“Aumentar la competitividad de la agricultura, podría ser un reflejo de aumento en la producción. Sin embargo la implementación de técnicas para lograrlo, deben estar adaptadas y ajustadas a las necesidades de cada productor.”

 La agricultura protegida es un sistema de producción bajo diversas intenciones como la de proteger los cultivos minimizando las restricciones y efectos impuestos por fenómenos climáticos. Una de las ventajas, es la facilidad para el desarrollo de cultivos agrícolas fuera de su ciclo natural, en un tiempo más corto. Siendo más exitoso al enfrentarse con plagas y enfermedades, con mejores rendimientos en menor espacio y mayor calidad, que demandan un precio más alto en el mercado, lo que genera un deseable ingreso para los productores.

En respuesta al incremento de la productividad agrícola en México, se disminuye la disponibilidad de agua así como oportunidades de exportación de productos hortícolas, que han comenzado a enfocarse en la tecnología de invernadero. A lo largo de la parte septentrional y central del país, las hectáreas protegidas en 1998 hasta 2008 eran de una tasa media de crecimiento anual del 34,5% empleando diferentes grados de tecnología.

La política de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA), cuenta con programas de apoyo para proyectos de agricultura sostenible, cuyo objetivo es promover la producción de alimentos saludables, para satisfacer las necesidades nacionales e internacionales bajo las normas de calidad. Las ligeras diferencias entre un invernadero y casas sombra, son debido a que muchos productores mexicanos creen que ambas tecnologías proporcionan una productividad similar, por lo que se refieren a este tipo de técnica con fines lucrativos mejor conocida como agricultura protegida.

La agricultura protegida, es aquella que se lleva a cabo bajo métodos de producción que ayudan a controlar en cierto nivel diversos factores del medio ambiente. Lo que minimiza las restricciones ocasionadas por las condiciones climáticas adversas en los cultivos. Las instalaciones, son construidas en estructuras modulares o baterías, que pueden estar en suelos con riego por goteo, usar sistemas hidropónicos o tecnologías aeropónicas. Técnicas que tienen la ventaja de ocupar menos agua y ganar productividad de los invernaderos/casa sombra, a diferencia de los sembradíos con tierra de riego tradicional.

Este tipo de tecnologías, se utilizaron a finales de la década de los 90´s. Para 1980, 300 hectáreas (ha) se reportaron con este sistema de producción y para 2008 fueron aproximadamente 9,000 has. En estadísticas recientes, entre 2011 y 2014 SAGARPA reporta alrededor de 23,000 has de agricultura protegida y distribuida en 40,000 instalaciones.

El aumento de la superficie plantada durante este periodo fue de 263%, dejando a México como uno de los países de mayor crecimiento en este sector alrededor del mundo.

Esta tendencia puede continuar durante los próximos años, especialmente para los productores de tomate (70%), pimiento dulce (16%) y pepinos (10%). Importante es mencionar que algunos estados tienen un crecimiento más acelerado gracias a esta tecnología, que podemos encontrar en el centro y norte del país. En la que predominan climas semiáridos y el déficit hídrico, con la ventaja de encontrarse cerca de la frontera de Estados Unidos, quien es el principal mercado de estos productos.

Por lo antes visto, mientras sea menor la relación entre el número de instalaciones que emplean superficies cubiertas en hectáreas, mayor es el grado de tecnología que se usa en la instalación, ya que estas, requieren más tecnología para controlar las variables para el crecimiento y productividad de las plantas.

En los estados situados al norte, cerca de la frontera de Estado Unidos, cuentan con instalaciones de tecnología media-alta. Tomando en cuenta que la tecnología media-alta cuenta con menos de dos unidades por hectárea, mientras que la tecnología media tiene que ser de 3-5 unidades por ha y baja de 5 unidades por ha.

En la siguiente tabla encontramos que el 78% de la agricultura protegida tiene un sistema tecnológico medio-alto, el 16% mediana y 6% baja tecnología.

Los datos vistos previamente, sobre la tecnología agrícola protegida en México, muestran la variación de las tecnologías utilizadas. Donde la baja tecnología es del 100% de dependientes que emplean tecnologías sencillas similares a las usadas en el cultivo al aire libre. La tecnología media corresponde a estructuras modulares o de baterías semi-calentadas, con riego programado y que pueden estar en el suelo o en hidroponía. Las altas tecnologías incluyen instalaciones con control automático de clima, riego, inyecciones computarizadas de precisión de CO2, así como todo lo requerido en sensores, dispositivos, ventilación, pantallas térmicas para el control de la iluminación y cultivo de plantas sobre sustratos.

El nivel de tecnología, depende de la cantidad de mano de obra y rendimientos que se obtengan para su instalación. Porque un invernadero de baja tecnología consume en promedio $5 USD/m2 y consta de elementos simples como estructuras de metal ligero, plástico, cortinas de malla de fibra sintética, etc. El de tecnología media cuesta en promedio $19 USD/m2 y emplea procesos semi-automáticos, a diferencia del invernadero de tecnología alta, ya que este, está totalmente automatizado y cuesta alrededor de $115 USD/m2.

Los cultivos de tomate en campo, tienen un rendimiento anual de 40 a 60 t/ha (toneladas por hectárea), empleando baja tecnología de 120 a 150 t/ha, con mediana de 200 a 250 t/ha y en invernaderos de alta tecnología aproximadamente 600 t/ha. En 2014 se produjo cerca de 2,8 millones de toneladas de tomates, generando ingresos de $135 mil millones de USD (dólares), donde el consumo interno fue del 37% y el resto exportado a Estados Unidos (95%) y Canadá (5%). Dando como resultado, que el cultivo de tomate depende de en mayor importancia de las exportaciones.

Estados Unidos y Canadá han frenado el crecimiento de los invernaderos. Por lo que México tiende a aumentar las exportaciones a Estados Unidos, debido a los precios de producción que son más baratos en México. En el censo del 2007, la agricultura en Estados Unidos disminuyo su superficie plantada en cultivos hortícolas en todas las categorías, con excepción de las semillas de flores y césped. Los cultivos bajo invernadero u otras tecnologías agrícolas protegidas, disminuyeron con excepción a los viveros. Un ejemplo de esto, es el área dedicada a las flores cortadas, que se redujo en un 24,3%.

Tan solo en 2007 las plantas de follaje en interior se redujeron a 23,7% y las hortalizas en invernadero al 4% en ese mismo lapso. Esto significa, que las instalaciones a gran escala en México dominan los mercados de exportación en empresas medianas, además de centrarse en las necesidades de los mercados nacionales.

Aunque deben considerarse algunos factores que pueden elevar o inhibir el crecimiento de la agricultura protegida en México como lo son el bajo nivel de educación entre agricultores, la necesidad de cumplir con las regulaciones fitosanitarias, inversiones para invernaderos de nivel medio y alto de tecnología, así como los costos para controlar la temperatura y humedad relativa en los climas extremos de las regiones del norte del país. Además del diseño de instalaciones eficaces y lograr un beneficio en la escala de producción.

Por eso deben dimensionarse los problemas derivados de los fallos del diseño, ya que pueden aumentar el gasto y tiempo; los rendimientos de producción anual, podrían ser menores a los esperados.

José de Anda - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Harvey Shear - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.