Los productores de la Unión de Ejidos Citricultores del Sur de Yucatán (conformada por seis mil citricultores de 12 ejidos pertenecientes a ocho municipios: Oxkutzcab, Akil, Tekax, Tzucacab, Sacalum, Maní, Muna y Ticul), administra la única empresa juguera en el país y recibirán 26 millones de pesos para modernizarla. Las aportaciones serán del Gobierno Federal y Estatal; y de ellos mismos.
La planta está valuada en 300 millones de pesos y la inversión representará el 8 por ciento de su valor; ésta, tiene capacidad para procesar 60 mil toneladas de cítricos por ciclo. La modernización requiere una inversión de 25 a 26 millones de pesos para suministrarla de una caldera nueva, una torre de enfriamiento, un evaporador, un cuarto de frío y un montacargas; con esto, la planta estaría fortalecida y se tendría menos consumo de energía, menos riesgos y no habría tanto retraso en el pago al productor.
La Juguera tiene un fuerte impacto social, no sólo en las 6 mil familias que participan en la venta de los insumos, sino en la generación de divisas para el Estado; pues, no sólo procesa naranja dulce, sino también limón italiano y persa, mandarina, toronja, lima, naranja agria, y la extracción de aceite de limón y naranja. A consecuencia, vende anualmente cerca de 30 millones de pesos, pues procesa 10 mil toneladas de naranja, cinco mil de limón, tres mil de toronja, dos mil de mandarina y 1200 de naranja agria.
Naranja agria, el patrón de los cítricos
Para obtener una fruta citrícola con más jugo, más sabor, mejor tamaño, que resistan plagas y altas temperaturas, los productores de cítricos recomiendan a la naranja agria como el patrón de los esquejes. Ésta es muy conocida en Yucatán por ser el ingrediente principal de innumerables platillos; es por ello que muchos de los fabricantes tienen su propio invernadero para renovar las plantaciones a base de esta variedad.
Los productores invierten cada año aproximadamente tres millones de pesos para la obtención de invernaderos y lograr un millón de injertos de mandarina, limón, naranja y toronja; asimismo para ellos resulta más rentable producir las plantas en el invernáculo que tienen a cielo abierto en una extensión de 10 hectáreas, que comprarlas a un tercero.
“El patrón de los injertos es el naranjo agrio; de ahí, se hace el injerto con mandarina, naranja, toronja o limón. Cuando la plantita tiene su primera rama y es luna nueva, los brotes de un árbol de naranja dulce, mandarina, limón persa o toronja se unen con ayuda de un hilo o bolsa para que se unifique la plantita de naranjo agrio con el de la variedad elegida”, relatan los productores.