La provisión de alimentos es un requisito para el funcionamiento de la sociedad humana, la tierra cultivable, es el recurso central que limita la producción de alimentos.

Desde mediados del siglo XX surge la producción de alimentos a gran escala, esta actividad ha sido responsable en gran por los impactos ambientales que sufre la humanidad.

La producción agrícola consume mayores porciones del uso humano de agua y tierra, causa más apropiación de biomasa y alteración en ciclos de nitrógeno, y fósforo generando un consumo de energía significativo así como emisiones de gases que están calentando nuestra atmósfera.

Las tierras agrícolas deben ser proporcionales en cultivo a la cantidad y aumento de la población,  tomando en cuenta el tipo de dieta, y producción de alimentos por tierra.

Con el desarrollo económico disminuyen las tasas de crecimiento de la población, cambian las dietas produciendo un incremento de consumo de proteína animal, aceites, vegetales, frutas, verduras volviendo a los almidones menos importantes.

La Organización de las Naciones Unidas (FAO) muestra un incremento continuo en la disponibilidad de calorías por persona en décadas recientes.

Hemos aumentando a nivel mundial el consumo de calorías por persona aproximadamente de dos mil 250 kilocalorías a dos mil 750 kilocalorías por persona al día.

Hasta ahora el número creciente de la población global es el factor principal del aumento del uso de las tierras para la producción de alimentos.

En una proyección expertos dicen que para alimentar a 9 mil millones de personas con una dieta típica en países desarrollados con tecnología moderna necesitaremos casi el doble de tierra de la que usamos actualmente.