La agricultura de traspatio o huerto familiar o urbano, se practica el cultivo de flores, hierbas aromáticas, hortalizas y frutales para autoconsumo.

El huerto urbano nos ofrece la oportunidad de diversificar las prácticas de cultivo, en ellos, frecuentemente se aplican técnicas orgánicas, evitando el uso de herbicidas, insecticidas, para recrear un ecosistema que se sostiene con la diversidad de los cultivos y la rotación de los mismos.

La agricultura urbana facilita los procesos naturales de siembra, cuidados, floración-reproducción, cosecha, conservación, elaboración de alimentos, resiembra), la cual también guarda una estrecha relación con el entorno ecológico, las creencias, costumbres, estilos de vida, de tal forma que el conjunto de estas dimensiones de un todo, articulan la identidad de los pueblos indígenas de México.

El establecimiento de un huerto urbano generalmente responde a una necesidad, por lo tanto existen diversidad de ellos, los tenemos para cultivos de hortalizas, como: rábano, cebolla, apio, lechuga, zanahoria, tomate, berenjena, pimiento, pepino, espinaca, haba, fresa y ajo,

Los hay también de hierbas aromáticas, entre ellas, orégano, albahaca, hierbabuena, tomatillo, mostaza, chaya, cilantro, y medicinales, en los que encontramos ruda, valeriana, jengibre, zacate de limón, entre muchas otras más.

Estos dos últimos tipos de huertos son de doble propósito, pues ambos, además de proporcionar alimentos y aliviar dolencias nos proporcionan una barrera natural para el control de plagas, enfermedades y como fertilizantes.

Los beneficios del establecimiento de un huerto familiar se encaminan a fortalecer el conocimiento de las plantas que se tienen en la región, la riqueza de sus propiedades con el fin de enriquecer en muchos aspectos a los pequeños productores y sus familias.