México.

• ________ (2014). Márgenes de comercialización. Durazno. México, diciembre.

• SNITT-SAGARPA (2016). Agenda Nacional de Investigación, Innovación y Transferencia de Tecnología. Agrícola 2016-2022. México.

• FAOSTAT (2018). Estadísticas de cultivos. Durazno. http://www.fao.org/faostat/es/#data/QC

José Luis Solleiro de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Olivia Mejía de la Universidad Nacional Autónoma de México.