La agricultura orgánica nos da la oportunidad de obtener la biodiversidad y riqueza natural de la tierra que es rescatada al promover estas prácticas. Una tierra rica en microorganismos y saludable es la base de la agricultura orgánica. De esta manera favorecemos la conservación de la naturaleza y la biodiversidad de los ecosistemas. Los terrenos con mayor contenido de microorganismos secuestran bióxido de carbono del medio ambiente y ayudan a prevenir el calentamiento global.
Muchos procesos de producción en las prácticas orgánicas inicia con la elaboración de humus de lombriz, uno de los mejores fertilizantes producidos por la naturaleza. Las parcelas tienen tierras más ricas y fértiles con cada ciclo que pasa. Nuestro trabajo deja a las futuras generaciones mejores condiciones de suelo para la producción.
Los alimentos orgánicos están asociados a formas de comercio adecuado y justo, promoviendo y logrando que los productores de diversas escalas reciban un mayor beneficio económico.
En la producción orgánica se debe cuidar la salud de los productos, consumidores y productores.
La agricultura orgánica tiene una practica en más de 140 países del mundo y la superficie cultivable sigue creciendo.
La agricultura orgánica es una alternativa para el campo mexicano ya que además de cumplir con los objetivos de sustentabilidad, ofrece un mercado creciente.
Una de las ventajas que tenemos en México, es su diversidad de climas que permite la producción prácticamente todo el año.