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Nada bueno tienen los trips

 Las principales amenazas en la industria de los invernaderos en cuestión de plagas, son la Mosca Blanca y los denominados Trips, debido a su capacidad de transmisión de enfermedades, y por la resistencia que han desarrollado hacia los insecticidas, los cuales, se vuelven menos efectivos, convirtiéndose menos apropiados y usualmente más costosos. La eliminación de plagas debería ser una de las principales tácticas consideradas al estudiar un sistema integrado para la erradicación de las mismas.

El uso de mallas especializadas cada vez hace más sentido, por aquel constante incremento en los pesticidas y las pérdidas que puede causar una virosis en el invernadero; ya que al reducir la población de insectos, se disminuyen las incidencias de enfermedades transmitidas por éstos. Además, en los pesticidas, es requerido el mínimo de aplicaciones, dando pie a que las mallas sean una alternativa bastante rentable.

Esto sin duda, pareciera ser una solución bastante obvia y sencilla, sin embargo el elevado número de fabricantes a nivel internacional, hace que se generen una gran cantidad de alternativas en el mercado de estos productos, lo cual podría ocasionar confusión en el tema al elegir alguna malla. Una de las características que proliferan a lo anterior, sería la restricción en demasía del flujo de aire que entra al invernadero por las ventanas, ya que cualquier malla que se instale bloqueará el intercambio de aire tan necesario para poder enfriar y controlar el clima en el invernáculo, asimismo, hay que incluir el tema de la humedad.

Entonces, ¿pareciera que nos enfrentamos a un mal necesario? No obstante, nos toca lidiar con él, pues aparentemente todas las soluciones han sido concebidas de la misma forma, ofreciendo poca información técnica al productor para tomar decisiones orientadas. Haciendo un poco de historia, cuando se comenzaron a producir mallas para la exclusión de insectos, la única información disponible para el usuario era la cantidad de hilos en sentido horizontal y vertical en una unidad de área que podía ser cm2, o bien pulgadas cuadradas comúnmente conocidos como Mesh.

Estas medidas daban una idea de la densidad de la malla para saber si el entramado era más cerrado o abierto, pero no definían concretamente las dimensiones de los claros o luces (huecos de la malla). No obstante, si la entomología define las dimensiones de los insectos en micras, los mesh resultan ser una unidad incongruente de comparación, por lo que lo más acertado es tener una referencia milimétrica certera de las dimensiones en los claros o huecos de las mallas, para poder hacer una comparativa directa, y con ello determinar si un insecto geométricamente es más chico o grande que el hueco por el cual intenta pasar.

Datos sobre el uso de mallas

A principios de los 90’s se realizaron un significante número de investigaciones relacionadas al micro-enmallado, en las cuales fue reportado que debido a su aspecto esbelto, los trips sólo pueden ser excluidos por mallas con unos hoyos o ventanas muy finas. La dimensión máxima recomendada de las mallas para excluir, por ejemplo, los trips de las flores en la ventana, no debe ser mayor a 192 micras (mm).Pues, como dato y comparativo: el cabello humano está entre los rangos de 170 a 181 mm.

Al mismo tiempo, surgió la incertidumbre de que al reducir el hueco para restringir el paso de insectos, se limitaría el paso de aire a través de ella (debido que aumentarían los espacios llenos por los hilos), con la consecuencia de sobrecalentar los invernaderos. Por ello, se desarrolló el concepto de fabricar mallas con hilos mucho más finos que las convencionales, para aumentar la porosidad, y se obtendría una malla con una abertura de hueco reducida adecuada al trip, reduciendo lo mínimo posible el paso del aire a través de ella.

Recientemente en Latinoamérica se ha comenzado a poner más atención en el tema de colocar mallas de mejor calidad, aumentando el nivel de especificaciones técnicas a los proveedores de éstas; poniendo especial atención a la manera en que están fabricadas y en las especificaciones geométricas adecuadas de los huecos para excluir al insecto en cuestión. Es decir, a un diámetro de hilos más delgados que aseguren un mejor flujo de aire dentro del invernadero.

Prueba de ello, ha sido un estudio realizado en el Colegio de Posgraduados en Texcoco, Estado. De México (COLPOS), que surgió a iniciativa de los técnicos (GROWER) del área del Centro de México, y secundada por ACEA, compañía con más de 35 años en la construcción de invernaderos, y que entendió perfectamente el concepto de la porosidad en las mallas, para tener un mejor control climático y de población de plagas.

Aunado a lo anterior; SVENNSON, empresa con 126 años de innovación textil, en conjunto e iniciativa de su área técnica y de ingeniería, mandó al laboratorio del COLPOS muestras recolectadas de trips (de Querétaro, México), y también de mallas de varios fabricantes y de ellos mismos, para hacerles un estudio de microscopia, a fin de determinar las medidas de los trips, y de las mallas que mejor podrían excluirlos.

El estudio se llevó a cabo por el maestro en Ciencias, Jorge Valdéz (jvaldez@colpos.mx), investigador del Departamento de Entomología y Microscopía del Colegio de Postgraduados, el cual arrojó imágenes a escala bastantes descriptivas, donde se puede comprender mejor la estructura propia del trip, y del porqué es tan complicado su exclusión de manera eficaz.

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Medidas en mm.

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Fotos a microscopio, de mallas y trips a escala para comparar su geometría.

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Malla con abertura de 0.15×0.15mm, diámetro hilo de 0.15mm, considerada 99% antitrips.

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Malla con abertura de 0.15×0.35mm, diámetro hilo de 0.15mm, considerada 90% antitrips.

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Malla con abertura de 0.40×0.45mm, diámetro hilo de 0.15mm, diseñada para mosca blanca (trip usado como referencia a escala).

Un buen consejo

La elección de un buen sistema de mallas es la mejor manera preventiva hacia el establecimiento de población de trips. Sin embargo, la operación y mantenimiento son muy importantes, asegúrese que las buenas prácticas de cultivo sean seguidas por los trabajadores y que se alineen al protocolo establecido para ingreso y salida de los invernaderos, para que no trasladen consigo trips en sus ropas, pelo, herramientas o carritos, y los ingresen de un invernadero a otro.

Los hoyos en las mallas son muy pequeños, verifique periódicamente daños en las mallas por averías mecánicas que son comúnmente causadas por las propias ventanas o cremalleras, cualquier rasgadura o deterioro son invitaciones de ingreso a los trips. Estas imperfecciones pueden ser reparadas con un parche del mismo modelo de malla, sellando los perímetros con un poco de silicón.

Otra sugerencia, es mantener las mallas limpias, tallándolas con un cepillo suave, agua y jabón para limitar la acumulación de polvo y lodo. O bien, usando una máquina a presión, cuidando que ésta no sea excesiva para abrir la abertura de los hoyos. Para más información, o si requiere el reporte completo del estudio, puede contactarnos en las siguientes direcciones:

sergio@svenssonamericas.com

alex.pacheco@acea.com.mx

Agradecimientos especiales por su valiosa colaboración, al Maestro en Ciencias: Jorge Valdéz, del Colegio de Posgraduados.

 

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