¿Sabías que, la especie Lilium candidum se usa en la elaboración de perfumes, y que para los poetas griegos, el lirio era símbolo de ternura y pureza? La azucena crece en pleno verano y tiene forma de “trompeta”; en esta ocasión informaremos sobre los detalles científicos de esta flor, para el apoyo en su cultivo y sus usos tradicionales.
La azucena Lilium candidum (Liliaceae), denominada también como “la azucena de la Virgen”, es una planta de jardín con raíz con forma de bulbo, su tallo es erecto, el cual llega a alcanzar un metro de altura; en el extremo de éste, forma sus flores que son de color blanco en ramillete terminal, y cada una mide aproximadamente de 15 a 20 cm. con agradable olor. Florece en primavera, sus hojas son lanceoladas, largas y estrechas y su fruto es una cápsula. Sus blancas flores representan la pureza, y por ello era habitual encontrarla en los ramos de las novias, regalo que ofrecían a la virgen.
A la azucena también se le conoce como lirio blanco, y desde la antigüedad es cultivada; la evidencia más añeja, son los frescos que se encuentran en las ruinas del Palacio de Minos en Creta, el cuya construcción data del año 2000 a.C. También la encontramos en el templo de Salomón, con flores de azucena representadas en las esculturas del año 925 a.C.
La procedencia de la azucena o lirio, es muy probable que sea de Oriente, del sudoeste asiático; aunque algunos autores la sitúan en el sur de la Europa Mediterránea, es actualmente cultivada y situada como la quinta flor de cultivo en importancia, después de rosas, crisantemos, tulipanes y claveles. Hoy día es difícil localizarla de forma silvestre. Es también considerada como una especie medicinal de gran belleza y aroma.
Azucena, nombre de flor que lo llevan también muchas mujeres; de éste derivan los nombres Susana o Susan, que en hebreo significa Azucena (de los árabes de la Península Ibérica Asussána). Esta flor ha recibido varios nombres, como: “azucena”, “azucena blanca”, “azucena común”, “azucena con la flor rayada de líneas purpúreas”, “lirio blanco”, y “vara de San José”.
Se conocen alrededor de 100 especies de lirios , de las cuales diez pueden encontrarse en Europa, y el resto distribuidas por el resto del Hemisferio Norte; principalmente en Asia, siendo China el país con más especies. Además, también existen lirios en Norteamérica.
En la actualidad, se han realizado muchos híbridos procedentes de la selección de los cultivadores a lo largo de varios siglos, y es en Holanda, el Parque Keunkenhof de Lisse, el que presenta la mejor y mayor exhibición de lirios y azucenas del mundo, cada año abre sus puertas para dar el maravilloso espectáculo de flores, entre las fechas del 24 de marzo al 20 de mayo. También se presenta “Liliade”, una feria dedicada a los lirios en la ciudad de Akersloot, en el mes de junio. Keunkenhof es considerado como el jardín floral más grande del mundo y uno de los más visitados. Las flores que exhibe son: jazmines, tulipanes, lilis, rosas y narcisos. Se considera que se plantan alrededor de siete millones de flores en un jardín que tiene 2,500 árboles.
Los lirios o azucenas son perfectamente cultivables en recipientes, aunque es mejor plantarlos en combinación con otras plantas anuales o entre arbustos, como las azaleas Rhododendron nudiflorum y otros rododendros, a fin de que compensen el aspecto estético de la planta cuando estén fuera de temporada. La flor de esta especie es muy apreciada por el consumidor y tiene buena demanda. Es el país de Holanda la que realiza la mayor producción de bulbos; esto, debido a su gran experiencia en el trabajo de plantas bulbosas, como son los tulipanes y los narcisos. Los países importantes en la producción de Lilium son: Francia, Italia, Israel, Colombia, Costa Rica y Chile.
Su cultivo
Los lirios son muy resistentes, hay muchas variedades en el mercado y son de fácil cultivo; sus bellas flores aromáticas son una gran recompensa al esfuerzo realizado. Son plantas con tallos frondosos que provienen de bulbos subterráneos, éstos deben sembrarse con profundidad, es posible que algunos de ellos lleguen a formarse cerca de la superficie, son escamosos o desnudos y ayudan a la planta a sobrevivir el invierno, surgiendo cada año el nuevo tallo. Produce raíces adventicias por encima del bulbo, además de sus propias raíces basales.
Las plantas de azucena deben producirse durante la primavera, para que la floración brote el mes de agosto, o bien se plantan en el otoño dependiendo de la variedad seleccionada. El suelo debe ser permeable, rico en materia orgánica; una vez plantada, puede durar varios años, aportando un toque decorativo. En el interior es más utilizada como flor cortada en jarrones con agua. Los bulbos se multiplican y pueden ser separados para multiplicar las plantas; también pueden sembrarse las semillas que tardaran varios años para producir flores.
Al plantar los bulbos, deben estar a una profundidad de 15 cm dejando una distancia entre bulbo y bulbo de 15 y 20 cm., la tierra tiene que quedar suelta alrededor del bulbo, a fin de enraizar, y posteriormente cubrirlos por completo con tierra. Los suelos deben ser ácidos o neutros, nunca alcalinos; también deben plantarse en áreas que sequen bien después de la lluvia, y donde les dé la luz del sol al menos medio día, de preferencia directa para que crezcan rectos.
Se puede aplicar fertilizante en baja cantidad para que crezca sana la planta, no necesitan mucha agua o cuidados, crecen bien una vez plantadas. Es recomendable realizar el corte de la flor, dejando dos tercios del tallo para asegurar el crecimiento de la flor del siguiente año.
También la siembra puede realizarse en cualquier otra época del año, siempre y cuando el suelo no se encuentre demasiado compacto; por lo general florecen en el mes de junio. Otro mecanismo de sembrado es, en maceta grande con buen drenaje donde los bulbos queden con la profundidad y distancia adecuada; al sembrarlos, es recomendable colocar un poco de grava o gravilla por debajo de éstos, con tierra preferentemente rica en materia orgánica, con una temperatura idónea entre 20 a 27° C.
Lilium candidum mantiene sus hojas basales aún en el período inactivo del invierno. Sin embargo, se sabe que las bajas temperaturas pueden destruir las yemas de la azucena y entonces las plantas deben protegerse resguardándolas del frío. La fragancia de las flores de azucena es muy suave y agradable; sobre todo de noche, sus flores se conforman de seis pétalos; actualmente, con la hibridación se han creado una variedad de colores: blanco, amarillo, anaranjado, rosa y lila, algunos presentan pinceladas tenues. Las semillas presentan diferentes patrones de germinación, se encuentran maduras hacia finales del verano.
Composición química de la planta
Los bulbos de la azucena contienen alcaloides, mucílagos, taninos, glucomananos, polisacáridos, pirrolínicos, jantrofam, etiljantrofam, ácido citracónico. tulipósidos y ácido gamma-metileno glutámico, esterina y otros glucósidos. Éstos tienen propiedades diuréticas, anti-inflamatorias, analgésicas y expectorantes, aunque son acciones no comprobadas con estudios controlados.
Las flores además contienen flavonoides, isoramnetin-3-O-rutinosido, con las propiedades antioxidantes; etiolina, alcaloide esteroideo, betasitosterol y saponinas esteroides espirostanólicas. La presencia de gamma-metileno-butirolactona podría explicar la actividad antimicótica de la azucena.
Usos tradicionales
A los bulbos se le atribuyen numerosas propiedades terapéuticas, como astringente, demulcente, antiepiléptico, analgésico, antiespasmódico, antitumoral, fungicida, anti-sudor, cicatrizante, emoliente, diurético, expectorante y estimulador de la fagocitosis. Según los usos tradicionales, ayudan en la eliminación de abscesos, artrosis, quemaduras, callosidades, diversos tipos de cáncer, hematomas y magulladuras, candidiasis, enfermedades diversas de la piel, dismenorrea, epilepsia, hidropesía, jaqueca, erisipela, forúnculos, enfermedades del hígado o de tipo ginecológico, lumbago e inflamaciones en general, espasmos, dolor de dientes y muchas otras afecciones.
Los métodos de aplicación son muy variados: decocción de los bulbos en agua o leche para la hidropesía, es decir la retención de líquido en los tejidos. Los bulbos, cocidos y machacados, se aplican en forma de cataplasma en tumores, úlceras e inflamaciones de la piel y abscesos.
Las plantas frescas con flores son utilizadas como antiespasmódico. El aceite de las flores, a las que se han quitado los estambres y anteras, puede ser utilizado con aplicación local en caso de varias afecciones de la piel, como: úlceras cutáneas, quemaduras, granos, forúnculos, tumefacciones, manchas de la piel y grietas del pezón. Pieroni (2000), científico italiano, realizó experimentación donde comprueba que la azucena sirve para tratar localmente las lesiones del herpes zoster.
Conclusiones
La azucena es una planta que hoy en día no es muy conocida por sus aptitudes medicinales; no obstante, tiene algunos usos en este campo, yse dispone de información relevante a través de usos y costumbres Pese a ello, a la fecha los datos de ensayos clínicos sobre las propiedades de Lilium candidum son escasos, los cuales aún no permiten establecer claramente las propiedades terapéuticas de esta planta.
En el campo de la cosmetología, por sus propiedades, la azucena tiene algunas aplicaciones, como la regeneración de la piel. Lilium candidum es realmente una bella planta, con flores hermosas y aromáticas, las cuales en su mayoría son ofrecidas a la Virgen en el mes de mayo, tradición como muchas otras, que poco a poco se han ido perdiendo.
Referencias
Pieroni A. 2000. Medicinal plants and food medicines in the folk traditions of the upper Lucca Province, Italy. J Ethnopharmacol 70:235-273.
Dra. Ma. Dolores García Suárez. Departamento de Biología, Laboratorio de Micropropagación y Propagación Vegetal. Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.
Dr. Héctor Serrano. Departamento de Ciencias de la Salud, Laboratorio de Biología Molecular y Regulación Endócrina. Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.