“El impacto de emplear biofertilizantes, beneficia al medioambiente así como al bolsillo del productor. Por ello, debe existir una sinergia entre organismos, suelo y plantas, para una mejor productividad del cultivo”.
Por: José David Flores-Félix, Eustoquio Martínez-Molina,
Luis. R. Silva, Encarna Velázquez, Raúl Rivas.
Sólo algunos géneros bacterianos presentan estas características y permiten su utilización sin riesgo para los cultivos, entre ellos el género Rhizobium y otros géneros afines como Phyllobacterium. El Rhizobium, ha sido empleado con y éxito en la inoculación de leguminosas donde debe existir una especificidad hospedador-microsimbionte, para que se lleve a cabo la formación de nódulos radicales y la fijación de nitrógeno atmosférico. En los últimos años numerosas experiencias han mostrado su utilidad como biofertilizante puede ser una herramienta sumamente eficaz en la mejora de la producción de cultivos hortícolas como pimiento, zanahoria, lechuga o espinaca. En los que su aplicación ha mostrado tener un efecto positivo sobre la producción de biomasa foliar y radicular, así como un mayor aprovechamiento de los recursos disponibles para el cultivo.
La utilización de biofertilizantes formulados en base a microorganismos seguros, es una opción a considerar principalmente en cultivos como fresa, con un alto porcentaje de producción dedicada a exportación donde las exigencias de los consumidores son elevadas, destinándose a consumo en fresco 270,000 de las 344,000 toneladas que se producen anualmente.
Otra característica es que el cultivo de fresa se realiza en dos etapas separadas, temporal y geográficamente, primera etapa de propagación en zonas del centro, el sur, donde se favorece la producción de estolones, y una segunda etapa en las regiones principalmente del sur, aunque en los últimos años existe una tendencia a la deslocalización hacia otras regiones para poder competir en el mercado en fechas. Ésta fruta es sumamente apreciada por sus cualidades nutricionales, es una fuente de fibra, ácidos orgánicos como el ácido ascórbico también conocido como vitamina C y flavonoides, ácidos fenólicos y taninos, que presentan una fuerte actividad antioxidante, siendo la vitamina C y las antocianinas los compuestos bioactivos más importantes presentes en la fresa, su consumo en fresco y en forma de alimentos procesados, como mermeladas es muy apreciado.
Ensayos con biofertilizantes en fresas
En el Grupo de Interacciones Microbianas, de la Universidad de Salamanca, España, hemos analizado el efecto de la inoculación de dos cepas de los géneros Rhizobium y Phyllobacterium en la mejora de la producción de fresa, mostrando unos resultados sumamente destacables tanto en invernadero como en campo. La selección de estas dos cepas de los géneros indicados, fue resultado de un proceso de selección y evaluación de la capacidad de interacción de más de 40 cepas diferentes, seleccionando aquellas que mostraron tener capacidad para producir fitohormonas, sintetizar sideróforos y solubilizar fosfato.
Resultados
En un primer lugar, se observó un incremento cercano al 100% en el número medio de estolones por planta, así como una mayor longitud de los mismos en las plantas que habían sido tratadas con estas bacterias. Además, se elevó el número de flores y frutos por planta, el tamaño radicular y las plantas inoculadas con bacterias, presentaban un mayor desarrollo foliar que las plantas control sin inoculación bacteriana. También se observó, que las plantas inoculadas mostraban una productividad mayor no sólo por el aumento en el número de frutos, sino por un crecimiento en el peso medio de los frutos de entre el 30% y el 20%. A su vez, el análisis elemental de los frutos mostró un alza en la concentración de nitrógeno, fósforo y potasio, más destacable en los frutos provenientes de las plantas tratadas con Phyllobacterium. Sin embargo, los resultados más destacables fueron que las plantas inoculadas con P. endophyticum, presentaban mayor concentración de vitamina C, siendo este un aspecto que no había sido descrito con anterioridad y que abre las puertas a la mejora no sólo a nivel productivo, sino también cualitativo, donde la bioestimulación bacteriana puede jugar un papel fundamental.