• Durante un Taller con Medios de Comunicación con motivo del 50 Aniversario del organismo que preside, explicó que para evitar la apropiación ilegitima de variedades vegetales se creó el Catalogo Nacional de Variedades Vegetales, el cual cuenta con más de 260 variantes.
Con la regulación en el uso y aprovechamiento de los recursos genéticos y la utilización de semillas de alta calidad, se contribuye a garantizar la seguridad alimentaria en el país y prevenir casos de biopiratería, aseguró la directora del Servicio de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), Enriqueta Molina Macías.
La titular del organismo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, comentó que con el seguimiento y registro de las semillas se protegen los recursos filogenéticos del país.
“Estos recursos son una fuente de diversidad genética del país y necesitamos preservarla. Nos interesa proteger el patrimonio genético y fortalecer el acceso a una distribución justa para los productores. Además se evita el saqueo mediante el cumplimiento de regímenes especiales en especies originarias”, expresó.
“Para evitar la apropiación ilegitima de variedades vegetales se creó el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales, el cual se fundamenta en la Ley de Semillas y comprende más de 260 variantes de cultivos como tuna, nopal, xoconostle, chayote, aguacate, agaváceas, tomate, nochebuena, tejocote y azucenas, entre otros”, remarcó.
Lo anterior lo expuso durante un Taller con Medios de Comunicación que organizó el SNICS con motivo del inicio de los festejos por el 50 aniversario del organismo, donde explicó la labor del organismo y las distintas variedades y especies que existen en el país, así como el proceso que se requiere para otorgar un certificado de Obtendor –el cual avala que la semilla sea original- a quien realice un mejoramiento.
Molina Macías comentó que anualmente son generadas más de 200 mil toneladas de semillas certificadas. Además, en promedio, al año el SNICS recibe 200 solicitudes de registro, mismas que son analizadas y, en su caso, aprobadas.
El organismo también es el encargado, a nivel nacional, de supervisar la calidad de las semillas en los cultivos por lo que anualmente supervisa alrededor 55 mil hectáreas para garantizar que se cumplan con los requerimientos exigidos para consumo y comercialización de estos productos.
Destacó que estas labores de inspección y certificación permiten homologar la calidad de las semillas por regiones, con lo que se reducen costos y aumenta el valor de los cultivos. Contribuye además al desarrollo económico y a la seguridad alimentaria del país, con productos de alta calidad.
Puntualizó también que es necesario continuar con la labor de registro e inspección que realiza el SNICS para promover el uso de cultivos nativos y recuperar los usos que tenían en el pasado.
“Los recursos con los que se cuentan son una fuente de diversidad genética, que necesitamos para continuar con nuestra diversidad genética en cada una de nuestras especies, porque eso ayuda a generar resistencia a plagas y enfermedades en los cultivos”, afirmó.