Una opción sustentable, fibras orgánicas.
La producción de cultivos de manera orgánica no solo significa la implementación de prácticas agrícolas que sean respetuosas con el medio ambiente, y que por consecuencia contribuyan a la conservación de los recursos naturales. La agricultura orgánica va mas allá de las practicas agrícolas, es una actividad económica con responsabilidad social, donde no solo se cuida el entorno y condiciones de vida de los jornaleros agrícolas, que dicho sea de paso, este tipo de agricultura demanda una mayor cantidad de mano de obra.
La responsabilidad social debe de acompañar los procesos de transformación o subproductos que se obtengan de las cosechas.
Los productos textiles no son ajenos al mundo de los orgánicos. El pasado año, por iniciativa de la FAO, se nombro al 2009 como Año Internacional de las Fibras Naturales. Entre las más importantes a nivel mundial se encuentran fibras tanto de origen animal como vegetal, tal es el caso del algodón, cachemira, cáñamo, lino, sisal, lana, alpaca, yute y seda, solo por mencionar a algunas. El objetivo fue crear conciencia entre los consumidores, de lo que representa la producción mundial de 35 millones de toneladas anuales, entre los millones de personas involucradas en el proceso productivo y de transformación, además del impacto que se tiene con el medio ambiente.
De acuerdo con la FAO, las fibras naturales son una opción más saludable para los usuarios, ya que estas tienen la ventaja de permitir una mayor ventilación en días calurosos, y en caso contrario son excelentes aislantes del frío, ventajas térmicas que no se consiguen con las fibras de origen sintético.
Las fibras naturales ofrecen ventajas con relación a las sintéticas, además de una reducción en costos de producción, su resistencia, longitud y uniformidad cromática, les permiten una especificidad de usos textiles, agrícolas e industriales.
El potencial de usos de las fibras naturales es muy amplio, por mencionar algunos tomemos de ejemplo el coco, de usos tan variados como sustrato para cultivos hidropónicos o la fabricación de colchones, donde se saca ventaja de su resistencia natural al ataque de ácaros y hongos. Propiedades naturales que no son solo inherentes al coco, que comparte con otras fibras, como es el caso del lino, que se usa para la fabricación de ropa de cama en hospitales por considerársele mas higiénico o el cáñamo que tiene propiedades antibacterianas. De igual manera los desechos de producción de algunos tipos de fibras pueden a su vez ser reutilizados en la construcción de vivienda o para generar electricidad.
Además de ser biodegradables, el cultivo y los procesos agroindustriales a los que se les somete, requieren de menos energía y se consideran de baja emisión de bióxido de carbono. Ventajas que resultan competitivas para aquellas empresas que se encaminan a las denominada “economía verde”.
Las fibras naturales, presentan dos características que las hace ser consideradas como opción de alta tecnología; su resistencia mecánica y su poco peso, propiedades que no solo son aprovechadas por la industria de la construcción, la industria automotriz también ha visto los beneficios del uso de estas fibras, como es el caso de coco, el sisal y el bambú.
Los millones de personas involucradas en la producción de las fibras naturales, no deben de hacernos perder la perspectiva de que estas representan una opción responsable, de acuerdo con datos de la FAO, tan solo en el continente africano existen 10 millones de agricultores dedicados al algodón, 4 millones en la India y Bangladesh dedicados a la producción de yute, un millón en China produciendo seda, y así podríamos seguir recorriendo el mundo, encontrando millones de familias que tiene como único medio de subsistencia la producción de fibras naturales.
La repercusión económica que tiene esta actividad agrícola en las poblaciones rurales de los países en vías de desarrollo, han alentado a que se lleve a cabo un comercio justo, que bajo condiciones de equidad permitan a los productores lograr un desarrollo sustentable.
El comercio justo parte del principio de garantizar un precio, el cual debe de cubrir los costos de producción y vida del productor, también se incentiva a formar organizaciones a través de las cuales los productores puedan implementar nuevos proyectos que resulten en necesarios para las comunidades. Además de buscar un beneficio económico y de calidad de vida, se promueve la práctica de una agricultura más saludable, sin el uso de pesticidas que por su grado de toxicidad ya han sido prohibidos en algunos países. La implementación de sistemas naturales de producción, especialmente para el manejo y control de plagas y enfermedades, repercute de manera benéfica en los ecosistemas agrícolas, en el manejo de los recursos naturales de las comunidades agrícolas
La practica de comercio justo para el algodón, tiene pocos años de haberse implementado, desde el 2005, dio muestras de dar buenos resultados. Evidentemente el precio del algodón certificado como producto de comercio justo, tiene un valor mas alto que el considerado como convencional, pero esto no ha sido una limitante, ya que las ventas en Europa se han venido incrementando año con año.
Bien sea por conciencia o por estímulos fiscales, la moda verde a impregnado diversos sectores de la sociedad, que por variados motivos buscan ser parte de esta tendencia.
Redacción TECNOAGRO
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