Son diversas las razones que justifican la producción en invernaderos, pero la tendencia se enfoca cada vez más a la optimización del agua. La escasez de la misma, así como una latente crisis en el medio agrícola nacional, direccionan investigación y producción a crear las condiciones de un uso racional.

La producción en invernaderos ofrece la oportunidad de optimizar el uso del agua, situación que no sólo es valorada en sitios donde escasea.

La inversión de un invernadero, independientemente del nivel de tecnología que se desee o se pueda implementar, es fuerte, por lo que se deben de plantear un plan de negocios que garantice el éxito del proyecto. Para esto se debe de tener presente el capital con que se cuente, el producto que se quiera generar, especificaciones del mercado y personal motivado y capacitado.

La ubicación del invernadero determinara los materiales de construcción para estructuras y techos, seleccionándose  los  más resistentes a las condiciones medioambientales,  no sólo para garantizar la mayor vida útil posible, también en consideración de mantenimiento y funcionalidad. Con relación al tipo de sustrato se debe de tener presente la disponibilidad en la región.  Se pueden aprovechar residuos de procesos agroindustriales, como  pudieran ser cáscara de coco, de arroz o cacahuate.

Conocer la demanda de productos y el cliente son básicos, muchos proyectos no han tenido repercusiones exitosas porque no se plantea correctamente este punto, especialmente cuando hablamos de productos perecederos.  Debemos conocer el mercado, las características y condiciones de la demanda. Considerar procesos de aprovechamiento agroindustrial  alternativos en caso de que las condiciones de mercado cambien. Recordemos que en planeación debemos de considerar cualquier futuro obstáculo, para poder convertirlo en oportunidad, desde este punto se deben de establecer lineamientos de estrategias de solución.

Estos parámetros serán el referente del punto de partida del plan de negocios,  que permitan conocer el capital inicial para arrancar, tipo de financiamiento  y  el flujo que se tendrá.

El personal que se requiera, así como el grado de especialización que deban tener, esto debe de ser considerado desde el principio y así poder obtener productividad y eficiencia. No debemos de perder de vista los canales de comunicación en todos los niveles. Para lograr lo anterior se debe de tener presente una capacitación continua,  sin importar el nivel tecnológico implementado en el invernadero, finalmente el producto debe de cumplir con estándares de buenas prácticas. Esto debe de permitirnos mantenernos tanto en los mercados nacionales como internacionales.

Para poder tener acceso a estos últimos, se debe de analizar la infraestructura con la que cuente la zona, vías de comunicación,  servicios de comunicación, suministro de agua o fuentes energías actuales y potenciales.

Para algunos especialistas lo óptimo es contar con un organigrama  horizontal, que genere confianza para que todos los participantes se sientan involucrados con el proyecto. Lo cual debe de ser apoyado con capacitación, sueldos y prestaciones que resulten atractivos, buscar la permanencia del personal laboral es una inversión  que evita  errores y costos innecesarios. Aun cuando hablamos de tecnologías, la producción agrícola es considerada como artesanal, por lo que la obtención de un producto de calidad está más subordinada a contar con un personal motivado que al nivel de tecnología con que se cuente.

Para conocer la utilidad debemos conocer en que parte del proceso se requerirá  flujo de capital. De  acuerdo  por los expertos se sabe que durante el proceso productivo el 90% de los gastos que se generan por producción están repartidos en salarios, trasporte de personal y productos, material de empaque, plaguicidas, fertilizantes, sustratos y su preparación. A esto debemos de añadir los gastos generados por mantenimiento del invernadero.

Como en cualquier proceso productivo, la planeación de todos los factores involucrados debe de ser a corto, mediano y largo plazo si se quiere tener permanencia en un negocio con tendencia a la alza, que no sólo debe de ser redituable para los inversionistas, también se debe de considerar como un punto de desarrollo en la zona donde se establezca.

La producción en invernadero es un negocio redituable sin importar el nivel tecnológico con que se cuente, teniendo siempre presente contar con un producto con la calidad del mercado que lo demande, producido por personal involucrado, motivado por su trabajo.

Redacción TECNOAGRO

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