postcosechaManejo Post cosecha en frutos climatéricos

El grado de madurez con que se cosechen los frutos tiene implicaciones directas en la calidad y la vida de anaquel. Esto requiere de una particular atención, especialmente en frutos climatéricos, es decir en aquellos que continúan sus procesos de maduración aun después de haber sido cosechados, ya que aumentan su tasa de respiración y producción de etileno. Situación por la cual estos son cosechados antes de que alcancen la madurez comercial, usándose como parámetro la madurez fisiológica en el árbol, con el objetivo de que lleguen en óptimas condiciones cuando se encuentren con el consumidor final, tal es el caso de manzana, ciruela y durazno entre otros.

Obtener rentabilidad de frutos climatéricos, como es el caso del durazno, se logra mediante la implementación de buenas prácticas post cosecha.

Practicas que incluyen el uso de tratamientos químicos, películas plásticas, regulación de condiciones de almacenamiento y refrigeración controlada o modificada, entre otras. Todo esto para garantizar que el manejo que se le dio en el huerto, con la finalidad de lograr un producto de calidad, y que preserve estas características hasta llegar a manos del consumidor.

El manejo post cosecha tiene como principal objetivo evitar que los frutos sufran daños por manejo o almacenamiento. Para lo cual se debe de controlar la maduración, así como el ataque de patógenos.

Una vez cosechado el fruto, se traslada al almacén donde dan inicio las variables en su manejo. Los frutos son seleccionados y se procede a lavarlos con la finalidad de quitarles restos de tierra y agroquímicos. La FAO recomienda en esta etapa, para evitar la infiltración del liquido en el fruto, que la temperatura de este se encuentre 5° por debajo de la del agua, para esto se debe de tener presente que el fruto no conserve el calor del campo. También se recomienda que el agua tenga una concentración de 50 a 200 ppm de cloro. Lo anterior además de contribuir a la inocuidad, evitará frutos que vengan enfermos.

A continuación se procede a realizar una selección por calidad y grado de madurez. Cuando se tiene como parámetro el color, es posible auxiliarse de sensores eléctricos para hacer la separación. La selección por madurez es muy importante para clasificar por lotes el producto, los cuales tendrán diferentes períodos de vida de anaquel.

Los duraznos, al igual que las nectarinas y las manzanas, son cubiertos con una capa de cera, esto tiene varias finalidades como evitar la deshidratación que disminuiría su vida de almacén, que el fruto recupere las ceras naturales perdidas durante su lavado, sellar heridas evitando pudriciones por procesos fisiológicos o daños de patógenos, también se usa como medio de aplicación de fungicidas y además de proporcionar una mejor apariencia.

Los tratamientos sanitarios que se realizan en postcosecha van orientados al control de plagas y enfermedades, especialmente se presta atención a aquellos productos que tienen acción fungistática, con la finalidad de inhibir la germinación de esporas presentes o afectar el desarrollo de las mismas. Sólo el cloro y dióxido de azufre poseen tiene acción fungicida.

Para el control de insectos en los diferentes estadios en los que puedan estar presentes, se recomienda como alternativa a las fumigaciones con bromuro de metilo, el cual es muy tóxico, el uso de tratamientos térmicos, atmosferas modificadas y la irradiación.

Los tratamientos térmicos pueden ser con temperaturas bajas en aquellos frutos que son tolerantes a éstas, como las manzanas y las peras. A los que se les aplica combinaciones de temperaturas entre los 2.2°C y los -1.7°C a lo largo de los días de almacenamiento.

Los tratamientos con calor, ya sea por inmersión o exposición a vapor, son más utilizados en frutos tropicales, aunque en el caso del durazno se llega a utilizar inmersiones en agua caliente para el control de insectos.

Existen otros productos que son usados para controlar los procesos fisiológicos que puedan causar alteraciones en la calidad de los frutos. Tal es el caso de cloruro de calcio para las manzanas.

La FAO reporta que diferentes investigaciones han demostrado que los tratamientos con atmosferas de bióxido de carbono, antes de almacenar los frutos como el durazno, contribuyen a preservar la calidad, ya que éste actúa como inhibidor del etileno, hormona responsable de la maduración. A una mayor concentración también se obtienen buenos resultados para el control de insectos y de hongos causantes de pudriciones.

En el caso de las manzanas y duraznos, también se han reportado buenos resultados al exponerlos antes del almacenamiento en atmosferas pobres en oxigeno, ya que se provoca una disminución de la respiración y por consiguiente del metabolismo, afectando las reacciones enzimáticas de producción de etileno, con lo anterior además de contribuir a preservar la calidad se controla la presencia de insectos.

García M., alargó la vida de almacenamiento preservando la calidad de duraznos sometiéndolos a tratamientos de acondicionamiento combinando vapor de vinagre con inmersiones en soluciones de cloruro de calcio, empaquetándolos en bolsas de plástico perforadas. La evaluación entre la vida útil de frutos almacenados en condiciones ambientales y refrigeradas sometidos a estos tratamientos, dio como resultado tres días más en aquellos que fueron refrigerados

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los productores de cualquier tipo de fruto, es a que baje la demanda por parte de los consumidores, el durazno no es ajeno a esta situación, propiciada principalmente por el desconocimiento por parte del consumidor al grado de madurez que presentan los frutos al momento de ser comprados. Si a lo anterior se le añade los daños fisiológicos que puedan presentar, ocasionados por la alternancia de almacenamiento refrigerado y a temperatura ambiente. La frustración del consumidor aumenta.

Debido a lo anterior se han realizado investigaciones para determinar la susceptibilidad de las variedades a daños por frío que repercutan en las cualidades organolépticas demandas por los consumidores. El rango de temperaturas entre los 2.2°C y los 7.8°C, es considerado para las variedades sensibles al frío como el “rango de la muerte”, (Crisoto, 1997), ya que éste afecta la calidad comercial de los frutos. A temperaturas de 0°C, el daño es menor.

Los rangos de temperatura a los que se almacene los frutos, tienen repercusiones en la vida comercial del producto, de ahí que investigadores de la Universidad de Davis, recomiendan que en el caso del durazno, éste sea enfriado a 0°C en las primeras 8 horas posteriores a su cosecha, para evitar repercusiones posteriores en las cualidades organolépticas.

Las variables para determinar cuales son las mejores combinaciones de rangos de temperatura óptimos de almacenamiento, de tratamientos previos y durante la refrigeración, dependerán de la variedad, de las distancias a los centros de acopio, de los recursos del productor, etc., pero bien valen la pena considerarlas si con esto tenemos productos de calidad y por consiguiente consumidores satisfechos.

Redacción TECNOAGRO

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