Las cebolla Allium cepa L. es una de las principales hortalizas que se cultivan en México. Este bulbo de procedencia asiática ocupa el cuarto lugar de producción de acuerdo con datos reportados por SAGARPA, cultivándose en prácticamente todo el territorio nacional, tal es su importancia que 27 estados le destinan superficie de cultivo.

Insertada en la cultura culinaria nacional por herencia española, su producción no sólo se destina al mercado nacional, este bulbo se exporta a Estados Unidos, siendo nuestro país el principal proveedor.

Compartiendo la problemática común de todos los cultivos, como lo son plagas, enfermedades, susceptibilidad a diferentes condiciones ambientales, etc., la búsqueda de mejoramiento genético va encaminada a superar estas limitantes para la obtención de variedades resistentes que conserven las propiedades organolépticas propias de la especie. De manera convencional los programas de mejoramiento genético se han sustentado básicamente en la hibridación. Pero ésta se ha visto limitada por problemas de fertilización, baja producción de semillas, etc. Además de que no todos los cultivares producen semillas.

De ahí que la propagación in vitro, se ha perfilado como una vía de superar las barreras a las que se enfrentan los investigadores con la hibridación, lográndose la obtención de plantas que conservan los genotipos deseados. Los investigadores se han dado a la tarea de determinar que parte de la planta ofrece las mejores condiciones para establecer protocolos de regeneración de fácil implementación, con variedades que se utilicen en nuestro país.

Partiendo de la anterior inquietud, Quintana-Sierra, et. al., del Colegio de Postgraduados desarrollaron una investigación para determinar el protocolo de regeneración in vitro de dos variedades de cebolla de importancia económica en México, la Cristal y El Toro, logrando la obtención de plantas en cuatro meses, que pueden desarrollarse para formar bulbos.

Otros estudios realizados en Cuba, se han encaminado a la obtención de nuevas variedades, aprovechando la alta incidencia de mutaciones de células cultivadas in vitro. Estas investigaciones se fundamentan teóricamente en que el genoma vegetal presenta un estado de flujo continuo durante la meiosis y la mitosis, los mecanismos que inducen estas variaciones se incrementan considerablemente bajo condiciones de cultivo de tejidos. Lo que viene a ser una respuesta de adaptación de las plantas al stress, dando como consecuencia la variación somaclonal.

Investigaciones realizadas por Capote R., Fundora M. y Pérez D., del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt” de Cuba, experimentaron con diferentes reguladores en el medio de crecimiento, reportando variaciones en los patrones isoenzimáticos de callos y plántulas regeneradas en comparación al material original. Tal como lo apuntan los investigadores, estos resultados pueden ser aprovechados en investigaciones de biotecnología para seleccionar variaciones genéticas que puedan ser aprovechadas.

El mejoramiento genético en esta especie no sólo se ha orientado a la obtención de variedades con resistencia a plagas o tolerancia a condiciones ambientales, también se buscan variedades que presenten otras características organolépticas, tal como lo han demostrado un grupo de investigadores neozelandeses, quienes pretenden llegar a encabezar la investigación en biotecnológia.

Un equipo de científicos, encabezados por el Dr. Colin Eady, presentaron cebollas, ajo y pueros modificados genéticamente. Las modificaciones genéticas para la cebolla estuvieron encaminadas a evitar el llanto que provocan al ser cortadas.

Las cebollas modificadas genéticamente (GM) ya han sido aprobadas por la Autoridad para el Manejo del Riesgo Ambiental de Nueva Zelanda, para que la compañía estatal Crop and Food Research realice pruebas de campo. No es la primera vez que se da autorización para este tipo de pruebas, la cuales se vienen haciendo desde el año 2001, por lo que los neozelandeses pretenden encabezar las investigaciones en materia de mejoramiento genético. Para este proyecto el Ministerio de Agricultura y Selvicultura ya ha destinado una superficie de 2.5 hectáreas, ellos se encargaran de monitorear las condiciones de desarrollo.

Como suele suceder, hay quienes se oponen a este tipo de tecnología, argumentando el problema que representa la polinización cruzada.

Para evitar cualquier riesgo, Helen Atkins, presidenta del comité responsable de otorgar el permiso, informo que se tomaran las medidas necesarias para hacer pruebas de campo seguras, y así lograr que el material genético se encuentre 100 por ciento confinado. Estas medidas van encaminadas a tener un control durante la etapa de floración de la cebolla. Para esto las cebollas (MG) se desarrollarán es cajas especialmente diseñadas con una bicapa de malla, donde moscas diseñadas ex profeso para este proyecto realizarán la polinización

La cebolla requiere de continuas aplicaciones de herbicidas dada su susceptibilidad a las malezas

Las investigaciones en el campo del mejoramiento genético no deben de ser descartadas por limitaciones de apreciación tecnológica, cuando se tienen el reto de superar la producción de alimentos para los próximos años, y más aun cuando ésta ya es insuficiente en la actualidad.

A la fecha se sabe que la quinta parte de producción de alimentos han sido originados por investigaciones en mejoramiento genético.

Redacción TECNOAGRO

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.