BIORREGULADORES VS BIOESTIMULANTES

En el mercado de los agroquímicos se ofrecen compuestos a base de hormonas, pero es importante que el productor y los técnicos conozcan con más precisión sus características y diferencias para que su uso y efectos sean los que se buscan.

Acción y balance hormonal

El conocimiento actual sobre la formación y función de compuestos hormonales en las plantas, ha permitido explicar diversos procesos fisiológicos sobre como se regula el crecimiento y reproducción de los cultivos.

Así, las auxinas y giberelinas influyen en la división y el alargamiento celular, mientras que las citocininas afectan sólo a la división; por otra parte también hay inhibidores de esos procesos que limitan el crecimiento vegetal. Otras funciones específicas pueden ser las de regular el retraso del envejecimiento o la dominancia apical por citocininas, estimular la formación de raíces por auxinas, inhibir la formación de flores por giberelinas, retrasar la maduración y la caída de órganos por el etileno, etc.

La acción hormonal es entonces el resultado de la presencia o no de las hormonas específicas del evento o proceso fisiológico, las cuales estarán en la cantidad adecuada en el sitio indicado en el momento preciso en que ocurrirá el evento.


Para que usar biorreguladores

El conocimiento generado sobre las hormonas en las plantas es lo que ha orientado a la industria agroquímica a desarrollar formulaciones a base de compuestos hormonales naturales y/o sintéticos, para aplicarlos a las plantas y manipular sus eventos fisiológicos; de ahí surge el concepto de los biorreguladores hormonales también referidos como reguladores de crecimiento, fitohormonas, etc.

Cuando se toma la decisión de aplicar biorreguladores en la agricultura es importante tener definido para que se pretende utilizarlos; hay que establecer que proceso fisiológico es el que se pretende modificar (amarre de fruto, floración, formar raíz, etc.) para que ocurra o no, ó bien que se retrase su expresión.

Las formulaciones de los productos biorreguladores contienen uno o dos compuestos hormonales, cuya acción fisiológica está muy definida para cada evento o proceso fisiológico.

Aún cuando se conoce que los eventos fisiológicos se regulan por el balance de varias hormonas, está establecido que para ciertos eventos hay una o dos hormonas protagónicas o especialistas de ese evento (ej. citocininas hacia división celular, etileno hacía maduración, etc.).

Para lograr el efecto deseado con el uso de biorreguladores específicos, es importante conocer el proceso a regular en cuanto a que hormona o grupo de hormonas requiere, la cantidad necesaria para manipular el proceso, y tener establecido con precisión el momento en que el órgano objetivo está sensible a la manipulación deseada.

En términos generales los biorreguladores se encuentran formulados con una alta concentración de una de las hormonas protagónicas, manejándose en niveles superiores a 0.1% y hasta 50% del ingrediente activo sea en solución o en polvo soluble.

Por otra parte, es común que los biorreguladores se apliquen en base a concentración (mL o gr del ingrediente activo por litro de agua), ya que es la forma de asegurar de que el evento objetivo se puede regular de manera efectiva y consistente. Muchas formulaciones de biorreguladores se componen de un sólo ingrediente activo. Un buen ejemplo de ello son los que contienen Ácido Giberélico que se utiliza principalmente para estimular de manera efectiva el crecimiento vegetativo de las plantas y de frutos carnosos (tomate, uva, etc.), o bien con citocinina para estimular crecimiento de fruto. Otros son los que contienen como ingrediente activo Ethephon para maduración de órganos y/o caída de órganos, Cianamida Hidrogenada para terminar la dormancia de yemas en frutales caducifolios, el Paclobutrazol para inhibir crecimiento vegetativo, el Indolbutírico para estimular formación de raíces en estacas de tallos, etc.

También hay formulaciones de biorreguladores que contienen dos hormonas para ejercer un efecto fisiológico sinergístico (amplificado); en éstos destaca una mezcla a base de la citocinina de alta reactividad más giberélico para aumentar el tamaño de frutos de uva.

Bioestimulantes

En el mercado se encuentran diversos productos que contienen distintas hormonas en muy pequeñas cantidades (menos de 0.1 g/L) junto con otros compuestos como aminoácidos, azúcares, vitaminas, etc. también en pequeñas cantidades, se les clasifica como bioestimulantes. Por sus características de “de todo un poco” (coctel), sus efectos sobre las plantas aplicadas suelen ser el de estimular su desarrollo general sin necesariamente incidir de forma directa en mayor amarre de fruto o mayor crecimiento de fruto. Por lo anterior los bioestimulantes pueden catalogarse como auxiliares del mantenimiento fisiológico de las plantas ya que proveen de múltiples compuestos en pequeñas cantidades, y no pueden considerarse biorreguladores porque no tienen la potencia ni la especificidad de manipular eventos fisiológicos.

La recomendación del uso de los bioestimulantes foliares es en base a dosificación por volumen o sea L/ha.

RECOMENDACIÓN

La elección de qué biorregulador utilizar, está en función del objetivo. Si se desea auxiliar al cultivo en términos generales para que tenga un desarrollo normal más eficiente, la utilización de un bioestimulante a coctel es lo indicado. Pero si se desea manipular o regular un proceso o evento fisiológico, entonces hay que hacer uso de mejor biorregulador específico para ese evento y así asegurar una respuesta efectiva y consistente.

Coctel. Son formulaciones a base de varios compuestos químicos incluyendo hormonas, aminoácidos, vitaminas, enzimas y elementos minerales, y son lo más conocidos y de uso común en la agricultura. De ellos existen diversas marcas en el mercado.

La concentración hormonal en los cocteles casi siempre es baja (menos de 0.02% o 200 ppm de cada hormona en un litro), así como también la de los demás componentes de la formulación. Los tipos de hormonas contenidas y las cantidades de cada una de ellas depende del origen de la extracción (algas, semillas, raíces, etc.) y su procesamiento.

En general las dosis recomendadas para la aplicación de los cocteles se maneja en volumen (0.5 a 1.0 L de la formulación por ha) durante el desarrollo del cultivo. Por sus características de múltiples hormonas en baja cantidad, así como por las dosis recomendadas, la aplicación de un coctel difícilmente puede regular o manipular un proceso. Por lo tanto el uso de un coctel sólo puede servir como complemento auxiliar en el mantenimiento fisiológico de la planta aplicada, lo cual puede ser importante en condiciones limitantes del cultivo por mal clima, sequía, ataque de patógenos, etc. En términos generales un cultivo con un buen desarrollo y productividad no responde significativamente a los cocteles.

Es importante indicar que en ciertos casos puede ser necesaria la aplicación de ambos tipos, y con ello lograr todo un paquete de efectos benéficos para mejor y mayor producción y calidad.

Dr. Daniel H. Díaz Montenegro

Investigación y Desarrollo AGROENZYMAS

daniel.diaz@agroenzymas.

 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?