Las plantas aromáticas tienen una gran diversidad de usos. Tradicionalmente se han usado como condimentos en la preparación de alimentos pero gracias a sus propiedades, su uso esta tomando un rumbo más innovador dentro de la industria alimenticia.
Ya desde la edad media, las plantas aromáticas eran muy socorridas por las artes culinarias. La ausencia de métodos de refrigeración demandaba el suministro de especies que mejoraran el sabor de los alimentos, llegando a identificarse al tomillo Thymus vulgaris como un buen conservador de carnes. En la actualidad se sabe que esto es gracias a sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes.
En la actualidad las hierbas aromáticas algunas veces son comercializadas por su fragancia culinaria y también como plantas medicinales y ornamentales; son consideradas como un cultivo alimentario menor o de especialidad y son pocos los plaguicidas registrados para su uso. Las leyes para controlar el uso de pesticidas son más estrictas para la alimentación y menos en cultivos ornamentales.
Una revisión de las etiquetas de los plaguicidas indica que sólo un número limitado de insecticidas y fungicidas están etiquetados específicamente para plantas cultivadas en invernaderos. Además, los reguladores de crecimiento no están etiquetados para el uso de hierbas. La cantidad máxima de seguridad de los residuos (conocido como tolerancia) se debe establecer para cada uso alimentario antes de que un pesticida sea registrado. Si para el “día de la cosecha” (el número mínimo de días entre la última aplicación de plaguicidas y la cosecha) sigue el residuo en los cultivos, deberá estar por debajo del nivel de tolerancia.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) ofrece una forma práctica para gestionar eficazmente las plagas de las hierbas aromáticas. Las hierbas de alta calidad pueden ser cultivadas mediante un seguimiento periódico, identificando el problema, las buenas prácticas agrícolas y la oportuna ejecución y evaluación de los métodos adecuados.
El MIP reúne a toda la metodología disponible incluyendo las opciones, las prácticas físicas, mecánicas, tácticas biológicas y químicas.
El monitoreo regular puede alertar a los productores del desarrollo de plagas y problemas cuando todavía son menores y puede ser más fácil de manejar. En primer lugar, puede obtener información diaria, propiciando el seguimiento oportuno para la producción de hierbas aromáticas.
Muchas hierbas son nativas de las regiones con suelos que son neutrales o ligeramente
alcalinos. Las hierbas aromáticas crecen con una mejor irrigación. Los sustratos del cultivo deben tener un rango de pH de 6.0 a 7.0. Las hierbas generalmente prefieren un secador de crecimiento medio y bajo. Los secadores de crecimiento pueden ayudar a prevenir enfermedades como pudrición de la raíz y Botrytis (aunque algunas hierbas como la albahaca y el perejil
prefieren condiciones húmedas). Una adecuada programación, espaciamiento y suficientes niveles de luz son necesarios, además la mayoría de las hierbas pueden crecer a temperaturas de 70 a 75 ° F en el día y 60 ° F a temperaturas nocturnas.
Manejo de enfermedades
La identificación precisa de las enfermedades es esencial para un manejo efectivo. Algunas enfermedades de hierbas aromáticas incluyen Botrytis, tizón, el ahogamiento, el pudrimiento, mustia, moho, la roya, manchas foliares por hongos, enfermedades bacterianas, enfermedades por virus y nematodos.
Las enfermedades no infecciosas o trastornos causados por los cambios ambientales,
desequilibrios nutricionales y de altas sales solubles, la siembra demasiado profunda, la lesión o spray imitan a las enfermedades infecciosas o predisponen a las plantas para contraer la infección.
Las enfermedades infecciosas por lo general comienzan sólo en unas pocas plantas, mientras que los trastornos a menudo afectan a un gran número.
Saneamiento
La reducción de los niveles de humedad y el uso adecuado de fungicidas o
biofungicidas son parte del manejo integrado y adecuado de la enfermedad y es necesario para producir alta calidad.
Saneamiento y el uso de cultivos resistentes
Comience con un invernadero limpio, capacite a los empleados en los procedimientos adecuados de saneamiento. Deseche las plantas viejas y no vendidas, las plantas que pueden albergar plagas no deseadas. Elimine las malezas, tanto dentro como fuera del invernadero. Desinfecte las bancas, las paredes y pisos para eliminar algas y patógenos. Después de que el invernadero ha sido desinfectados, se debe tener cuidado para evitar su contaminación con las plagas y agentes patógenos.
Con las boquillas de las mangueras, o herramientas en condiciones insalubres, se puede provocar una reinfestion. Use ganchos para mantener limpios y alejados del suelo los inyectores de las mangueras.
Técnicas para reducir la humedad
La alta humedad relativa favorece el desarrollo de muchas enfermedades foliares como el tizón por botritis, o la Rhizoctonia. Para evitarlas reduzca la condensación utilizando el flujo de aire horizontal (HAF), mismo que ayuda a mantener el aire en movimiento en el invernadero. El uso de HAF también ayuda a minimizar las diferencias de temperatura en el invernadero y prevenir
zonas frías, donde se produce la condensación. Con esto la mezcla de aire a lo largo de la superficie no se enfría por debajo del punto de rocío.
** Redacción TECNOAGRO
Fuente: Leanne Pundt, Extension Educator
Cooperative Extension System
University of Connecticut
Tina Smith, Extension Educator – Floriculture Program
Department of Plant, Soil and Insect Sciences
University of Massachusetts
Salvia officinalis (sage).
(L. Stack, Univ. of ME)