Diversos fenómenos han modificado el estilo de vida humano. Lo que ha llevado consigo incluso que las especies de flora y fauna también lo hagan. Esto significa que existen beneficios como situaciones perjudiciales al entorno y es en este artículo, en el que hablaremos más sobre este tema.

El cambio climático es la modificación del clima de manera directa e indirecta a la actividad humana que altera la composición de la atmosfera mundial sumada a la variabilidad climática natural.

Dicho cambio se caracteriza por ser acelerado a diferencia del proceso natural cuyo desarrollo es más lento. El cual es responsabilidad en mayor parte a las actividades humanas, con la llegada de la industria a finales del siglo XVIII, en que se usaba maquinaria que emitía Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmosfera sin control alguno. Lo que generó, la elevación del efecto invernadero provocando un cambio global en el clima, así como las variaciones en el CO2, CH4 y N2O.

Por ello, no es de extrañar que la cantidad de emisión de dióxido de carbono sea el de mayor porcentaje. Si se hiciera un análisis por el tipo de Gases de Efecto Invernadero (GEI), por sector, se puede notar que en el caso del metano, la mayor parte proviene del sector productivo, del uso del combustible y del ganado. Por su parte el óxido nitroso se deriva de la agricultura debido al uso de fertilizantes con contenido de nitrógeno. Entiéndase entonces que el 50% de las emisiones por parte del sector energético son del 35% total, mientras que del sector industrial son del 18% y del transporte tan solo del 13% a nivel mundial.

La huella de carbono se entiende como la emisión de mayor proporción de GEI sobre el dióxido de carbono. Es decir son emisiones de GEI generadas a lo largo de la vida de un producto, desde la obtención de las materias primas, la fabricación, su transportación, distribución, su consumo hasta la gestión de sus residuos.

Por ejemplo: la Copa Mundial de Brasil 2014, la huella de carbono ascendió a 2, 723,756 de CO2, lo que se traduce en una enorme cantidad de emisiones (entiéndase como transporte, sedes, etc.), sin contar el consumo de electricidad de los millones de televisores encendidos; en una cifra muy parecida a la emitida por el transporte en carretera de la Ciudad de Madrid durante un año.

Calculo.

Actualmente es muy difícil comparar productos con menor huella de carbono ya que no hay una normatividad específica que permita hacerlo.

Recuperación y tratado

Por esta razón, surgen tratados como el firmado en 1992 en Rio de Janeiro, Brasil conocido como Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), como respuesta de los gobiernos ante la creciente preocupación por el medio ambiente y las implicaciones derivadas de la actividad humana en el medio natural. Su objetivo primordial es impedir que el ser humano interfiera en el sistema climático. Por lo que se designan diferentes metas actualizadas de manera periódica con respecto a las emisiones de gas de efecto invernadero en los países industrializados.

Hasta hace unos años, la Asociación de Recicladores Agrícolas de Plásticos Agrícolas Mexicanos, A.C (ARPAM) y la SUSTREND (de origen chileno), han firmado un acuerdo que comprende dentro de sus proyectos: la recolección, el reciclaje, el retorno a la agricultura de plásticos agrícolas de desecho, la generación de energía y combustible con plástico residual. De los que se pretende alcanzar un reciclaje de hasta 300.000 toneladas por año y del plástico no sujeto de reciclaje inyectarse a la red de generación de electricidad que es en promedio 600.000 toneladas por año.

En México también se ha firmado este tratado con los siguientes proyectos: recolección y chatarreo de acero en México y reforestación de suelos degradados. Del que se busca mejorar el reciclaje de acero e incrementarlo. Así mismo, se pretende generar una exitosa economía verde, de la que se suma un total de inversión de 15 millones de dólares aproximadamente por inversión para mitigar el cambio climático.

Con la firma de estos tratados, se pretende evitar el calentamiento global no solo a nivel nacional sino internacional, cuya meta es reciclar 200 mil toneladas de plástico agrícola anualmente, dándole un valor al carbono a través de bonos; venderlos entre sus socios y ser distribuidos entre ellos. Porque por cada tonelada reciclada se evita la fabricación de plásticos nuevos en la misma cantidad de toneladas.