Hoy conmemoramos el Día de la Justicia Social, un día necesario para reflexionar sobre cuáles son los retos que persisten en nuestro sector (el campo), pero también para reconocer los avances que se han tenido en estos últimos cinco años.

Antes que nada, ¿qué es eso que llaman justicia social? 

1. La justicia social es generar igualdad de oportunidades para todas las personas. No basta generar igualdad de condiciones, más bien es poner un piso parejo de partida.

2. Desde el sector primario, trabajamos para dotar de justicia social a las y los productores, con énfasis en atender primero a productores de pequeña y mediana escala, quienes fueron olvidados por décadas.

Por lo anterior expuesto, te platicamos que los programas prioritarios que hemos impulsado en los últimos cinco años buscan ponderar a este sector de las y los #HéroesDeLaAlimentación, sin dejar de lado a nadie, pero por el bien de todos primero las y los campesinos más vulnerables.

En México, el rescate al campo es fundamental para lograr el fortalecimiento de la economía popular, impulsar el desarrollo con bienestar, la autosuficiencia alimentaria y la generación de oportunidades para las y los productores, por lo que la transformación de los sistemas agroalimentarios requiere de una reestructuración en la forma de convivir con la naturaleza, de manejar los recursos naturales y de llevar a cabo las actividades cotidianas del sector primario con justicia y bienestar.

Luego de cinco años de implementar políticas públicas y programas prioritarios orientados en atender a las y los productores de pequeña y mediana escala hemos incrementado la seguridad alimentaria de 10.3 millones de mexicanos; un incremento de 13.8 por ciento, al pasar de 74.9 millones de personas en 2018 a 85.2 millones de personas en 2022.

La política pública de seguridad alimentaria con soberanía está basada en el reconocimiento del potencial productivo de los productores de pequeña y mediana escala, quienes producen más del 50 por ciento de los alimentos que se consumen en el país, emplean más del 80 por ciento del trabajo contratado en las actividades agrícolas, pecuarias y pesquero-acuícolas y más del 85 por ciento del trabajo familiar en el sector agropecuario, pero quienes tenían los más altos índices de pobreza por ingresos y carencia alimentaria.

La política social en materia de campo se ve materializada en dos Programas Prioritarios: Producción para el Bienestar y Fertilizantes para el Bienestar. 

A través de estos Programas buscamos mejorar los rendimientos de los cultivos para conseguir la autosuficiencia y seguridad alimentaria. Además, se pretende garantizar la universalidad de los derechos humanos, promover la participación política y comunitaria, lograr mayor inclusión y consolidar la transformación del país. 

Porque nuestro compromiso continúa siendo “no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera” seguimos trabajando para rescatar el campo mexicano.