Editorial

Los invernaderos son hoy mucho más que plásticos que cubren zonas hortofrutícolas. Su mejora ha sido tal que ha evolucionado hasta su denominación. Lo que antes se conocía como invernaderos hoy le damos el nombre de Agricultura Protegida, que a estas alturas en el mundo se manejan miles y miles de hectáreas para protección de infinidad de cultivos.

Es tal el desarrollo y tecnología sistematizada que un invernadero requiere: sistemas de riego, controles de temperatura, plásticos, mallas, sensores con sistemas computarizados, reguladores, etc. Y se han sumado a él métodos hidropónicos que son basados en la sustitución de tierra por sustratos como grava, arenas, piedra pómez, serrines, arcillas expansivas o carbones, a los que se les añade una solución nutritiva que contiene todos los elementos esenciales necesarios para el normal crecimiento y desarrollo de las plantas.

Lo que nos proporciona la agricultura protegida es mayor cantidad de productos, mayor calidad, y seguridad en la producción, siendo menos costoso a largo plazo, y tomando en cuenta el retorno de inversión.

La agricultura protegida maneja los sistemas computarizados de control climático mantienen en todo momento las condiciones óptimas de luz, temperatura y humedad relativa, claves para obtener la mayor productividad de un cultivo.

Personalmente he tenido oportunidad de hablar con muchos de nuestros clientes, anunciantes de la revista, pero sobre todo con los lectores de la misma, y nos dimos a la tarea de hacer llamadas telefónicas para encuestarlos y satisfactoriamente hemos observado una tendencia importante hacia la práctica, aprendizaje y convencimiento de que la agricultura se ve con una tendencia a la protección de cultivos.

Algo importante para tomar en cuenta es que debemos acercarnos a los especialistas si bien en México hace unos años era difícil de encontrar hoy tenemos y contamos con investigadores e ingenieros especialistas en el control y práctica de la agricultura protegida.