“El cambio es un proceso de cambio continuo que permite evolucionar e interactúan unos con otros a modo de un sistema, de tal manera que un aspecto afecta a otros, tanto en nuestras vidas como en la de los que nos rodean.”

La sobreproducción de maíz blanco en el campo mexicano ha representado un problema que afecta de manera directa al productor mexicano en la actualidad; mismo que sigue empeñándose en sembrar los mismos cultivos año con año. Haciendo a un lado las alternativas que le permitan redituar la actividad agrícola con mayores beneficios; en este caso, como lo es la reconversión de cultivo diversificando su oferta a la industria agroalimentaria.

México se ve en la necesidad de avanzar hacia la reconversión productiva de cultivos agrícolas, en especial hacia las oleaginosas como: soya, maíz, girasol, canola, ajonjolí, entre otras; sin embargo no ha sido posible completar este propósito. Jorge Kondo López director general de Fomento a la Agricultura de la SAGARPA, señalo que en el año 2014, la importación anual de pasta, aceites y vegetales supera más de 5 mil millones de dólares. Agrego, que de las 350 mil hectáreas de maíz blanco que se siembran en Sinaloa, se podrían convertir 100 mil has a producción de maíz amarillo, del que solamente a la fecha se cultivan 5 mil has.

Debido a la escasez de agua en la época de verano, así como a la plaga de la mosca blanca, Sinaloa dejo de producir 300 mil hectáreas de soya. Dejando un incremento en la producción de maíz blanco y en última opción el maíz amarillo. En noviembre de 2013 se anunció un programa ambicioso para reconvertir las siembras de maíz blanco al maíz amarillo. Ya que el excedente de la producción de maíz blanco para el consumo humano (tortilla) ha generado problemas para su comercialización, sobre todo en áreas como Sinaloa, Jalisco y Bajío. Siendo deficiente la producción de maíz amarillo para el consumo pecuario.

En la “Estrategia de Promoción de la Producción de Maíz Amarillo en México 2020” se pretendía reconvertir 150 mil has de maíz blanco a amarillo en el año 2014 y de esta manera alcanzar un millón de hectáreas para 2018. En el que se producirían 1.5 millones de toneladas adicionales al maíz amarillo en ese año y 10 millones dentro de los siguientes 5 años lo que eliminaría las importaciones de ese grano.

Dicha reconversión, está justificada en dos vías:

1-    En que hay que reacomodar los cultivos en regiones donde mejor se producen. Con ello se toma en cuenta las condiciones agronómicas de suelo y clima.

2-    Identificar para que es buena cada entidad del país, con el propósito de aprovechar las ocho regiones agroclimáticas que tiene México, en la que existen más de 400 cultivos.

En las zonas tropicales puede cultivarse cacao, hule, frutas, flores y palma de aceite, mismos que han llevado a Malasia a ser una potencia con 30 mil millones de dólares. Y puede decirse que “Esa es la ventaja que tienen los países emergentes que están cerca del trópico, y no necesitan competir con los países ricos del norte”.

Si no se cuenta con el apoyo y cooperación de los productores que deben adoptar como propias estas iniciativas, este proyecto no podrá ser posible. Para que la actividad agrícola pueda ser más rentable para todos los que están involucrados, de manera directa o indirecta, equilibrando eficientemente la oferta y la demanda del mercado nacional como internacional.