Para aquellas personas que están convencidos que la agricultura orgánica es una alternativa viable para mejorar sus ingresos económicos y establecer una armonía con el medo ambiente, a continuación se presentan algunas notas útiles que permitirán iniciarse en este sistema de producción agrícola.
ANTECENDENTES
La agricultura orgánica produce alimentos (hortalizas, plantas medicinales, plantas olorosas) y otros tipos de productos cultivables (flores) bajo condiciones muy estrictas de control de la calidad, sin el uso de fertilizantes orgánicos y plaguicidas (pesticidas) de origen sintético, sin organismos genéticamente modificados, uso de aguas negras para el riego o aplicación de radiaciones. Su objetivo principal es la reducción del impacto de las prácticas culturales sobre el medio ambiente para la obtención de productos libres de residuos contaminantes. Las dos principales razones del consumo de productos orgánicos es el cuidado de la salud de las personas y la protección del medio ambiente.
Los productos que se pueden ofrecer bajo este formato de producción incluyen a todos los productos conocidos en el mercado, y por citar algunos de ellos está el café, el cual ha sido en México el primer producto orgánico certificado desde 1967. Esta agricultura también se ha extendido al ámbito ganadero, acuícola, avícola, y otras áreas de producción.
AGRCULTURA ORGÁNICA EN MÉXICO
La mayoría de la producción orgánica en México es de exportación para España, Alemania, Holanda, Estados Unidos, Italia entre otros países, y los principales estados productores en la República Mexicana son: Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua y Guerrero que concentran el 82% de la superficie orgánica total. Se estima que en México hay 120,000 productores de orgánicos en 240 mil hectáreas cuya producción se estima en 400 millones de dólares. La práctica de esta agricultura la realizan principalmente pequeños productores.
Para la exportación se deben cumplir con varios requisitos establecidos en normas internacionales, que permitirán a los productores y empresarios ofrecer productos competitivos y certificados. En México en el año 2005 fue publicada la “Ley de Productos Orgánicos” la cual tiene como objetivo promover y regular los requisitos y/o criterios para la conversión, producción, procesamiento, almacenamiento, empaque, etiquetado, transporte, comercialización, verificación y certificación de productos producidos orgánicamente, de igual manera en el artículo 13 de esta misma ley se crea el Consejo Nacional de Producción Orgánica. En el año 2010 se publica el Reglamento de la Ley de Productos Orgánicos en la cual se establece, entre otros puntos, los requisitos para la aprobación de organismos de certificación, información que debe contener el certificado orgánico, sistema de control nacional, especificaciones para la importación de productos orgánicos, etc. Las empresas certificadoras en productos orgánicos incluyen a: CERTIMEX, Naturland y CERES, Quality Assurance International, Eko, OCIA México, Bioagricop, Demeter Bund, etc.
PRÁCTICAS AGRÍCOLAS ESENCIALES EN LA AGRICULTURA ORGÁNICA.
Los principios básicos de la agricultura orgánica o biológica están basados en: la estructura diversificada del sistema de producción, el sistema de producción integral e interdependiente, el fomento de la fertilidad autosostenida del suelo, la nutrición indirecta de las plantas mediante la actividad biológica del suelo, atender las causas y no los síntomas de la protección vegetal, fomentar el equilibrio y la regulación biológica, la conservación y labranza del suelo sobre la base del mejoramiento bioestructural y la materia orgánica, la selección y mejoramiento de variedades vegetales y razas animales en función de las condiciones naturales, el amplio conocimiento de los cultivos y la producción ecológica, social y económicamente estable.
La agricultura orgánica considera el suelo como ente “vivo” pues en él subsisten gran cantidad de organismos que proveen nutrientes a los vegetales. El uso de fertilizantes sintéticos modifican y alteran su estructura biológica, por lo tanto, deben usarse otros materiales como fuentes de nutrición entre los cuales se incluyen los abonos verdes, excretas de animales, residuos orgánicos domésticos, humus de lombriz, residuos industriales (aceite, lana, textil, etc.), cenizas vegetales, cal dolomita, feldespatos, bentonita o rocas en polvo (fosfóricas, potásicas).
La asociación y rotación de cultivos permite imitar a los sistemas naturales. En América latina la siembra de varios y diversos cultivos en un agroecosistema es común, esto permite mayor estabilidad entre los organismos (plagas y enfermedades) y los vegetales cultivados.
En la agricultura convencional las malezas o malas hierbas se eliminan con herbicidas los cuales están prohibidos en la agricultura orgánica. Muchas malezas tienen usos medicinales o terapéuticos o son abastecedoras de polen pero pueden ser usadas como cultivos trampa, por lo que lo recomendable es mantener aquellas que puedan servir para el cultivo y eliminar aquellas que no sean necesarias. Las malezas pueden ser manejadas en forma preventiva o erradicativa (eliminación completa).
En lo que se refiere a la regulación de las plagas y enfermedades se siembran plantas nativas o tradicionales, porque cuando las plantas son cultivadas bajo sus condiciones ecológicas naturales son más productivas y menos propensas al ataque de patógenos e insectos.
El impacto de los organismos benéficos o enemigos naturales es invaluable para la regulación de las poblaciones de organismos plaga. La creación y protección de zonas de refugio es muy importante, ya que muchos de estos organismos tienen su hábitat en árboles, arbustos y en la vegetación marginal.
En el caso de los insectos, hay una gran diversidad y variedad de especies depredadoras y parasíticas que regulan las poblaciones de insectos plagas, como ejemplo tenemos a las catarinas quienes son muy voraces en su estado larvario y adulto, ingiriendo de 200 a 600 pulgones por día. Para la eliminación de insectos con productos naturales o botánicos hay el Neem que tiene efecto repelente, antialimentario, insecticida, regulador del crecimiento en los insectos; entre otros productos.
Se reportan gran cantidad de plantas con efectos bioplaguicidas de los cuales como ejemplos tenemos al tabaco (sobre pulgones, larvas de lepidópteros), la Albahaca (controla áfidos, moscas), la Menta (controla hormigas), entre otros. Para la aplicación de este tipo de control se deben realizar infusiones o macerados de estas plantas, se dejan reposar uno o dos días dependiendo del tipo de hierba y posteriormente se aplican en aspersión. Algunas plantas solamente se siembran intercaladas en el cultivo, pues tienen efectos repelentes. Las trampas cromáticas color amarillo atraen y capturan trips y otros insectos.
Para el control de algunas enfermedades pude aplicarse azufre para combatir el Oidium; el permanganato de sodio se emplea como aditivo del azufre en polvo humectable con acción repelente y desinfectante de semillas.
CONSIDERACIONES PARA INICIAR UNA AGRICULTURA ECOLÓGICA
Para la implementación de un sistema agroecológico requiere de elementos particulares y específicos que permitirán el buen establecimiento del sistema, por ejemplo, el tiempo requerido para la conversión de un sistema agrícola tradicional a uno ecológico requiere de mínimo 2 años,
La toma de decisión hacia una conversión ecológica, requiere de asesoría con personal experimentado y con conocimiento en este campo; motivación que permita lograr superar los obstáculos y habilidad para enseñar en forma efectiva a los participantes o campesinos en este proyecto.
Biól. Luis Miguel Monroy.
Asesor en Manejo de Plagas.