En las novelas de Julio Verne, donde los viajes en globo aerostático son la gran aventura, siempre recuerdo lo que los aeronautas hacen cuando pierde potencia el quemador que lanza aire caliente al interior del globo. El peligro inminente al que se someten los personajes, es que el globo al descender rápidamente, choque con violencia contra la superficie provocando la muerte de los pasajeros. El capitán del globo, quien generalmente es un piloto avezado, intenta corregir la falla, y mientras lo hace, busca por todos los medios mantener el globo a cierta altura, o al menos que no descienda tan rápidamente. Para lograr su cometido, arroja todos los objetos pesados e inútiles, que al ser lanzados al vacío aligeran al extenuado globo.
Algo así sucede actualmente en la economía mundial, en la de los países que pertenecemos al NAFTA y específicamente en México, reflejado en nuestras empresas. Un decrecimiento del 10% en el PIB de nuestro país, la reducción del comercio entre los países del NAFTA de -30% y la recesión en Estados Unidos, es equiparable a lo que sucede en ese globo aerostático. Vamos en caída libre y para evitar que nuestra empresa quiebre debemos arrojar lastre.
“Dos de cada diez personas en cada departamento serán despedidos en la semana próxima” es la instrucción que gira el Director a sus gerentes. “Pero señor…,No hay pero que valga, ni defensa a ultranza, porque el empleo de ustedes está de por medio, sino vean a los que están en la “lista negra”. ¿Quiénes son las personas que pertenecen a ese 20% de lastre, o bien aquellos apuntados con tinta invisible en la famosa “lista negra”?
La guadaña amenaza, en primera instancia, las cabezas de aquellas personas que están por debajo del rendimiento esperado, que no han alcanzado sus metas de venta, de productividad, o de algunos de los indicadores clave con los que se mide el rendimiento actualmente en las empresas.
En segundo lugar, las personas que engrosarán la fila de desempleados – ya de por sí bastante voluminosa-, son aquellas que a pesar de cumplir con las expectativas, no llevan una buena relación con sus jefes y/o colaboradores, personas que parecen no estar “a gusto” en la empresa o con las actividades que realizan, y que siempre se quejan hasta por nimiedades.
Y así también hay quienes pierden su trabajo porque en una relocalización geográfica no tienen un lugar a dónde llegar dentro de la institución; o bien aquellos que por situaciones de “politiquería interna” quedan aislados de las áreas de decisión y después se les señala como lastre.
No obstante, puede ser que agotadas estas instancias los elementos que queden sean muy buenos todos y el jefe no tenga otro remedio que echarlo a la suerte, en un tipo de “ruleta rusa” corporativa, valga la comparación. Llegados a este extremo, ya no hay mucho espacio para dónde hacerse.
Lo que nosotros sí podemos modificar a nuestro favor, se halla dentro de los tres primeros casos. Conscientes de la situación actual, debemos de trabajar con más energía, situando nuestros planes de acción de manera que podamos lograr los resultados que nos comprometemos a alcanzar; debemos conocer la situación en la que se encuentran nuestros competidores (desabastecimiento, costos elevados, sin presupuesto de publicidad, etc.) y aprovechar que quizás en algunos rubros estén en peores condiciones que nosotros y aprovechar ese resquicio. Recordemos que es época de oportunidades, y son de este tipo las que debemos estar acechando; espacios reducidos –ventanas de oportunidad- que se abren en mercados muy apretados donde escasea el efectivo, con una guerra de precios desatada, entonces aparece un excedente de productos obsoletos que se ofrecen a precio de de ganga, y los inventarios se atoran.
En pocas palabras tenemos que evitar que nos rodeé un halo de abatimiento y desinterés; es indispensable crear un ambiente de enorme vitalidad, en el que pongamos realmente a girar nuestras ideas y plasmarlas en planes de acción de corto plazo y con mediciones de resultados claros y rápidos. Así evitaremos con mayor probabilidad que seamos catalogados como un “lastre” para la empresa.
Jorge Segovia Fernández
Ing. Agrónomo
Socio Director de Media Hunters México
Consultores en Recursos Humanos y Negocios
(55) 9171-1053
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