“Numerosas especies atacan animales y al hombre, generando diferentes enfermedades. Sin embargo, la expansión de algunos de ellos, constituye un problema agrícola y en especial económico.”
Por: Ing. José Luis Jiménez Borjas
Dentro de los nematodos, los fitoparásitos formadores de agallas o nodulaciones, reducen significativamente la producción de hortalizas, en la que se encuentran los nematodos formadores de agallas, del genero Meloidogyne spp. Mundialmente, este género ocupa uno de los primeros lugares en importancia, por la severidad de los daños y la reducción considerable en la producción, ya que se trata de una especie polífaga de amplia distribución y frecuencia.
Los nematodos, son organismos microscópicos no segmentados, que constituyen el grupo más abundante de organismos multicelulares del suelo, que ocupan la mayoría de los hábitats. Existen nematodos bacterívoros, fungívoros, predadores de otros nematodos, parásitos de insecto y herviboros o parásitos de plantas. Estos últimos, causan deterioros importantes en los cultivos y de los que hablaremos en este artículo.
Por su pequeño tamaño, y, a que viven en el suelo, no pueden percibirse a simple vista, su estudio ha sido posible cuando la disponibilidad de microscopios de alta resolución y la de técnica para extraerlos del suelo, permite estudios cuantitativos sobre sus densidades de población y relación con los daños producidos en los cultivos.
Suelen tener forma de hilo, con una longitud de 0.1-3 mm, con un diámetro 20 veces menor a su longitud. Están recubiertos de una cutícula protectora, su tubo digestivo es muy atractivo para la organografía, ya que está compuesto esquemáticamente por un estilete, esófago, intestino y ano. Los adultos son de fácil identificación por la presencia de su sistema reproductor. Las hembras presentan uno o dos ovarios, útero, vagina y vulva, con una o dos espermatecas. Los machos se distinguen por la presencia de su aparato copulador en la cola, que está compuesto por espículas, gubernáculo y alas caudales.
Importancia económica
México se coloca como el principal exportador de tomate en el mundo y como una potencia hortofrutícola. En 2014 su producción anual fue de 2.8 millones de toneladas, mientras que para su exportación aumentó a 20 millones de pesos. Actualmente, gran parte de la producción de tomates es exportada a la Unión Americana. En años recientes ha incrementado la producción de esta solanácea en un 50%, impulsada por una mayor superficie agrícola y sistemas de agricultura bajo protección.
Distribución geográfica
En diferentes partes del mundo, entre los 35° de latitud sur y 35° de latitud norte, están altamente infestados por M. javanica, M. incógnita y M. arenaria. En el hemisferio norte, con más de 35° de latitud el M. hapla, es el más común. El género Meloidogyne incluye cerca de 80 especies y 11 razas. Las más comunes a nivel mundial y por su amplio número de plantas que parasitan están: Meloidogyne incógnita, razas 1, 2, 3 y 4. Meloidogyne arenaria, razas 1 y 2; Meloidogyne javanica y M. hapla, raza A y B. el M. hapla es una especie que existe en el norte de Estados Unidos y sur de Canadá, norte de Europa y Asia, en América del Sur, está distribuida a los 40° de latitud sur, en las regiones montañosas del lado occidental del continente. En África se encuentra en latitudes mayores de 1500 m.s.n.m (metros sobre el nivel del mar), en Australia es común encontrarla en Victoria.
En México el nematodo agallador se reporta en áreas agrícolas de Baja California, Sonora, Coahuila, Sinaloa, Durango, San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, Nayarit, Michoacán, Tlaxcala, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Puebla, Hidalgo, Morelos, Estado de México, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Chiapas y Tabasco. Aunque en 2010, la diversificación de especies en Sinaloa se ha diversificado. Por ello, deben realizarse trabajos inherentes al ciclo de vida de este importante fitonematodo, limitante de la producción agrícola actual en todo México y el mundo.
Ciclo de vida
El ciclo de vida de todas las especies de Meloidogyne, es el mismo, aunque algunos autores refieren que el tipo de hospedero y las condiciones ambientales como: luminosidad, temperatura, altitud, pH, textura del suelo entre otros, hacen que varíe el ciclo de vida de los nematodos.
La duración del ciclo de vida en la especie Meloidogyne spp., es de 3-4 semanas en hospederas susceptibles y presentes en suelos ligeros, con temperaturas de entre 25-30°C; pueden crear de 3-10 generaciones por año. Su ciclo biológico inicia con el huevo, el cual pasa por 4 estados larvales que culminan en el estado adulto.
Sintomatología
El ataque de los nematodos fitoparásitos en la parte aérea de las plantas no es típico, puede confundirse con otros ataques originados por otros organismos, como el de los insectos, hongos, bacterias, virus y por deficiencias nutricionales. En el caso de los formadores de agallas, le dan un aspecto característico a la raíz, por lo que debe desarrollarse el hábito de observar las raíces de las plantas, que muestran estas características.
Hospederos
Los cultivos parasitados más destacados son: tomate (Lycopersicum esculentum Mill), calabacita (Cucúrbita pepo L.), pepino (Cucumis sativum L.), chile (Capsicum annuum L.), berenjena (Solanum melongena L.), maíz (Zea maíz L.), sandía (Citrillus vulgaris L.), papa (Solanum tuberosum L.), café (Coffeae arabica L.), frijol (Phaseolus vulgaris), fresa (Fragaria chiloensis), cebolla (Allium cepa L.), girasol (Helianthus annuus L.), alfalfa (Medicago sativa), durazno (Prunus pérsica L.), vid (Vitis vinífera). Además del aguacate, algodón, amaranto, cacahuate, col, garbanzo, guayabo, manzano, melón, papayo y quelite. Localizado en los estados de Guanajuato, Michoacán, Colima, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Sonora, Sinaloa, México, Puebla, Tlaxcala, Coahuila, Durango, Nuevo león, Chiapas y Baja California.
Métodos de control
En las últimas décadas se han realizado diferentes trabajos para el control del género Meloidogyne a través del mundo, con diferentes métodos en los que se incluyen el desarrollo de variedades resistentes, hasta la aplicación de productos químicos, biológicos y orgánicos.
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Control cultural – Las prácticas como el barbecho, inundaciones, aplicación de abonos orgánicos, cultivos de plantas de cobertura y rotación de cultivos, etc., reducen las poblaciones de nematodos parásitos de las plantas cultivadas. Este tipo de prácticas provocan condiciones adversas a los nematodos, por lo que la capacidad de estos para sobrevivir, multiplicarse y producir enfermedades se afecta notablemente. El uso de materia orgánica, como enmiendas del suelo, son una buena estrategia para estos y otros fitoparásitos.
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Biológicos – Este tipo de control es una alternativa efectiva e inofensiva al medio ambiente. Existen diferentes agentes biológicos, entre ellos algunos hongos que pueden limitar el crecimiento poblacional de estos microorganismos. En 1986, Zavala/Mejía y Van Gundi, inocularon 326 bacterias y 28 Actinomicetos de plantas de tomate y pepino. Se inocularon con Meloidogyne incognita, resultando el 31% y 23% de los aislamientos bacterianos, así como el 69% de la disminución de al menos el 10% del índice de agallamiento y un incremento en el peso seco de la parte aérea en las pantas de tomate y pepino.
Los hongos Paecilomyces lilacinus, Pochonia chlamidospora, la bacteria Pasteuria penetrans parasita hembras de Meloidogyne spp. Pueden reducir hasta en un 70% la masa de los huevecillos. El uso de estos microorganismos es promisoria al manejo de Meloidogyne spp., a mediano plazo tendrá que buscarse un incremento de los mismos, considerando que se han adaptado a las condiciones nativas de una u otra región.
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Combate químico – Esta estrategia de control emplea mayormente productos químicos/sintéticos, algunos de acción dual y activos contra nematodos y también insectos.
La distribución del Meloidogyne spp., con su gran número de hospederos, dificulta la determinación del uso de un solo producto para emplear, por ello los nematicidas empleados para el control varían de acuerdo al tipo de cultivo, condiciones ambientales y la especie de Meloidogyne. Estos mismos factores condicionan el modo y la época de su aplicación.
Tanto las solanáceas como las curucubitáceas según su orden de importancia e impacto económico, han limitado recientemente sus aplicaciones para el manejo de este fitonematodo, al uso de los productos a base de grupos toxicológicos como las sulfonas (Fluenzulfone), avermectina (Abamectina), organofosforados (Fostiazato), que reducen considerablemente sus poblaciones, sin embargo, el tema de inocuidad alimentaria ha dado origen a la búsqueda de alternativas de manejo de productos más amistosos con el medioambiente como las bacterias, virus, protozoarios y otros invertebrados o depredadores de los nematodos parásitos de las plantas.
Este artículo fue tomado y actualizado del texto: Horticultura Protegida Invernaderos: la agricultura del futuro en México, tercera edición.
Ing. José Luis Jiménez Borjas – Investigador y capacitador de Agricultura Protegida y Sustentable.