Es responsabilidad del Gobierno Federal impulsar la productividad del campo mexicano, pero también es su responsabilidad constatar que las herramientas novedosas que se utilicen para elevar la productividad no afectan negativamente al medio ambiente, la diversidad biológica, la salud humana, o a la sanidad animal, vegetal y acuícola del país, los cuales son bienes tutelados en el marco de la Bioseguridad en México.
Derivado de lo anterior, la opinión técnica emitida por el Gobierno Federal para que la siembra de maíz genéticamente modificado en Sinaloa permanezca en la etapa experimental se basa en las siguientes consideraciones:
De acuerdo con la Ley de bioseguridad de organismos genéticamente modificados (LBOGM), en la fase experimental se garantiza un nivel adecuado y eficiente de protección del medio ambiente y la diversidad biológica, así como de la sanidad animal, vegetal y acuícola, con respecto de los efectos adversos que pudiera causar la realización de actividades con organismos genéticamente modificados con pocas o sin medidas de contención adecuadas.
En la fase experimental se hace una planeación profunda de la investigación a efectuar para contestar cuestiones cruciales referentes a la liberación al ambiente de Organismos Genéticamente Modificados (OGM’s) que no pueden resolverse con la información existente.
Durante un año específico de evaluación se pueden tener, por región autorizada, “n” repeticiones de los experimentos, lo que nos proporciona resultados sobre el comportamiento de los OGM’s, pero sólo en ese ambiente.
Como es del conocimiento público, los ciclos agrícolas varían de un año a otro por diversas cuestiones, como el clima o la humedad, por ejemplo, que hacen favorables o adversas las condiciones para la aparición o no de plagas o malezas, es por ello que los técnicos consideran que para tener datos fehacientes del comportamiento de un OGM es necesario contar con un mayor periodo de evaluación o experimentación (con el mismo organismo receptor, misma área de liberación y mismos OGM’s, de acuerdo al caso por caso definido en la LBOGM).
Si el experimento se repite varios ciclos se puede obtener resultados confiables respecto a la productividad, efectividad y resistencia a plagas y enfermedades del OGM’s en estudio, pero lo más importante es que proporcionará elementos para conocer los riesgos con su respectivo manejo y mitigación.
La información científica recabada en la etapa experimental servirá de insumo para que la autoridad competente decida la conveniencia de cancelar o permitir que el cultivo biotecnológico pase a la siguiente etapa.
Para avanzar a la etapa piloto, se considera necesario contar con más información de campo, ya que un sólo experimento -por muy bien que sea efectuado- no aporta datos concluyentes para avanzar a la etapa piloto. Esto es especialmente relevante por ser México centro de origen y de una importante diversidad genética del maíz.
Por supuesto que un tema fundamental para el Gobierno Mexicano es elevar la competitividad y productividad del campo y, sin lugar a duda, hay apertura para la utilización de nuevas tecnologías para lograrlo; no obstante, el principal interés es garantizar que no exista riesgo para el inventario agroalimentario del país, para lo cual se toman todas las precauciones pertinentes.
Es por ello que todas las resoluciones del Gobierno Federal están basadas en criterios científicos y se toman con imparcialidad con base en las facultades que la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados y su Reglamento confieren a cada una de las dependencias competentes para el tema de los OGM’s Con respecto a la postura expresada por algunas organizaciones de productores sobre la siembra de Organismos Geneticamente Modificados (OGMs), la Secretaria de Agricultura, Ganaderia, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentacion (SAGARPA), a traves del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), informa:
Es responsabilidad del Gobierno Federal impulsar la productividad del campo mexicano, pero también es su responsabilidad constatar que las herramientas novedosas que se utilicen para elevar la productividad no afectan negativamente al medio ambiente, la diversidad biológica, la salud humana, o a la sanidad animal, vegetal y acuícola del país, los cuales son bienes tutelados en el marco de la Bioseguridad en México.
Derivado de lo anterior, la opinión técnica emitida por el Gobierno Federal para que la siembra de maíz genéticamente modificado en Sinaloa permanezca en la etapa experimental se basa en las siguientes consideraciones:
De acuerdo con la Ley de bioseguridad de organismos genéticamente modificados (LBOGM), en la fase experimental se garantiza un nivel adecuado y eficiente de protección del medio ambiente y la diversidad biológica, así como de la sanidad animal, vegetal y acuícola, con respecto de los efectos adversos que pudiera causar la realización de actividades con organismos genéticamente modificados con pocas o sin medidas de contención adecuadas.
En la fase experimental se hace una planeación profunda de la investigación a efectuar para contestar cuestiones cruciales referentes a la liberación al ambiente de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que no pueden resolverse con la información existente.
Durante un año específico de evaluación se pueden tener, por región autorizada, “n” repeticiones de los experimentos, lo que nos proporciona resultados sobre el comportamiento del OGM, pero sólo en ese ambiente.
Como es del conocimiento público, los ciclos agrícolas varían de un año a otro por diversas cuestiones, como el clima o la humedad, por ejemplo, que hacen favorables o adversas las condiciones para la aparición o no de plagas o malezas, es por ello que los técnicos consideran que para tener datos fehacientes del comportamiento de un OGM es necesario contar con un mayor periodo de evaluación o experimentación (con el mismo organismo receptor, misma área de liberación y mismo OGM, de acuerdo al caso por caso definido en la LBOGM).
Si el experimento se repite varios ciclos se puede obtener resultados confiables respecto a la productividad, efectividad y resistencia a plagas y enfermedades del OGM en estudio, pero lo más importante es que proporcionará elementos para conocer los riesgos con su respectivo manejo y mitigación.
La información científica recabada en la etapa experimental servirá de insumo para que la autoridad competente decida la conveniencia de cancelar o permitir que el cultivo biotecnológico pase a la siguiente etapa.
Para avanzar a la etapa piloto, se considera necesario contar con más información de campo, ya que un sólo experimento -por muy bien que sea efectuado- no aporta datos concluyentes para avanzar a la etapa piloto. Esto es especialmente relevante por ser México centro de origen y de una importante diversidad genética del maíz.
Por supuesto que un tema fundamental para el Gobierno Mexicano es elevar la competitividad y productividad del campo y sin lugar a duda hay apertura para la utilización de nuevas tecnologías para lograrlo; no obstante, el principal interés es garantizar que no exista riesgo para el inventario agroalimentario del país, para lo cual se toman todas las precauciones pertinentes.
Es por ello que todas las resoluciones del Gobierno Federal están basadas en criterios científicos, y se toman con imparcialidad con base en las facultades que la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados y su Reglamento confieren a cada una de las dependencias competentes para el tema de los OGM's.
Por todo lo anterior, hacemos un llamado a los interesados y a la sociedad en general a discutir y asumir el tema con base en evidencias técnicas y científicas, siempre pensando en el bien común.
Por todo lo anterior, hacemos un llamado a los interesados y a la sociedad en general a discutir y asumir el tema con base en evidencias técnicas y científicas, siempre pensando en el bien común.