La floricultura es una de las ramas de la agricultura que ha recibido poco apoyo por parte del gobierno y de instituciones de investigación, a pesar de generar directa o indirectamente más de cien mil empleos. México tiene ventajas especiales debido a su ubicación al sur de Estados Unidos, lo que facilita la exportación de flores y plantas de follaje. El principal mercado a nivel nacional es el de Jamaica que se ubica en la ciudad de México, donde existe gran diversidad de flores cultivadas provenientes de toda la república.
En el presente escrito sólo haremos mención a una flor muy común: la gladiola. Esta flor se cultiva principalmente en los estados de México, Puebla, Michoacán y Veracruz y las principales variedades son: Lupita, Valeria, Spic and Span y Flamingo. La gladiola es de las flores que mejor han soportado el manejo postcosecha en la etapa de botón. Sin embargo, para que la flor cortada sea igual o mejor que la flor que se desarrolla en la planta, se requiere suministrar sustratos energéticos y otros compuestos y factores capaces de proporcionar un medio más favorable para su desarrollo.
Uno de los principales problemas que se enfrentan en el manejo postcosecha es el tiempo de vida de florero, por lo que es necesario aplicar distintos tratamientos durante el almacenamiento. En general, los procesos de conservación a que se someten las flores son caros, por lo que sólo resulta rentable si el precio final es alto. También es muy importante que las flores se encuentren libres de plagas o enfermedades que podrían continuar desarrollándose durante la conservación. El almacenamiento en frío es el método más usado comercialmente y puede ser de dos formas, en húmedo (consiste en mantener las flores con los tallos sumergidos en agua) o en seco (utilizado para periodos largos).
Se han estudiado gran cantidad de soluciones químicas para el manejo de flores en estado de botón y conservación durante el almacenamiento, pero son pocas las que han dado buenos resultados. Las soluciones conservadoras consisten en disolver en agua un elemento nutritivo, una sustancia reductora del metabolismo y un agente antimicrobiano. Entre los compuestos que más se han utilizado y que han dado buenos resultados se encuentra la sacarosa y la 8-hidroxiquinolina citrato (8-HQC), reconocida esta última como un agente bacteriostático y antitranspirante muy efectivo. El éxito de esta técnica depende de cosechar los botones en una etapa de desarrollo adecuada y manejar las concentraciones apropiadas de conservadores. Se ha demostrado que la sacarosa en las gladiolas sirve como fuente de energía y es responsable del incremento en el tamaño y número de flores abiertas por espiga.
Se realizó un trabajo de investigación (CANO M., VIRAMONTES A., 1984) con el objetivo de preservar la calidad de las espigas de gladiola por un tiempo de 15 días en almacenamiento en refrigeración y con solución conservadora. Se obtuvo que la refrigeración indirecta (1-1.25°C y 95-100% H.R.) estabiliza la calidad de las espigas de gladiola almacenada hasta por 15 días. Para la conservación de espigas de gladiola es recomendable la cosecha de la gladiola en estado de botón, presentando color en una cuarta parte. El uso de solución conservadora de 600 ppm 8-HQC+ 4% sacarosa + agua se recomienda exclusivamente para mantener espigas de gladiola recién cosechadas. En cualquier tipo del almacenamiento se recomienda colocar las gladiolas en posición vertical, para evitar encorvamiento de las espigas.
Edición del artículo: Diana Becerra Morales, Departamento de Ingeniería Agroindustrial.
CANO MEDRANO RAQUEL, VIRAMONTES ALVARADO GUILLERMO. 1984. ”Efecto de la 8-Hidroxiquinolina citrato y sacarosa en la conservación refrigerada de la flor cortada de gladiola (Gladiolus sp.)” Tesis profesional del Departamento de Ingeniería Agroindustrial, Universidad Autónoma Chapingo, Texcoco, Edo. De México.
