El aguacate es un producto de importancia económica y social, al que se le destina una considerable superficie de cultivo, representa para México una importante entrada de divisas, además de la cantidad de fuentes de trabajo que genera.
Sus valiosas propiedades nutricionales lo posicionan como un alimento que por su calidad tiene demanda. La cual no sólo se limita al consumo en fresco, su aprovechamiento agroindustrial lo requiere para la extracción de aceite y de productos farmacéuticos.
Lo anterior recalca la relevancia de la investigación del genoma de este integrante de la familia Lauraceae. Ya que gran parte de los problemas de producción que en la actualidad presenta su cultivo, tienen opciones de solución a través del mejoramiento genético. De acuerdo con datos de SAGARPA-INIFAP, los factores negativos que inciden durante el proceso productivo, almacenamiento y transporte, ocasionan hasta un 14 por ciento de pérdidas, afectando la calidad del 10 por ciento de la producción.
A pesar de que México encabeza la lista de países productores y consumidores de aguacate, siendo el principal exportador, los países asiáticos se perfilan como fuertes competidores de este producto originario de nuestro país.
Lo anterior responde a la creciente demanda que se tiene de este fruto en Asia, quienes se han convertido en productores, llevándole la delantera a México en los rendimientos por hectárea que se obtienen en sus huertos.
Mientras que los productores mexicanos tienen rendimientos promedio por hectárea de 11.140 toneladas (SIAP), sus competidores asiáticos llegan a obtener el doble.
Nuestro país es centro de origen de Persea americana, por lo que en este sentido los productores mexicanos, pueden seguir conservando la supremacía en producción de esta laurácea, siempre y cuando se encaminen los trabajos de investigación de los biotecnologos en la creación de variedades con mayor adaptación a condiciones adversas como plagas, enfermedades y estres térmico, entre otras, que afectan los rendimientos y la calidad del producto. La propuesta para mejorar los rendimientos va encaminada al uso de biotecnología, ya que ésta, a diferencia de los métodos convencionales de mejoramiento genético contribuye a la obtención de resultados más rápidamente.
Cuando se habla de mejoramiento genético, no sólo se plantea incidir en los factores referentes al proceso productivo en campo, también se busca que el producto alcance una mejor vida de anaquel, proporcionándole atributos que prolonguen la calidad de su vida post cosecha. Esto ya se ha logrado en otros cultivos como jitomate y papaya.
Como punto de partida ya se está trabajando en el genoma del aguacate, resultados que además del consabido mejoramiento genético, permitirán salvaguardar legalmente este frutal mexicano.
Entre los trabajos de investigación que ya se han venido desarrollando esta el de R. López-Gómez, et. al., de la Universidad Michoacan de San Nicolas de Hidalgo en conjunción con el Laboratorio Nacional de Genómica y Biodiversidad, titulado GENOMICA DEL FRUTO DE AGUACATE CRIOLLO (Persea americana Mill. VAR. DRYMIFOLIA) el cual ha generado librerías de cDNA de fruto y semilla y también librerías genómicas de aguacate criollo (Persea americana var. drymifolia). El análisis de las secuencias de las librerías de cDNA les ha reportado a los investigadores que el 42% de los genes secuenciados están relacionados con metabolismo, 20% son de función desconocida, 14% genes de maduración de fruto, 8% síntesis de Ac. Grasos, 6% de respuesta a patógenos, interesantemente un 6% son genes no reportados y 4% genes involucrados en senescencia. Este grupo de científicos denotan la importancia de continuar con este tipo de investigaciones que contribuyan a generar bibliotecas de los estadios de maduración del fruto, que pueda ser aprovechado entre otros aspectos al manejo postocosecha.
La obtención de variedades resistentes a plagas y enfermedades, contribuirá también a la práctica de una agricultura con menor necesidad de aplicación de agroquímicos que afecten al medio ambiente, y a la salud tanto de agricultores como consumidores.
Redacción TECNOAGRO
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