Una empresa estadounidense ha logrado obtener algo más que lagrimas de las cebolllas.
Buscando un aprovechamiento de los desechos generados en la planta procesadora de cebolla fresca, de la que es socio fundador, Steven Grill encabeza este proyecto, el primero en su tipo a nivel mundial, de generar electricidad a partir de los desechos de cebolla.
La degradación de materia orgánica genera biogás, en este caso se obtiene a partir de la fermentación de los desperdicios a los que previamente se les ha extraído el jugo. El biogás generado se suministra a dos sistemas de celda de combustible, cada uno de 300 kilowatios.
El destino que normalmente se les daba a los desechos generados, era su utilización como abono en cultivos agrícolas, durante su proceso de degradación se generan grandes cantidades de bióxido de carbono, con esta nueva variante, se obtienen ahorros de 30,000 toneladas anuales de este gas.
El aprovechamiento del biogás para generar electricidad, no sólo evita la emisión de CO2 en la atmósfera, también ha significado un sustancial ahorro de electricidad para esta planta procesadora. Supliendo de un 35 a 40 por ciento de las necesidades de energía, lo cual traducido en dinero equivale a 700,000 dólares por año. Y por si lo anterior no fuera lo suficientemente atractivo, la compañía también se está ahorrando los gastos de manejo de desperdicios, 400,000 dólares anuales.
Redacción TECNOAGRO
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