“Toda planta y todo ser humano requieren de elementos nutritivos para su pleno desarrollo. Sin embargo, cuando no son suficientes y adecuados, las funciones fisiológicas pueden verse afectadas y por lo tanto el crecimiento de ambos generará problemas en su rendimiento.”
Por: Ing. Julio C. Molina Macías – Peñoles.
De los resultados obtenidos durante los 2 ciclos de evaluación por parte del INIFAP, se llevó a cabo el establecimiento de 3 parcelas demostrativas durante el ciclo V-O2017, con la finalidad de evaluar el efecto del Zn, en el rendimiento del maíz. Aquí no se valoró el contenido en grano maduro, ya que en esta región la cosecha se realiza en verde, para su venta como forraje.
En los diferentes sitios propuestos para su evaluación, se tomaron como muestras de suelo a una profundidad de 0-30 cm, las cuales se enviaron al laboratorio y de los que se obtuvieron resultados con los niveles deficientes para el caso del Zinc, que va desde 0.5 a 0.9 ppm, lo que nos daba la posibilidad de comprobar en campo y bajo condiciones de manejo del agricultor, al aplicar el sulfato de zinc granular en suelos con pH superior a 8 y con un contenido alto de carbonatos.
En el establecimiento de estas parcelas, se consideró únicamente el tratamiento al suelo con 50kg de sulfato de zinc granular a la siembra, combinado con el fertilizante que normalmente aplica el agricultor. De acuerdo a su manejo tradicional, es decir, la única variable integrada fue el zinc, ya que fue aplicado durante la siembra y el resto de la superficie se produjo bajo el manejo tradicional.
La densidad de siembra de tierra arable fue de 105,000 semillas/ha, donde el tratamiento de fertilización tradicional fue de 215-40-00, que en cuya superficie solo se añadieron 50 kg de sulfato de zinc*gr (34.5% Zn), que representó 17.3 unidades de zinc a la superficie de estudio.
Asimismo, cada semana se daba seguimiento al desarrollo del cultivo, con la toma de medidas del desarrollo vegetativo y la masa radicular, observando un mejor desarrollo y uniformidad en las plantas donde se aplicó el tratamiento con zinc.
Al término de esto, se estimó la cosecha supervisada por el INIFAP, quienes apoyaron el proyecto, desde el establecimiento y la evaluación de resultados, de los que se puede resumir, que el tratamiento con Zinc aplicado al suelo durante la siembra tuvo un incremento significativo en:
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Altura o desarrollo de la planta (7%).
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Longitud de mazorca (7%).
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Mayor rendimiento por hectárea (10%).
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Llenado de grano (3%).
Por lo que se puede concluir que la aplicación de zinc en suelos deficientes de este elemento, tiene un efecto favorable en la productividad de los cultivos básicos como el maíz. Tomando como referencia el ejemplo antes mencionado, para que el agricultor cooperante, le resulte un incremento en la producción del 10%, que en pesos se traduce a $3,820.00 por hectárea, de 300 hectáreas sembradas en 2 ciclos por este agricultor.
México está posicionado como uno de los países con alta incidencia en la deficiencia de zinc, por lo que se estima que un 70% de los suelos dedicados a la producción agrícola sufren de este problema.
Considerando que el maíz es una de nuestras fuentes principales de carbohidratos, es importante establecer medidas para atacar dos frentes, uno, comenzando por supuesto con el objetivo de elevar la productividad del cultivo corrigiendo esta deficiencia y en segunda, mejorar el contenido del zinc en el grano, cuya meta establecida por los expertos es superar las 32 ppm de Zn en grano, para lograr una mejora en la ingesta de este nutriente por la población vulnerable.