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Los micronutrimentos en el maíz

maiz2Cuando hablamos de fertilización en maíz, por lo general, las referencias son principalmente hacia los elementos: nitrógeno, fósforo y potasio, elementos mayores; sin embargo, se mencionan muy poco los elementos menores como el azufre, el calcio y el magnesio; además de los micronutrimentos o microelementos (manganeso, zinc, fierro, cobre, cloro, molibdeno, boro), que también deben encontrarse en proporción suficiente en el suelo, de esta forma, poder alcanzar la meta de producción planeada para la temporada.

La mejor de las costumbres previo a la siembra, es revisar los análisis de suelo recientes de nuestra parcela y en base a las recomendaciones que ahí vienen, planear cómo se suplementan las cantidades del o los fertilizantes indicados; ya sea al suelo o a la planta de maíz, lo cual ayuda a preparar las condiciones ideales al cultivo. De esta manera, es más probable alcanzar el rendimiento calculado.

Resulta interesante saber que aportando las cantidades adecuadas de todos los nutrimentos antes mencionados, se rompen varias “barreras” que tiene el suelo para poder dar su potencial de rendimiento según las condiciones ambientales (riego/temporal, temperaturas, fertilización), y el híbrido de maíz que se seleccione para sembrar en ese sitio (precoz, intermedio, intermedio/tardío).

Según la cantidad que se encuentren en el suelo, los nutrimentos estarán dentro de un rango de:

A) Deficiencia, que limitará el crecimiento y sanidad de la planta y por lo tanto su rendimiento;

B) Normalidad, y

C) Toxicidad o exceso, lo que puede ocasionar problemas de envenenamiento o bloqueo de asimilación de otros elementos, como se observa en la Figura de la izquierda, de acuerdo a Brady y Weil, 1999.

Esto indica que con los microelementos, es suficiente contribuirle al cultivo ciertas cantidades para cambiar la condición de deficiencia a normalidad, si el análisis muestra que está limitando la producción. En muchas ocasiones este punto se denomina “Hambre Oculta”, que no manifiesta síntomas evidentes, y restringe la productividad de la parcela.

La manera de encontrar cómo se encuentra la planta o el suelo, es mediante su análisis respectivo en un laboratorio reconocido, y suplementar la necesidad de la planta mediante aplicaciones al suelo o en forma foliar, según sea más práctico.

En especial durante la “asegundada” al cultivo o al aplicar insecticidas foliares, es conveniente darle a la planta el complemento en su nutrición balanceada, para poder lograr el rendimiento meta, una vez que el desarrollo del maíz vaya de acuerdo a su normalidad, pues siempre es bonito escuchar a quien menciona: “¡Qué negra (verde oscura) se ve esa parcela!”.

Si se quiere profundizar en este tema, se sugieren las siguientes lecturas:

http://msuextension.org/publications/AgandNaturalResources/4449/4449_2.pdf (Clain Jones and Jeff Jacobsen)

http://landresources.montana.edu/nm/Modules/NM9.pdf (Ann McCauley, Soil Scientist; Clain Jones, Extension Soil Fertility Specialist; and Jeff Jacobsen, College of Agriculture Dean)

http://lacs.ipni.net/ipniweb/region/lacs.nsf/0/911FAF872B76432C852579840053ECE7/$FILE/Prochnow-SpanishIPNI.pdf (Luís I. Prochnow, Milton F. Moraes y Silvia R. Stipp)

http://www.ipni.net/publication/ia-lacs.nsf/0/2983F9B934DDE60D852579BA00747DF4/$FILE/AA14.pdf (Adrián A. Correndo y Fernando O. García)

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