Invernaderos, ¿sólo producción de alimentos?

Cuando se trata el tema de agricultura protegida, lo relacionamos con tecnología que permite un sustancial aumento en la producción de alimentos o flores, bajo condiciones en las que es difícil que otros sistemas agrícolas lo logren o que simplemente resultarían de difícil implementación por los factores agroclimáticos presentes en determinadas regiones, que sin contar con las cualidades necesarias, se pueden convierten en zonas agrícolas gracias a los invernaderos.

 

Lo inusual es que nos preguntemos qué pasa con los plásticos desechados, y ha medida que crecen las superficies de cultivo con coberturas plastificadas, el paisaje agrícola va cambiando, especialmente cuando van quedando abandonados los residuos de las cubiertas plásticas.

 

Existen ciertas regiones de España, donde la agricultura protegida es una práctica común, en la que se han llegado a reportar hasta 30 millones de kilogramos anuales de residuos tóxicos, correspondiéndole el mayor porcentaje a los desechos de películas plásticas. Y de acuerdo con lo reportado por grupos ecologistas, estos plásticos se encuentran a su vez contaminados con los plaguicidas usados durante el proceso productivo.

 

Lo anterior no sólo incide de forma directa en la contaminación atmosférica, mantos acuíferos y suelos, también se convierten en potenciales zonas propicias para incendios, repercutiendo en la calidad de vida de las poblaciones circundantes.

 

El proceso de incineración de plásticos produce dioxinas, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, forman parte del grupo de contaminantes orgánicos persistentes, su elevado potencial tóxico se debe a su estructura química que le permite la estabilidad para permanecer durante largos períodos de tiempo en los organismos contaminados, fijándose en los tejidos grasos, por períodos de 7 a 11 años, concentraciones que van en aumento a través de la cadena alimenticia. Además de ser teratogénicas y cancerígenas, se ha asociado a estos compuestos a una larga lista patologías.

 

Debido a que el abandono ni la incineración son los caminos más recomendables, se debe buscar la recuperación de los desechos plásticos generados por la agricultura protegida, ya existen en algunos países, asociaciones que han desarrollado exitosos procesos de recuperación mediante la co-combustión, lo que facilita un saludable manejo de residuos plásticos.

 

La vida útil de los plásticos usados para acolchados e invernaderos, disminuye entre otros factores por la degradación que van sufriendo por la incidencia de los rayos solares, por lo que la valorización energética es un proceso que se considera conveniente como una variable a la incineración, permitiendo la recuperación de la energía asociada al proceso de combustión. En este proceso los residuos plásticos se convierten en combustible. En algunos lugares del mundo ya ha venido experimentado exitosamente con combustibles derivados de plástico, encontrándose que esta práctica es técnicamente viable y con nulas emisiones.

 

Como podemos apreciar, existen interesantes variables para el manejo de residuos plásticos, ya sea que se recupere su valor energético o que se reciclen, son opciones que nos permiten seguir practicando una agricultura respetuosa con el medio ambiente, ser consumidores responsables, cuidar nuestros recursos es la única forma de asegurar nuestro sustento.

 

Ing. Agr. Norma Ordoñez

agronor_1@yahoo.com.mx

 

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